La Asamblea General de la ONU resolvió por unanimidad impulsar el «diálogo entre civilizaciones» propuesto por Irán, lo cual constituye un rechazo a la hipótesis de un inevitable conflicto entre la cultura occidental y la islámica.
Los 189 países integrantes de la ONU (Organización de Naciones Unidas) aprobaron el viernes en la Asamblea General una resolución que insta a crear una «agenda mundial para el diálogo entre civilizaciones» de naturaleza inclusiva y con el fin de prevenir conflictos.
La hipótesis de un supuesto enfrentamiento entre culturas, cuyo principal impulsor es el profesor de la estadounidense Universidad de Harvard Samuel Huntington, se puso de relieve tras los atentados terroristas del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington, atribuidos a militantes suicidas musulmanes.
Algunos analistas vieron en esos hechos el potencial para iniciar una guerra entre el Islam y el mundo occidental. Pero incluso si ese enfrentamiento se produjera, la única respuesta sería un diálogo significativo entre estados y sociedad civil, afirmaron los delegados de la Asamblea General.
El diálogo entre civilizaciones fue propuesto por el presidente de Irán, Mohamed Jatami, al asumir el cargo en 1997. En 1998, la Asamblea General de la ONU declaró 2001 como «Año del Diálogo entre Civilizaciones», aceptando una iniciativa iraní.
Los atentados cometidos en Nueva York y Washington hicieron evidente la necesidad de tal diálogo, «un concepto útil y una respuesta apropiada a la hipótesis de que un choque de civilaciones es inevitable», argumentó el secretario general del foro mundial, Kofi Annan.
La teoría del «choque de civilizaciones» fue expuesta en 1996 por Huntington, para quien el origen de los conflictos en el periodo posterior a la guerra fría no sería ideológico ni económico, sino cultural.
«El conflicto entre civilizaciones será la última fase de la evolución de los conflictos en el mundo moderno», estimó Huntington en su libro «El choque de las civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial».
El politólogo sostuvo que la interacción de nueve grandes civilizaciones —africana, budista, china o confuciana, hindú, islámica, japonesa, latinoamericana, occidental y ortodoxa eslava— modelará en gran medida al mundo.
Pero «los conflictos más importantes del futuro ocurrirán en las líneas de fractura que separan una civilización de otra», agregó.
Annan rechazó esta hipótesis, pues hablar de la civilización cristiana o musulmana o budista constituye una «simplificación grosera», que «sólo crea fronteras donde nadie las necesita».
«Si invocamos la posibilidad de un enfrentamiento a raíz de los hechos del 11 de septiembre, estamos en las manos de los terroristas, pues ése es su objetivo. Ellos quieren el choque y la división de la escena internacional», opinó Javid Zarif, profesor de derecho internacional de la Universidad de Teherán.
Gobiernos y organizaciones no gubernamentales de varios países se sumaron a las agencias de la ONU en la preparación de la agenda, entre otros Austria, Costa Rica, Egipto, Mali y Corea del Sur, informó Annan.
«Se han acercado varios gobiernos con diferentes propuestas para el diálogo, que podría convertirse en una nueva herramienta diplomática contra el terrorismo», afirmó Giandomenic Picco, representante de Annan para la iniciativa.
«Creemos que el diálogo se encuentra filosóficamente en el extremo opuesto al terrorismo. Los terroristas consideran que la diversidad es igual a enemistad y se oponen a aquéllos que creen en el diálogo», agregó.
«Mediante el desarrollo de este diálogo en cada lugar del mundo, las apelaciones a la guerra serán confrontadas con apelaciones al compromiso, el odio con la tolerancia, la violencia con la resolución», afirmó Annan.
La tarea será dura. Al comentar los atentados de Nueva York y Washington, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi afirmó el mes pasado que la civilización occidental es superior al mundo musulmán.
«Deberíamos confiar en la superioridad de nuestra civilización, un sistema de valores que otorgó una prosperidad a los pueblos de aquellos países que la abrazaron y que garantiza el respeto a los derechos humanos y a la religión», dijo Berlusconi.
Occidente está obligado a «conquistar nuevos pueblos. Lo hizo con el mundo comunista y con parte del mundo musulmán pero, lamentablemente, una parte del islamismo está 1.400 años atrasado. Desde este punto de vista, debemos ser conscientes del poder y la fortaleza de nuestra civilización», sostuvo el gobernante italiano.
La reacción musulmana fue rápida y furibunda. «Creo que estas declaraciones son racistas, y que (Berlusconi) pasó los límites de la razón y la decencia», afirmó el egipcio Amr Moussa, secretario general de la Liga Arabe.
«Estas afirmaciones son resultado de la ignorancia del primer ministro italiano sobre la cultura y civilización del Islam y su impacto fundamental en la civilización occidental», dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Kamal Jarrazi.
En 1998, cuando la Asamblea General de la ONU acogió la propuesta del diálogo entre civilizaciones, «pocos preveían con qué rapidez (la iniciativa) podría ser útil para salvar al mundo de una inminente guerra de matanza y devastación», afirmó, por suparte, el presidente Jatami.
«Los horribles ataques terroristas del 11 de septiembre fueron perpetrados por un culto de fanáticos que automutilaron sus oídos y lenguas y sólo podían comunicarse mediante la muerte con quienes consideraban sus adversarios», sostuvo el presidente iraní.
El gobernante iraní pidió a Annan una reunión de jefes de Estado y de gobierno para la formulación de una agenda contra el terrorismo y la «unificación de la voluntad política internacional para extirpar este fenómeno maligno».
«Por designio de la tecnología todas las culturas, civilizaciones y religiones están obligadas a cohabitar en el mismo mundo. Esta es, por lo tanto, la mejor de las épocas para alcanzar la armonía e impulsar la comprensión en medio de la variedad», concluyó Jatami. (FRIN/IPS/tra-eng/td/aa/dc/cr ip/01