México celebró este martes los 91 años del estallido de su revolución, mientras que el PRI, el partido que controló el gobierno tras ese movimiento político y social, clausuró una asamblea nacional con la promesa de renovarse y recobrar el poder perdido hace un año.
Al igual que en años anteriores, los deportistas desfilaron por calles céntricas de la capital. Por primera vez en siete décadas, no fue un presidente afiliado al PRI (Partido Revolucionario Institucional) quien los observó desde el palacio de gobierno.
Mientras se realizaban los festejos, alrededor de 11.000 dirigentes del PRI clausuraron su décimo octava asamblea nacional, realizada de forma simultánea en cinco ciudades distintas desde el sábado.
Regresar a la presidencia en 2006 fue el objetivo que se propusieron los participantes en la asamblea, que no cumplió las promesas anunciadas por dirigentes antes de la cita de cambios radicales en los estatutos, emblemas y colores del PRI. Sin embargo, aseguraron que su partido se está renovando.
El presidente Vicente Fox, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), entregó este martes, a propósito del aniversario de la revolución, premios a los mejores deportistas del país.
En la ceremonia, Fox aplaudió la gesta iniciada en 1910 y que acabó con la larga dictadura de Porfirio Díaz.
«Con las modificaciones que el tiempo y el pueblo mexicano exigieron, las instituciones surgidas de ese acontecimiento histórico (la revolución) han regido la vida nacional y la siguen normando para dar lugar a un nuevo capítulo de su historia», dijo el presidente.
«Sin duda, el México actual no sería el mismo sin ese trascendente acontecimiento. Tampoco seríamos la nación que somos sin la participación decidida y cotidiana de los millones de mexicanas y mexicanos que hemos construido este país», afirmó.
Pero «hoy México mira hacia el futuro, hacia los retos y oportunidades que nos plantea el nuevo milenio. México recuerda con respeto su historia, pero no somos únicamente un país de héroes de bronce. Somos sobre todo una nación de héroes anónimos y de mujeres y hombres decididos a forjarse su propia historia», añadió.
La revolución, que duró cerca de una década y se cobró alrededor de un millón de vidas, tuvo entre sus héroes más famosos a Pancho Villa y a Emiliano Zapata.
El PRI, que se mantuvo en la presidencia entre 1929 y diciembre de 2000, fue creado para evitar enfrentamientos entre los diversos grupos e intereses que integraron el movimiento revolucionario.
Ese partido comenzó gobernando un país de 15,2 millones de habitantes, 70 por ciento de los cuales trabajaban en el área rural, y que alcanzaba un producto interno bruto por persona de 102 dólares.
Un año después de la salida del PRI del gobierno y a 91 de iniciada la revolución, México tiene 100 millones de habitantes, menos de un tercio de los cuales viven en el campo, y su producto interno bruto por persona es de 6.193 dólares. Es decir, se multiplicó por 60,7.
Pero el salario mínimo diario apenas se multiplicó por 20, de 0,2 a cuatro dólares. Además, 40 millones de personas viven en condiciones de pobreza y la distribución del ingreso se ubica entre las más injustas del mundo, según estudios del Banco Mundial.
«Gracias a nuestro partido, México se desarrolló y creció, pero además vivió una estabilidad política como pocas en el mundo y logró una transición electoral en paz», declaró Dulce María Sauri, presidenta del PRI.
Luego de un periodo de más de 30 años en el que partidos opositores exigieron al PRI una apertura política, los comicios de julio de 2000 se realizaron con un sistema electoral seguro, justo y equitativo. El triunfo fue de Fox.
En el camino hacia ese cambio, México sufrió fraudes electorales, el asesinato de opositores y múltiples actos de corrupción y de abuso del poder, aseguran investigadores.
El PRI es percibido como caduco y corrupto, admitieron más de 70 por ciento de los 380 asambleístas del PRI reunidos del sábado al martes, entrevistados por el diario Reforma.
Cuarente y cinco por ciento de los consultados consideraron que el populista y conservador Roberto Madrazo, ex gobernador del sudoriental estado de Tabasco, será elegido en febrero presidente del PRI.
A pesar de sus últimas derrotas electorales, el PRI sigue siendo el partido más fuerte de México.
En las elecciones estaduales y municipales de este año, el PRI obtuvo 3,8 millones de votos, el PAN 2,3 millones y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática un millón.
El PRI controla 40,5 por ciento de los municipios del país y sus representantes tienen mayoría absoluta en 43 por ciento de las asambleas legislativas estaduales. Además, es el mayor partido en la cámara de diputados del parlamento federal, aunque carece allí de mayoría absoluta. (FIN/IPS/dc/mj/ip/01
