(Arte y Cultura) CINE-FILIPINAS: Insurgencia musulmana en la pantalla

La vida de los musulmanes del sur de Filipinas es narrada en el filme de ficción «Bagong Bwuan» (Luna Nueva), de la directora Marilou Díaz-Abaya, que expone las consecuencias cotidianas de la insurgencia islámica.

Directora y actores descubrieron, durante la filmación, la política del gobierno filipino hacia los musulmanes del sur, una realidad que también sorprendió al público, que sabe poco sobre los independentistas islámicos de la meridional isla de Mindanao.

En Mindanao habitan la mayor parte de los cinco millones de musulmanes de este país de 80 millones de habitantes, la única nación de mayoría cristiana de Asia sudoriental.

La nueva película de Díaz-Abaya fue exhibida en el Festival de Cine Metro Manila, en diciembre y los primeros días de este mes.

Mindanao fue escenario de las luchas de las comunidades musulmanas, que forjaron su identidad en la resistencia a la colonización española, que controló hasta 1898 gran parte del territorio convertido luego en Filipinas.

«¿Qué podrías decir tú sobre nosotros?», fue la primera pregunta que debió contestar la realizadora a algunos musulmanes que colaboraron con ella en el filme.

Pero después de un año en las provincias de Cotabato y Lanao del Sur, en Mindanao, que coincidió con el periodo en que el ex presidente Joseph Estrada lanzó una ofensiva contra los separatistas, la directora decidió hacer un filme sobre los huérfanos y otras víctimas de la guerra.

El resultado fue una película única, que busca comprender las emociones de los musulmanes filipinos en medio de la violencia, y expone los costos humanos de un conflicto que muchos filipinos aceptan como un fenómeno irremediable.

El argumento gira en torno de Ahmad, un médico con una carrera exitosa en Manila, que debe regresar urgentemente a Mindanao cuando su hijo es alcanzado por una bala perdida, durante un ataque nocturno contra su aldea.

Así comienzan los esfuerzos de Ahmad por retirar de las zonas de guerra a la población civil de su comunidad.

Las peripecias de la tarea emprendida por el protagonista reflejan la vida de muchas familias musulmanas, desde el comienzo de la lucha, que osciló desde el reclamo de autonomía política, hasta la creación de un estado independiente e islámico.

«Desde que soy una niña no he hecho más que escapar una y otra vez», dice en la película la madre de Ahmad.

En general, los filipinos cristianos sólo conocen informes de prensa sobre enfrentamientos armados y referencias al término genérico «insurgentes musulmanes».

La lucha musulmana sufrió sus propios conflictos internos. La insurgencia armada tuvo su momento más alto en los años 70, liderada por el Frente de Liberación Nacional Moro (MNLF, en inglés). Pero un grupo escindido, el Frente de Liberación Islámico Moro (MILF) asumió el liderazgo, cuando el MNLF firmó un acuerdo de paz con el gobierno en 1996.

El ex presidente Estrada inició la campaña militar de 2000 contra el MILF, y una de sus consecuencias indirectas fue la realización del filme «Bagong Buwan».

La guerra desplazó a decenas de miles de refugiados, destruyó los principales campamentos del MILF y varias mezquitas del área.

Pese a que Ahmad y su madre mueren, la obra intenta transmitir una esperanza, que se intuye en el título, Luna Nueva.

Pero no elude el polémico debate sobre la búsqueda de la identidad propia de los musulmanes filipinos, y sus reclamos contra el gobierno central.

Ahmad —quien al comienzo de la historia afirma que la educación, y no la guerra, sacará a los musulmanes de la marginación— queda atrapado en una guerra que no hace distingos entre sus víctimas.

Ahmad, interpretado por el actor César Montano, se enfrenta a su hermano, integrante del MILF. A la vez, intenta conquistar a su sobrino Rashid, un adolescente habituado a usar armas y planificar asesinatos, y para quien su tío está «ablandado» por los «kafir» (infieles) de Manila.

El momento clave para el protagonista se produce cuando traslada a decenas de mujeres, niños y ancianos a lo que él considera un área segura, aunque ha sido carbonizada durante un operativo militar.

Durante el traslado, Ahmad ve a los soldados del gobierno orinando en las ruinas de una mezquita recién destruida. El médico abre fuego contra los soldados, furioso y a la vez agotado por su propia ira.

Finalmente, el personaje que quería mantenerse fuera de la guerra es baleado y muere cuando intenta rescatar a un niño católico, atrapado en el fuego cruzado de insurgentes y fuerzas gubernamentales.

La verdadera guerra nunca estuvo demasiado lejos de la película, según relató Díaz-Abaya.

Muchas escenas reales, presenciadas por la realizadora fueron incorporadas al filme. «Yo vi gente morir del modo en que se muestra en la película. Las personas morían como moscas», dijo la directora.

Los actores y técnicos del filme destinaron varios meses a la investigación de la cultura musulmana local, asistidos por expertos en estudios islámicos.

Montano dijo que el filme tiene un claro mensaje pacifista. «Después del trabajo, comprendo mejor a los musulmanes. Si estuviéramos en su lugar, creo que haríamos lo mismo», explicó en una entrevista con el diario The Philippine Star.

El actor citó al héroe nacional filipino José Rizal, ejecutado por los colonizadores españoles en el siglo XIX durante una rebelión independentista. «Rizal dijo 'los españoles nos están explotando, así que el único recurso es pelear'».

Por su interpretación de Ahmad, Montano obtuvo el premio al mejor actor en el festival Metro Manila. (FIN/IPS/tra-en/js/lp- dc/cr ip/02

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