El gobierno de Costa de Marfil organizó un foro para buscar la reconciliación nacional, pero las primeras sesiones se han caracterizado por reclamos que agudizan conflictos pendientes.
Esos conflictos se relacionan con el golpe de Estado militar del general Robert Guei, en diciembre de 1999, y las elecciones de octubre del año pasado, en las cuales triunfó el presidente Laurent Gbagbo, del Frente Popular (FP).
Tras esos comicios se produjo una matanza de manifestantes. El gobierno del FP sostiene que Guei debe asumir la responsabilidad, pero el militar se niega a hacerlo.
«Quienes ordenaron a la gente ir a las barricadas deben asumir que fueron culpables de la tragedia», aseveró.
Guei también arguyó que ya no estaba en el poder cuando se produjo la masacre.
«Yo había ordenado en forma expresa que se evitara la confrontación entre soldados armados y civiles desarmados», aseguró en su aldea natal de Gouessesso, 650 kilómetros al oeste de Abidján, donde reside desde que dejó el gobierno.
Los primeros oradores en el foro denunciaron el golpe de Estado, pero algunos, entre ellos el representante del Partido Comunista, alegaron que los problemas del país no comenzaron en 1999, sino que se deben a la dominación de los clanes ricos desde la independencia.
Otra cuestión replanteada en el foro, cuyas sesiones transmiten las emisoras estatales de radio y televisión, es la exclusión de las elecciones del año pasado de Alassana Dramane Ouattara, a quien sus seguidores se refieren con sus iniciales, ADO.
Una reforma constitucional impulsada por Guei antes de los comicios exigió que los candidatos a la presidencia fueran hijos de personas nacidad en el país, con la clara intención de prohibir la candidatura de Outtara.
Tras la reforma, la Corte Suprema no permitió que Ouattara se postulase, con el argumento de que era posible que sus padres hubieran nacido en Burkina Faso.
Partidarios de Ouattara de la etnia mossi, proveniente de Burkina Faso, entonaron la consigna «No puede haber reconciliación sin ADO, ni foro sin los mossi», en una manifestación en Abidjan el 8 de este mes, un día antes del comienzo del foro, que durará dos meses.
Sin embargo, en la tarde de ese día Ouattara anunció desde París, donde reside en la actualidad, que aprobaba la realización del foro, y que se propone regresar al país en las próximas semanas.
«Criticamos la forma en que se organizaron las cosas, pero de todos modos debemos avanzarm, y hacer lo que sea necesario para restaurar el diálogo», opinó.
El FP propuso el viernes crear una comisión investigadora internacional para establecer si Ouattara puede ser candidato a la presidencia, pero no indicó cómo desea integrarla.
La población comprende que este foro es distinto de las conferencias nacionales periódicas organizadas por el ex presidente Felix Houphouet-Boigny, con la intención declarada de que los habitantes del país se comunicaran entre sí con libertad.
Houphouet-Boigny gobernó desde la independencia del país, en 1960, y su muerte en 1993 dio comienzo a duras luchas por el poder, que culminaron con el golpe de Estado.
«Todos estamos a favor de la reconciliación. Es la única forma de que recuperemos nuestro lugar entre las naciones. Sólo los enemigos del país están contra el foro», sostuvo Alphonse Zady, dirigente del FP, quien criticó a quienes han aprovechado el foro para difundir sus reivindicaciones.
Gbagbo advirtió que el foro no sustituirá al parlamento ni al Poder Ejecutivo, y afirmó que se trata de una oportunidad de «alcanzar la redención colectiva».
«¿Qué sentido tiene haber desperdiciado unos 1,5 millones de dólares en la organización de este ejercicio, si sus resoluciones serán irrelevantes?», replicó Eugenie Oulai, de la Unión por la Democracia y la Paz, quien piensa que la reconciliación nacional no es posible.
«Nuestro problema son los grupos opositores, y sufriremos mientras esos grupos se rehúsen a colaborar. Nos gustaría que dijeran la verdad en el foro, pero es muy poco probable que lo hagan», añadió.
Angele Gnonsoa, del Partido de los Trabajadores, sostuvo en el foro que los cuatro principales dirigentes políticos, Gbagbo, Guei, Ouattara y el ex presidente Konan Bedié, depuesto por Guei, deben reunirse y resolver sus diferencias.
Bedié, exiliado en París, anunció que volverá pronto al país.
«La reconciliación exige reconocer las frustraciones de todos», afirmó Angel Kone, portavoz de la Asociación por los Derechos de la Mujer.
Jouhair Mobio, de la Federación de Organizaciones de Mujeres, denunció la impunidad de agentes de seguridad que violaron a mujeres arrestadas durante actos de apoyo a Ouattara.
También sostuvo que la reconciliación exige reabrir el caso de ocho gendarmes acusados de asesinar a 56 personas el día siguiente a las elecciones. (FIN/IPS/tra-eng/ddm/sz/mn/mp/ip/01