ESPAÑA: Cubanos en busca de una nueva Miami

Un rápido aumento tuvo en los últimos meses el ingreso irregular en España de cubanos en busca de una segunda Miami, o sea de un lugar en el cual tengan oportunidades de trabajar y enviar remesas a sus familiares en Cuba.

Las leyes del país distinguen a quienes buscan asilo por razones políticas de los refugiados humanitarios, provenientes de naciones en situación de emergencia económica en las cuales no logran empleo ni apoyo para satisfacer sus necesidades mínimas de subsistencia.

Los extranjeros deben tramitar una visa de entrada para ser autorizados a trabajar y lograr la residencia legal, y el inicio de ese trámite requiere exhibir un contrato de trabajo en el consulado de España en su país de origen.

Muchos cubanos han logrado superar ese obstáculo con una artimaña: abordan en La Habana un avión con destino a Moscú, y cuando hacen escala en Madrid, para cargar combustible o realizar un trasbordo de pasajeros, se niegan a continuar el viaje y piden asilo político.

Esas personas son interrogadas por la policía española, con el asesoramiento de profesionales de turno del Colegio de Abogados y apoyo del Centro Cubano, con sede en Madrid, que dirigen María Comella y Antonio Peláez.

«Apenas entre uno y dos por ciento son exiliados políticos, y se les reconocen los derechos propios de esa condición. El resto son refugiados humanitarios, y ninguno de ellos ha sido rechazado por las autoridades españolas», dijo a IPS Comella.

El ingreso de refugiados en el aeropuerto internacional de Madrid-Barajas se triplicó este año, hasta llegar a 496 solicitudes en diciembre, y sólo el miércoles entraron 150 personas, 90 por ciento de ellas cubanas, según el secretario general del Comité Español de Ayuda a los Refugiados (CEAR), Enrique de Santiago.

Casi todos esos cubanos tienen menos de 40 años, o sea que nacieron tras el acceso al poder de Fidel Castro en Cuba. «Llegan a España sin saber nada de nada de lo que es esto, vienen a buscarse la vida y a ganar un dinero para enviar a su familia, que queda en Cuba», afirmó Comella.

Esos refugiados no podrían trabajar en el país si la ley se aplicara en forma estricta, pero todos logran sobrevivir y consiguen empleo, aunque sea sin contrato, dijo a IPS uno de ellos, quien se identificó como José, sin asegurar que se tratara de su verdadero nombre.

«Compré en La Habana una carta de invitación para ir a Rusia. Pagué por ella 200 dólares. Después pagué otros 100 para legalizar esa carta y 150 por la tarjeta blanca (permiso de salida), las dos en el ministerio», contó.

Con esa documentación, José pudo comprar un billete de avión para viajar a Moscú, y salir en forma legal de Cuba. Luego su historia fue igual a la de todos quienes llegan a Madrid-Barajas y se niegan a seguir viaje.

En la última semana se registró el pedido de refugio de una persona que viajaba desde La Habana hacia Angola. «Ahora han empezado a vender invitaciones para Angola», comentó José.

Comella señaló que también hay auténticos invitados a Rusia, por lo general familiares de rusas que se casaron con cubanos y se quedaron a vivir en Cuba, pero sus casos no parecen ser la mayoría.

El Centro Cubano y la Fundación Hispano-Cubana, creada por el gobernante y centroderechista Partido Popular, apoyan a los recién llegados, a quienes proporcionan algún dinero y contactos con sus connacionales arribados antes.

Los cubanos que piden asilo o refugio al llegar a Barajas son «responsabilidad del gobierno español», dijo a IPS un portavoz autorizado de la embajada cubana en Madrid.

«Quienes suben a un avión en La Habana tienen sus papeles en regla, y no se le puede negar la salida a nadie que cumpla con las leyes», añadió.

La CEAR sostiene que los refugiados cubanos aprovechan que el gobierno de su país no es apreciado por el español, y señala que quienes provienen de Colombia, donde ni siquiera está garantizado el derecho a la vida, son rechazados. (FIN/IPS/td/mp/pr/02

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