COMERCIO-EEUU: Vía rápida aplazada en el Congreso

El opositor Partido Demócrata contuvo hoy en el Congreso de Estados Unidos la ofensiva de los republicanos por conceder al presidente George W. Bush la autoridad de vía rápida para la negociación de acuerdos internacionales de comercio.

La votación de la propuesta de vía rápida, necesaria para acelerar las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas, fue postergada al menos hasta el martes, informó el presidente del comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, el republicano Bill Thomas.

Los demócratas acusaron a Thomas y al representante de Comercio Exterior, Robert Zoellick, de aprovechar el momento de crisis nacional causado por los atentados en Nueva York y Washington para apresurar el tratamiento de la iniciativa.

El aplazamiento es una victoria de los sindicatos, de los ecologistas y de los dirigentes del bloque demócrata en la Cámara de Representantes, que exigen la incorporación de cláusulas de protección del ambiente y de derechos laborales al proyecto de vía rápida.

«La decisión tomada hoy (viernes) por el comité de Medios y Arbitrios de aguardar hasta el martes para votar la vía rápida evidencia que esta propuesta tiene un débil apoyo y que es un factor de división», opinó Richard Trumka, secretario y tesorero de AFL-CIO, la principal central sindical de Estados Unidos.

«Necesitamos más unidad» para afrontar la crisis causada por los ataques terroristas del 11 de septiembre, «y es perturbador que los partidarios de la vía rápida consideren este momento como una oportunidad ideal para aprobar algo que no tenía posibilidades» antes de los atentados, agregó.

El aplazamiento es un retroceso para Zoellick, que esperaba que el Congreso aprobara la autoridad de vía rápida antes de la cuarta reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio a celebrarse el mes próximo en Qatar, donde los países industrializados esperan iniciar una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales.

«Si no consiguen el apoyo de más demócratas para la semana próxima, las posibilidades de aprobar la vía rápida antes de la (reunión de la) OMC son bajísimas», aseguró un colaborador del Congreso a IPS.

La vía rápida, designada «autoridad de promoción comercial» por el gobierno de Bush, permite a los presidentes estadounidenses negociar acuerdos comerciales sin que el Congreso los modifique. El poder legislativo sólo tiene la posibilidad de aceptar o rechazar el tratado, en bloque.

El Congreso aprobó hasta 1995 la autoridad de vía rápida para los sucesivos gobiernos, pero la mayoría de los legisladores demócratas rechazaron en aquel año el pedido del gobierno de Bill Clinton.

Los demócratas pretenden que los nuevos acuerdos comerciales exijan a los socios de Washington el respeto de derechos laborales protegidos por la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y garantías ambientales.

Asimismo, quieren corregir lo que consideran un error importante del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994), el llamado Capítulo 11, que permite a las empresas privadas demandar a países extranjeros que no aceptan sus productos por motivos ambientales.

Un ejemplo fue la demanda planteada de una compañía canadiense contra el estado de California por prohibir el uso de un agregado de gasolina que puede contaminar el agua potable.

La mayoría de los republicanos se oponen a incluir derechos ambientales y laborales en los nuevos acuerdos comerciales, y argumentan que los demócratas pecan de proteccionismo.

Las diferencias entre los dos partidos provocó un estancamiento legislativo que continúa vigente.

Pero el patriotismo que invadió al país tras los atentados de septiembre, y el posterior aumento de la popularidad de Bush, impulsaron a Zoellick y a los republicanos a lanzar una nueva ofensiva para aprobar la vía rápida, con el respaldo de poderosas asociaciones empresariales como Business Roundtable.

Zoellick argumentó en discursos y artículos que la apertura de mercados a través de acuerdos comerciales debe considerarse un frente clave en la «guerra» nueva contra el terrorismo.

«Enemigos pasados aprendieron que Estados Unidos es el arsenal de la democracia. Los enemigos de hoy aprenderán que… es el motor económico de la libertad, de la oportunidad», escribió en el diario Washington Post el 20 de septiembre.

«El comercio es más que la eficacia económica. Promueve los valores centrales de esta prolongada lucha», agregó.

La idea de Zoellick de que el patriotismo exige apoyar la vía rápida enfureció a muchos demócratas.

«La bandera está en alto, y se supone que todos debemos saludarla. Pero se arriesgan mucho si piensan que pueden apresurar» la vía rápida, se quejó el legislador Charles Rangel, demócrata del Comité de Medios y Arbitrios.

«Los estadounidenses creen que la erradicación del terrorismo no significa exportar empleos con buenos salarios y socavar la infraestructura manufacturera y agrícola», declaró la representante Marcy Kaptur.

Con el fin de granjearse el apoyo de los demócratas, el proyecto de Thomas incluye un artículo que menciona que los derechos laborales y la protección ambiental serán objetivos de negociación de los futuros acuerdos comerciales.

Dirigentes demócratas presentaron su propio plan, que incluiría el requisito para toda autoridad de vía rápida de que los socios comerciales apliquen las normas de la OIT y que Washington y otros gobiernos respeten los acuerdos ambientales multilaterales, incluso si entran en conflicto con los acuerdos comerciales nuevos. (FIN/IPS/tra-en/jl/aa/ff aq/if/01

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