AMBIENTE-SERBIA: Aves silvestres diezmadas por caza ilegal

La magnitud de la caza ilegal y del contrabando de aves silvestres en la república yugoslava de Serbia quedó de manifiesto con el hallazgo de una carga de cinco toneladas de aves congeladas, introducidas en Italia desde la región de los Balcanes.

«Establecimos junto a la policía italiana que más de 120.000 de esos pájaros eran originarios de Serbia. Identificamos 83 especies protegidas de aves pequeñas, entre ellas ruiseñores, estorninos, alondras y tórtolas», informó la presidenta de la Sociedad Protectora de Aves Silvestres, Aleksandra Tadic.

Las aves son destinadas a abastecer al exigente mercado gastronómico italiano.

«Se trata del mayor contrabando de pequeñas aves muertas, introducido a un país europeo», dijo Tadic la semana pasada en una conferencia de prensa.

El operativo para recuperar el cargamento se realizó a mediados de noviembre en la frontera de Italia con Eslovenia. Las autoridades siguieron una pista según la cual un camión refrigerado que llevaba liebres procedente de Bosnia-Herzegovina, contenía algo más.

En efecto, en compartimentos ocultos en el piso y paredes del camión, se halló el cargamento de aves cuyo valor asciende a 500.000 dólares. La policía detuvo de inmediato a cinco ciudadanos italianos.

Cuatro de los cinco detenidos son propietarios de agencias que envían cazadores italianos a Serbia y comercian liebres congeladas. El quinto es dueño de una empresa de transporte.

La investigación estableció que oólo el tráfico de aves dejaba a estas personas una ganancia anual superior a 1,5 millones de dólares.

El caso pronto involucró a Serbia, que integra con Montenegro la Federación de Yugoslavia, donde los activistas ecologistas intentan alertar al público.

«Pensamos que esto es obra de un grupo organizado que ha operado en la región durante años. Pero las autoridades serbias no han efectuado una sola detención», afirmó Tadic.

«Sabemos que las aves pequeñas son apreciadas como platillos delicados. Son guisadas, horneadas o convertidas en salsas», dijo Tadic.

Como su tamaño no supera el de un gorrión, para mantenerlas intactas los cazadores furtivos las matan de un modo cruel, aseguraron los activistas.

«Usan falsos nidos o goma adhesiva para atrapar a los pájaros y luego los liquidan a mano», dijo Tadic.

El exterminio de grandes cantidades de aves afecta el equilibrio ecológico de ciertas áreas, pues los pájaros se alimentan de insectos y tienen un papel importante en la cadena natural, advirtieron expertos ecólogos.

El Ministerio de Agricultura y Bosques de Serbia asegura que está investigando el caso desde noviembre, aunque no se han registrado avances.

«Estamos revisando la situación en todo el país. Serbia tiene 7,5 millones de hectáreas de áreas de caza, hay 90.000 cazadores registrados y sólo contamos con 80 inspectores», explicó el asistente del Ministerio, Aleksandar Vasiljevic.

Serbia es conocida por las zonas naturales de la septentrional provincia de Vojvodina, donde un permiso de caza puede obtenerse por apenas 12 dólares.

«Este fue un negocio fantástico para algunos en los años 90. Los complejos turísticos para cazadores estaban felices con los italianos que gastaban un montón de dinero sin hacer preguntas», sostuvo el cazador Jovan Milanov, de la septentrional ciudad de Novi Sad.

En el decenio pasado proliferaron las actividades ilegales, mientras el país era objeto de sanciones internacionales por la participación del régimen de Slobodan Milosevic en las guerras de secesión de la ex Yugoslavia.

«En los años 90 creció la llamada mafia (crimen organizado) 'verde' o 'zoo' en Vojvodina. No había ningún control en el tiempo que un cazador permanecía internado en el bosque ni en lo que hacía», sostuvo Aleksandar Pantelic, de la Sociedad de Cazadores.

«Ahora que las cosas han vuelto a la normalidad esperamos que las autoridades italianas y las nuestras encuentren a los responsables de ese jugoso negocio», agregó Pantelic.

Luego de la caída de Milosevic, en septiembre de 2000, Yugoslavia reanudó sus vínculos con la comunidad internacional y con las organizaciones policiales Interpol y Europol. El operativo de noviembre fue resultado de esa renovada cooperación internacional, afirmó el gobierno.

Un periodista de Radio Belgrado 202 recibió amenazas telefónicas anónimas, advirtiéndole que mantuviera «su nariz fuera» del caso del tráfico de aves. La policía no ha encontrado aún a los responsables. (FIN/IPS/tra-eng/vpz/sm/dc/en ip/02

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