La vigésimo segunda versión del diccionario de la Real Academia Española de la lengua, presentada este jueves, contiene gran cantidad de americanismos, pero mantiene diferencias conceptuales y terminológicas con el castellano de América Latina.
El académico Fernando Lázaro Carreter, famoso por sus artículos periodísticos en los diarios madrileños ABC y El País, advirtió en la presentación del nuevo diccionario que en el volumen faltan cosas, lo cual, dijo, es inevitable en un idioma vivo y en expansión.
Este mismo jueves por la tarde, la Academia comenzaría a trabajar en la siguiente edición, sostuvo.
El diccionario fue presentado por el director de la Academia, Víctor García de la Concha, acompañado por su par colombiano, Jaime Posadas, Lázaro Carreter, el secretario de las Academias americanas, Humberto López Morales, y Rafael González Conde, director de la editorial Espasa, que publicó la obra.
En el acto se citó al poeta latino Horacio: "Al igual que los bosques mudan sus hojas cada año, pues caen las viejas, acaba la vida de las palabras ya gastadas, y con vigor juvenil florecen y cobran fuerza las recién nacidas".
Horacio, que vivió en el siglo anterior a la era cristiana, sentenció que "renacerán vocablos muertos y morirán los que ahora están en boga, si así lo quiere el uso, árbitro, juez y dueño en cuestiones de lengua".
García de la Concha destacó los aportes de las academias del otro lado del océano Atlántico —y de Filipinas, donde el español es la segunda lengua—, que permiten, dijo, calificar esta edición del diccionario de verdaderamente americana.
La Academia de Bolivia, por ejemplo, solicitó el retiro de aproximadamente 30 por ciento de los bolivianismos incluidos en la edición anterior, pues cayeron en desuso, indicó.
La pérdida de vigencia de las palabras, en general, se refleja en la eliminación de 6.008 artículos de los 83.014 registrados en la anterior edición, de 1992.
Además, dos tercios de los artículos de la edición de 1992 fueron enmendados y a ellos se añadieron 11.425 entradas, 24.819 nuevas acepciones y 3.896 formas complejas.
Una nueva modalidad de trabajo permitió realizar esa cantidad de cambios y actualizaciones. Hasta la edición anterior, todos los cambios se discutían en reunión plenaria de los académicos, cuyo número oscila entre 40 y 45.
En 1992 se constituyeron cinco comisiones que "realizan un trabajo verdaderamente formidable" y sólo elevan a la reunión plenaria las dudas y discrepancias, dijo De la Concha.
Buena parte del gran progreso registrado en esta nueva edición es atribuido al banco informático de datos del idioma español, que comenzó a ser elaborado en 1991 en Buenos Aires con la colaboración de la Academia Argentina de Letras y dirigido por el catedrático español Francisco Marcos Marín.
En la actualidad, el banco de datos se sigue desarrollando con financiación de la empresa eléctrica Endesa.
En la presentación se preguntó la razón por la que el nuevo diccionario registra el anglicismo "chutar", que significa "en el fútbol, lanzar fuertemente el balón con el pie", pero no incorpora la palabra "patear", que en muchos países de América Latina tiene con el mismo significado.
Las Academias americanas no propusieron su inclusión, según la contestación de De la Concha.
A pesar de la colaboración entre las Academias, todavía se mantienen diferencias en la definición de los términos. Así, "españolismo" es definido como "amor o apego a las cosas características o típicas de España" y "carácter genuinamente español", sin referirse a la manera de hablar en este país.
Mientras, "argentinismo", "bolivianismo", "mexicanismo" o "portuguesismo", por ejemplo, son definidos como "locución, giro o modo de hablar propio" de argentinos, bolivianos, mexicanos y portugueses.
Por otra parte, la nueva edición mantiene la definición de "latinoamericano" como "perteneciente o relativo a los países de América que fueron colonizados por naciones latinas, esto es, por España, Portugal o Francia".
López Morales rechazó ese criterio, y afirmó que Latinoamérica es un término inventado por los franceses que debe ser reemplazado por la palabra Iberoamérica.
En esto también el diccionario marca diferencias con lo afirmado por el secretario de las Academias americanas, pues en una primera acepción utiliza iberoamericano como sinónimo de latinoamericano y en la segunda establece: "Perteneciente o relativo a estos pueblos (latinoamericanos) y a España y Portugal". (FIN/IPS/td/mj/cr/01)