FINANZAS: FMI ingresa en la guerra antiterrorista

El Fondo Monetario Internacional (FMI) aplicará medidas contra la financiación de organizaciones terroristas, pero los críticos señalan que la agencia debería concentrarse en el combate a la pobreza.

El Fondo elaborará y vigilará el cumplimiento de un marco regulatorio para detener los flujos financieros a terroristas y las operaciones de lavado de dinero, anunció el jueves su director gerente, Horst Koehler.

«Para que la globalización beneficie a todos, debemos proteger activamente la estabilidad e integridad del sistema financiero internacional», instó Koehler, y agregó que «hechos recientes han demostrado la necesidad de una cooperación internacional más fuerte para combatir el terrorismo».

La Comisión Monetaria y Financiera Internacional, el órgano planificador de las políticas del FMI, discutirá este fin de semana los detalles de las nuevas medidas en Ottawa, Canadá, en el marco de la reunión anual del Fondo y el Banco Mundial.

Las opciones de la institución financiera multinacional incluyen el empleo de sus estudios del sector financiero para ayudar a los esfuerzos encabezados por Washington de rastreo y congelamiento de activos de supuestas organizaciones terroristas.

«Esta semana, hubo un amplio consenso en la junta ejecutiva sobre la necesidad de que el Fondo intensifique sus actividades en esas áreas», dijo Koehler, y añadió que su institución procurará una mayor cooperación con organismos internacionales como el Grupo de Trabajo de Acción Financiera, integrado por 29 países.

Activistas del desarrollo, críticos del papel del FMI en la globalización económica y de sus condiciones para los créditos a países del Sur, censuraron al Fondo por procurar un mandato esencialmente político.

La misión principal del FMI consiste en impulsar el desarrollo y combatir la pobreza, y no en lanzar campañas antiterroristas, dijo Mark Helm, del grupo ambientalista Amigos de la Tierra.

«Combatir el lavado de dinero y el terrorismo es un objetivo noble», reconoció Helm, pero los ejecutivos del Fondo «deben tener presente que decenas de miles de niños mueren de hambre cada día, millones están sumergidos en la pobreza, y la destrucción ambiental es cada vez mayor».

La muerte de unas 5.500 personas el 11 de septiembre fue algo horrible, «pero igualmente horrible es que ese mismo día murieron miles a causa del hambre y de guerras civiles en todo el mundo», agregó.

Joanne Carter, de Results, otra organización no gubernamental con sede en Washington, consideró positivo que el FMI esté dispuesto a ayudar en el combate al terrorismo, pero expresó dudas sobre su capacidad de hacerlo mediante los métodos previstos.

El Fondo y el Banco Mundial deberían luchar contra el terrorismo erradicando sus causas económicas, opinó.

«Ambas instituciones podrían ayudar a eliminar el caldo de cultivo del terrorismo reduciendo la pobreza y el caos social», sugirió Carter.

Sin embargo, el FMI se propone aumentar los créditos a países en desarrollo para ayudarles a hacer frente a las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, anunció Koehler.

«La comunidad internacional no debe permitir que la crisis económica mundial frustre los esfuerzos de los países de bajos ingresos para reducir la pobreza», exhortó.

Koehler se reunió esta semana con un grupo de ministros de Finanzas de Africa para discutir sobre el alivio de la deuda externa.

El FMI y el Banco Mundial están dispuestos a reevaluar disposiciones sobre el alivio de la deuda en el marco de la iniciativa para Países Pobres Fuertemente Endeudados, declaró.

El director gerente del Fondo habló ante la prensa en vísperas de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, a celebrarse este sábado y el domingo en Ottawa. La reunión estaba prevista para el 29 y el 30 de septiembre pero fue postergada debido a los atentados en Washington y Nueva York.

El orden del día de la reunión fue reducido y sólo participarán de las conversaciones la Comisión de Desarrollo del Banco Mundial y la Comisión Monetaria y Financiera Internacional, los principales órganos de planificación de política de cada institución.

Grupos de activistas tenían previsto realizar varias manifestaciones de protesta, pero también cancelaron la mayor parte de sus planes a raíz de los atentados del 11 de septiembre.

Las demandas de los grupos incluyen el fin de los programas de ajuste estructural, la cancelación de la deuda de los países más pobres y la suspensión de los créditos para proyectos de infraestructura perjudiciales para el ambiente.

También exigen que el Banco y el FMI hagan públicas sus reuniones y permitan la participación pública en el proceso de toma de decisiones. (FIN/IPS/tra-en/em/aa/mlm/if-dv/01

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