(Arte y Cultura) CINE-SIRIA: Renace festival de Damasco

La película «Aberdeen», del director noruego Hans Petter Moland, ganó el primer premio en el Festival de Cine de Damasco 2001, en el que también tuvo papel destacado la producción siria «Dos lunas y un ramo de olivo», de Abdel Latif Abdel Hamid.

La película de Hamid fue segunda en la votación del jurado internacional, por delante de «Todos son famosos», del belga Dominique Deruddere, y «Pan y tulipanes», del italiano Silvio Soldini.

La italiana Licia Maglietta fue la ganadora del premio a mejor actriz, mientras que el belga Josse de Pauw se llevó el premio a mejor actor.

El laureado director austriaco Peter Patzak presidó el jurado de 10 expertos del festival, que se desarrolló entre el 3 y el 10 de este mes.

El certamen anterior, realizado en 1999, había sido duramente criticado por la pobre calidad de las películas, la lentitud en la organización y la nula representación siria.

Mohammed al Ahmad fue nombrado el año pasado nuevo presidente de la Organización Nacional del Cine (ONC), responsable de la importación de películas extranjeras, de la producción de filmes nacionales y de organizar el festival.

La ONC produjo en promedio una película por año en las últimas dos décadas, pero «en los últimos tres años (hasta 2000) no se filmó ni una sola película siria», advirtió Marwan Haddad, predecesor de Ahmad y removido el año pasado.

Ahmad ordenó, al tomar la dirección de la ONC, la producción de dos películas, cuyos guiones estaban listos hacía tiempo y esperaban la aprobación. Estos dos filmes, de Abdullatif Abdulhamid y Ghassan Shmeit, representaron a Siria en el certamen.

Ahmad dijo que la estrategia de Marruecos y Túnez de realizar producciones conjuntas podría ser un modelo a seguir por Siria para poder producir el mayor número de películas dentro de los límites del presupuesto de la ONC.

El guionista Hassan Sami Youssef manifestó satisfacción por el buen resultado del festival y afirmó que los visitantes extranjeros quedaron asombrados por la múltiple participación de películas de Siria.

Youssef sostuvo que el certamen tuvo logros «sin precedentes» en cuanto a los filmes presentados. También se exhibió la sinopsis de películas como la taiwanesa «Crouching tiger, hidden dragon» (El tigre y el dragón), ganadora de cuatro premios Oscar de Hollywood.

Entre los anticipos presentados, se contó así mismo las estadounidenses «American Beauty» (Belleza americana) y «Gladiador», ganadoras de también de cinco premios Oscar, incluso en la categoría de mejor película, y la francesa «Chocolate».

La campaña militar de Washington contra Afganistán determinó al mundo musulmán a dar mayor fuerza a su discurso antiestadounidense, desde Indonesia hasta Medio Oriente. No obstante, el cine de Estados Unidos es aceptado aún en varios países de religión islámica.

La historia trágica de un coloso del océano en «Titanic», el fabuloso juego de espadas del actor español Antonio Banderas en «La máscara del Zorro», o la sonrisa de Julia Roberts en «La boda de mi mejor amigo» , entretienen al público en Malasia, Líbano y Siria.

Los jóvenes sirios de clase media que acuden a la sala de cine del Cham Palace Hotel, en el centro de Damasco, afirman que, no importan cuánto critiquen los árabes a Washington, ellos aman las películas estadounidenses.

«No veo ninguna conexión entre los ataques (contra Afganistán) y mi actitud ante el cine estadounidense. Los ataques son la realidad, las películas son entretenimiento», dijo Hanan Olabi, de 19 años.

«Yo sólo veo películas estadounidenses, porque son las mejores. Amo a Estados Unidos. Es un país civilizado y me encanta viajar a allí. Cada vez que veo una película estadounidense me acuerdo de los buenos tiempos que pasé en ese lugar», declaró por su parte Muneera Hasan, de 16 años.

Las opiniones en el mundo musulmán permanecen divididas sobre la influencia cultural de Occidente. En países con tradición más cosmopolita, como Egipto, Líbano y Turquía, las películas de Hollywood son más populares que en otras naciones islámicas conservadoras, como Arabia Saudita o Irán.

En la desértica ciudad pakistaní de Quetta, una multitud estimulada por clérigos musulmanes bajo el lema «Muerte a Estados Unidos», incendió tres salas de cine, una de las cuales exhibía la película «Desperado», protagonizada por Banderas. (FIN/IPS/tra-eng/gb/mn/rp-ff/cr/01

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