TRABAJO-AMERICA CENTRAL: Empeora brecha entre hombres y mujeres

Las mujeres de América Central perciben salarios hasta 40 por ciento menores que los hombres por tareas similares, pero ningún país de la región tiene estrategias para equilibrar retribuciones.

El empleo femenino es mal remunerado y de mala calidad y esta situación carece de respuestas oficiales, según un estudio del no gubernamental Foro de Mujeres para la Integración Centroamericana.

«Es decepcionante. Hemos entrado en un nuevo siglo y podríamos creer que hay más equidad, pero las brechas no se cierran», dijo a IPS Epsy Campbell, coordinadora general del Foro, que nuclea 75 organizaciones de campesinas, negras, indígenas, obreras y académicas de la región.

El estudio constata que, lejos de mejorar, «las deplorables condiciones de empleo de las mujeres están empeorando», agregó Campbell.

El informe, titulado «Calidad de empleo para las mujeres centroamericanas», recopiló las principales estadísticas de gobiernos y de organismos internacionales al respecto.

Los 10 investigadores que realizaron el estudio concluyeron que el desarrollo humano no llega por igual a todos los centroamericanos. Las mujeres ganan 30 por ciento promedio menos que los hombres por tareas similares, y en algunos países la brecha llega a 40 por ciento.

Costa Rica es el país donde esa brecha es menor (22 por ciento), y Nicaragua, con 39 por ciento, y Honduras, con 40, se ubican en el otro extremo.

El estudio incluye estadísticas de las siete naciones centroamericanas (Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá), que suman 35 millones de habitantes.

Campbell, quien es economista, indicó que América Central es una sociedad segmentada por estereotipos, causa de la fuerte marginación de las mujeres en el mercado laboral.

«Las empresas todavía consideran que contratar a una mujer como gerente es una desventaja frente a la contratación de un hombre», añadió la especialista.

En toda América Central p-excepto en Honduras— se contrata a 80 profesionales universitarias mujeres por cada 100 hombres en la misma condición, según el informe.

Además, se descubrió la contratación de mujeres disminuye en los pisos superiores del escalafón profesional. En los puestos altos del sector privado hay entre 30 y 55 mujeres contratadas por cada 100 hombres.

Ana Pérez —nombre ficticio de una mujer que solicitó mantener su identidad en reserva— es una ingeniera de 27 años que estudió salud ocupacional en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, considerado uno de los centros de estudio universitarios más prestigiosos de este país.

En los últimos cinco años, Pérez fue jefa del área de prevención de accidentes, emergencias y evacuaciones de una compañía transnacional. Era la única mujer entre seis jefes. En septiembre, fue despedida. El gerente general alegó que ella no encajaba en la organización de la empresa.

«Es curioso: si alguno de los jefes hombres le refutaba al gerente alguna de sus ideas, esa oposición era respetada, pero si alguna mujer lo cuestionaba comenzaba a presionarla hasta que la sacaba de la empresa», dijo Pérez.

Así le sucedió a la encargada de recursos humanos, antes de que Pérez fuera despedida. El cargo de la ingeniera fue ocupado por un hombre.

«Es lamentable, pero sucede mucho. La discriminación contra las mujeres se da porque a los hombres se les escucha, pero a las mujeres se nos hace ver que estamos por debajo de ellos», sostuvo.

El estudio del Foro considera que la calidad del trabajo femenino es mala porque el acceso a los puestos más calificados les está vedado a las mujeres. El desempleo femenino también es mayor que el masculino. En Panamá, por ejemplo, el de las mujeres es de 22,8 por ciento, y el de los hombres, de 15,9 por ciento.

Pero en El Salvador y en Honduras los hombres sufren mayor desocupación que las mujeres.

Cincuenta por ciento de las mujeres trabajadoras están empleadas en el sector de servicios y sólo 20 por ciento en la industria manufacturera, sector con mejores salarios. En cambio, 60 por ciento de los empleados hombres trabajan en ese sector.

El estudio afirma que, en comparación con los hombres, las mujeres centroamericanas tienen trabajos de menor productividad y en el sector menos estructurado de la economía, es decir, en el área de trabajadores independientes y microempresas.

«Estoy convencida de que las mujeres seguimos sufriendo de discriminaciones», dijo a IPS Celia Medrano, coordinadora de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica.

La brecha entre el salario masculino y el femenino es irrefutable, y el sector en que imperan con mayor fuerza los estereotipos machistas es el área rural, dijo Medrano.

«En América Central por el sólo hecho de ser mujer ya nos hacemos merecedoras a menores salarios», concluyó. (FIN/IPS/nms/mj/lb dv/01

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