El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, afirmó ante el parlamento que los medicamentos antirretrovirales contra el sida son peligrosos, y reactivó críticas a sus dudas sobre las causas de ese mal.
Mbeki ha cuestionado la relación causal entre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), aceptada por la gran mayoría de los científicos del mundo, por la Organización de las Naciones Unidas y por la Organización Mundial de la Salud.
Una de las consecuencias de esa posición ha sido la resistencia gubernamental a que los servicios de salud pública usen los medicamentos antirretrovirales, cuya eficacia para mejora la calidad de vida de los infectados por el VIH y los enfermos de sida se ha comprobado en países industrializados.
La actitud de Mbeki ha sido muy criticada por organizaciones no gubernamentales (ONG), que lo acusan de sabotear el combate contra el sida en una de las naciones más afectadas por esa enfermedad.
El año pasado, 40 por ciento de las muertes en el país de personas en el tramo de edad de 15 a 49 años fueron causadas por el sida, según el Consejo de Investigación Médica Sudafricano.
A fines de la semana pasada, la legisladora Patricia de Lille, del opositor Congreso Panafricanista, dirigió a Mbeki una incómoda pregunta cuando el presidente comparecía ante el parlamento.
«Uno de los argumentos usados por el gobierno para no brindar medicamentos antirretrovirales es que son demasiado tóxicos. ¿Por qué son tóxicos sólo para los pobres que no pueden pagarlos, y no para muchos parlamentarios que los reciben?», dijo.
«Si esos medicamentos son tóxicos, lo son para todos, incluyendo a los parlamentarios», respondió el presidente.
«A comienzos de este año, el gobierno de Estados Unidos revisó en forma radical las orientaciones para el uso de antirretrovirales, y afirmó que una de las razones de la revisión era que la experiencia había mostrado una toxicidad no prevista de esos medicamentos», aseguró.
«Si algún parlamentario emplea tales medicamentos, espero que tenga en cuenta ese hecho y aconseje a su médico cómo proceder, porque de lo contrario sufrirá consecuencias negativas», añadió.
A comienzos de este año, transnacionales farmacéuticas retiraron una demanda contra la Ley de Medicamentos y Sustancias Relacionadas aprobada en 1997, durante el gobierno de Nelson Mandela, antecesor de Mbeki.
Esa norma producir o importar medicamentos genéricos contra el sida, entre ellos los antirretrovirales. Los medicamentos genéricos se identifican por el nombre de su principio activo, y son mucho más baratos que sus equivalentes con marca registrada.
La ONG sudafricana Campaña por Acciones de Tratamiento (del sida) apoyó mucho al gobierno en ese juicio pero luego presentó su propia demanda contra las autoridades, por no brindar antirretrovirales y otros medicamentos a embarazadas infectadas por el VIH, para prevenir el contagio de sus hijos.
La Corte Suprema prevé considerar esa demanda a fines de noviembre.
Los activistas sostienen que el gobierno demora en forma deliberada la distribución de medicamentos contra el sida, mediante el sistema de salud pública, a personas pobres que los necesitan, y pide que se lleve a cabo un programa de prevención del contagio materno-infantil en los próximos 18 meses.
«El bloqueo deliberado de ese programa nacional de prevención es un horrenda evidencia de la falta de respeto del gobierno por los derechos a la vida y la dignidad, reconocidos en la Constitución», afirmó en una carta abierta el secretariado de la ONG.
«Lo más importante es la necesidad de que el presidente y la mayoría de los ministros pongan fin a la confusión (que han creado), y afirmen de modo inequívoco que el VIH causa el sida y es una de las más graves amenazas a nestra democracia», enfatizó.
La ONG pide un programa integral de prevención y tratamiento del VIH/sida que incluya mejora de infraestructura sanitaria, más prevención de agentes patógenos oportunistas que afectan a los infectados, más distribución de condones, medicamentos antirretrovirales para quienes los necesiten y medidas de alivio de la pobreza.
El independiente Servicio de Información Presupuetaria (BIS, por sus siglas en inglés), sostuvo que las autoridades han destinado suficientes recursos a programas de educación, prevención y tratamiento relacionados con el VIH/sida.
Sin embargo, es preciso fortalecer los recursos y la infraestructura de los servicios sociales, para que puedan afrontar el impacto de la epidemia, apuntó.
«No estamos convencidos de que sean suficientes los recursos destinados a paliar el impacto del VIH/sida sobre los maestros, los trabajadores sanitarios y los de servicios sociales», señaló el coordinador del BIS, Albert van Zyl.
El gobierno destinó este año unos 36,8 millones de dólares a programas contra el sida, pero es casi imposible calcular el monto total de sus gastos relacionados con esa enfermedad.
La Unión Europea donó este año al Ministerio de Salud unos 3,1 millones de dólares para prevención y tratamiento, y varias instituciones, en su mayoría con sede en Estados Unidos, prometieron donaciones no confirmadas con el mismo fin, que sumarían unos 9,4 millones de dólares en los próximos tres años.
El gasto gubernamental se distribuye entre varios programas, que incluyen uno de educación sanitaria escolar, otro de exámenes y asesoramiento, y otro de atención médica y apoyo a personas infectadas, con base en cuidados familiares y comunitarios.
También hay que tener en cuenta gastos millonarios para apoyar a gobiernos provinciales en el desarrollo de infraestructura sanitaria y el alivio de la pobreza, pero no es posible contabilizar en forma clara cuánto de ese dinero se emplea en programas contra el VIH/sida.
«Al comienzo, las autoridades priorizaron la educación sanitaria en escuelas, pero la expansión de la epidemia determinó que el énfasis se trasladara al tratamiento», según el BIS. (FIN/IPS/tra-eng/as/mn/mp/he/01