RELIGION-TAILANDIA: Monje budista protagoniza escándalo

Uno de los monjes budistas más conocidos de Tailandia renunció a sus funciones religiosas al publicarse en la prensa su relación amorosa con una discípula y su apego a los bienes materiales.

«Aunque el mundo se convierta en polvo, el amor llena mi corazón y aunque mi cuerpo esté en la tumba, mi corazón está tibio y vuela hasta ti», dice una carta supuestamente escrita por Phra Issaramunnee a su amada y reproducida por los diarios de Bangkok.

Si bien no se trata del primer escándalo sexual protagonizado por monjes budistas, éste tiene características especiales.

Antes de caer en desgracia, Issaramunee era uno de los líderes religiosos más respetados de Tailandia, donde casi la totalidad de los 62 millones de habitantes profesan el budismo.

Issaramunnee regía el templo de Dhammavihari en la meridional provincia de Phetchaburi, a 120 kilómetros de Bangkok, y entre sus discípulos se contaba el primer ministro, Thaksin Shinawatra. Su libro «Darma» vendió dos millones de ejemplares en 10 lenguas.

El darma es la doctrina central del budismo y enseña la rectitud, el desinterés, el distanciamiento de los asuntos mundanos y la vida sencilla.

Issaramunee negó las acusaciones y sostuvo que fue utilizado por la prensa. «De ahora en adelante llevaré una vida pacífica y no me molestaré por las opiniones de la gente sobre este escándalo», sostuvo en un comunicado firmado con su nombre, Viraphol Ruechai.

En los últimos años, la opinión pública conoció varios casos similares. Phra Kru Thamthorawanchai Thawaro fue descubierto mientras se encontraba con una mujer en una cafetería, vistiendo un uniforme militar sobre la tradicional túnica color azafrán.

Phra Yantra Amaropikku fue acusado de mantener relaciones sexuales con un grupo de seguidoras y a Phra Paowana Puttho se lo culpó de la violación de jovencitas de la etnia montañesa.

Para algunos analistas, el escándalo permite examinar los vínculos de la sociedad moderna con la religión y la espiritualidad, y su actitud y expectativas hacia las figuras religiosas.

En el templo Dhammavihari, Issaramunee posee una vivienda de 140.000 dólares, un automóvil Mercedes Benz y otro Honda Civic, un cuarto de descanso que costó varios miles de dólares, un equipo de buceo y hasta un avanzado sistema de comunicaciones por satélite.

Según informes de prensa, el primer ministro Thaksin y su esposa donaron 135.000 dólares para la construcción de una sala de reuniones consagrada en el recinto del templo.

«El principal problema del budismo en Tailandia es que se basa en la hipocresía. Los budistas tailandeses creen que la pureza de su fe depende de los monjes, es decir que ponemos toda la responsabilidad en ellos», sostuvo Suwanna Satha-Anand, profesora de filosofía en la Universidad Chulalongkorn.

«Con el fin de apoyar la religión, algunos creyentes ofrecen regalos impropios a los monjes, pero les exigen total desprendimiento de los bienes mundanos», agregó.

«Debemos entender que estos hechos conciernen a individuos, no a la religión, y los budistas debemos distinguir entre ambos», señaló Sorawit Sangsuwan, un creyente de 22 años.

No obstante, el joven admitió que los problemas de los monjes afectan la fe de los budistas. El budismo es una religión que depende en gran medida del respaldo de los discípulos, agregó.

«El castigo máximo es desnudarse, según el último mecanismo disciplinario de la jerarquía budista. Este tipo de problema es tratado como un incidente y luego desaparece de la memoria de la gente», explicó Phramaha Jerm Suvaco, director del Instituto de Investigación Budista.

Algunos creyentes cuestionan la forma en que los monjes concilian la vida religiosa con las obligaciones de los budistas laicos y el tipo de obsequios que aceptan de éstos.

Otros reclaman al gubernamental Departamento de Asuntos Religiosos que impulse mecanismos de rendición de cuentas en todos los templos.

«El budismo está a mitad de camino entre el materialismo y el aislamiento ermitaño. El darma nos enseña cómo hacer uso de las comodidades modernas sin ser dominados ni encandilados por ellas. Los budistas deben saber cómo aportar en forma inteligente a su religión», explicó Phramaha Jerm.

«El budismo se basa en un concepto comunitario de jerarquía horizontal. Los miembros de la comunidad, monjes y ciudadanos, pueden aconsejarse unos a otros con benevolencia», agregó.

En Tailandia hay entre 350.000 y 400.000 monjes, pero menos de 10 por ciento ejercen su función por más de 10 años, según varios estudios.

«La forma en que se reclutan los monjes en la sociedad tailandesa también es complicada, pues se basa en la cantidad», explicó Suwana. En el país se considera que cada hombre budista debería vivir como monje al menos una vez en su vida.

«Se deberían establecer claramente las responsabilidades de los monjes. Sólo aquellos que ejercen su dignidad por cierto tiempo pueden predicar o asumir el control financiero de su templo, pero esto no debe apartar a quienes desean experimentar el darma», opinó.

«Los hombres que aspiran a ser monjes deberían probar su fuerte convicción. Si alguien no está listo para ese paso, puede continuar aprendiendo el darma como cualquier otro budista», concluyó Sorawit. (FIN/IPS/tra-en/cp/js/dc/mlm/cr/01

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