Las autoridades de salud del Caribe se preparan para un posible brote de ántrax en la región, donde funcionarios postales comenzaron a encontrar sobres con polvo blanco.
El Centro de Epidemiología del Caribe (CAREC), con sede en Trinidad, analizó 15 de esos sobres y no encontró rastros de ántrax, pero el temor crece en la región debido a la proximidad con Estados Unidos, donde desconocidos han enviado numerosas cartas con ántrax a medios de comunicación y al Congreso.
Las autoridades sanitarias estadounidenses ya confirmaron 10 casos de carbunco, cuatro de ellos pulmonar, la forma más letal de la enfermedad, que causó la muerte a dos empleados postales y a un editor fotográfico.
«Es sólo cuestión de tiempo» para que la bacteria llegue a Jamaica y sus vecinos, dados los intensos contactos con Estados Unidos a través del comercio, el correo y el turismo, señaló Ann- Marie Morris, una trabajadora de la salud de Jamaica.
El temor a la propia enfermedad es menor que a su potencial de generar pánico, agregó.
James Hospedales, director de CAREC, llamó a la calma la semana pasada en Trinidad y Tobago, donde la alarma reinaba entre los empleados postales luego de que un colega informó haber estado en contacto con un sobre del que salía polvo blanco.
Informes similares se registraron en Barbados, Jamaica y Puerto Rico.
Hospedales aseguró que los sistemas de salud pública del Caribe poseen suficientes laboratorios y suministros de antibióticos para vigilar y tratar cualquier eventual infección.
Las autoridades sanitarias emitieron instrucciones a los laboratorios sobre cómo realizar los análisis del ántrax. Así mismo, CAREC publicó en su sitio web pautas para el manejo de correspondencia sospechosa y de conducta a seguir ante posibles infecciones.
El ántrax está clasificado como «enfermedad de declaración obligatoria de clase 1», es decir que los médicos están obligados a informar a las autoridades de salud y seguridad sobre cualquier síntoma similar al del carbunco.
Morris confía en una aplicación rigurosa del control «clase 1» y destacó que, en todo caso, el ántrax no es transmisible entre personas.
Los empleados postales de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Islas Caimán, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago ya cuentan con máscaras y guantes profilácticos para hacer su trabajo.
La respuesta del Caribe a la alarma por el ántrax también se deriva, en parte, de un «alerta ante correspondencia sospechosa» emitida por el Servicio Postal de Estados Unidos.
«Estamos tomando medidas preventivas para evitar que cualquiera de nuestros empleados resulte afectado», declaró Edward Noble, director general de correos de Guyana.
Blossom O'Mealy-Nelson, directora del servicio postal de Jamaica, teme que el pánico trastorne toda la actividad del correo, ya enlentecida por las normas sobre manejo de paquetes emitidas luego de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
El Ministerio de Salud de Jamaica trató de tranquilizar a la ciudadanía recordando que «aunque el ántrax es una enfermedad transmisible, no se contagia de una persona a otra».
La transmisión entre especies sí es más preocupante, por eso el Ministerio de Agricultura agregó el carbunco a su lista de enfermedades bajo vigilancia, que incluye la vaca loca y la fiebre aftosa, informó George Grant, jefe de servicios veterinarios.
El único brote de ántrax en el ganado de Jamaica se registró en 1968.
En todo el mundo se registran entre 2.000 y 5.000 casos de ántrax por año, cinco de ellos en Estados Unidos, según CAREC.
El «bacillus anthracis» se encuentra en animales y puede transmitirse a personas a través de la inhalación, la ingestión y el contacto con la piel.
Aunque la respuesta inicial a la alarma pública ha sido principalmente médica, funcionarios y observadores apuntaron también a la necesidad de reforzar los controles fronterizos, incluso con el apoyo de Estados Unidos y Gran Bretaña en la vigilancia marítima, principalmente para el control del narcotráfico.
Pero la seguridad es a veces un enorme desafío logístico y financiero. Bahamas, por ejemplo, tiene un territorio de 185.000 kilómetros cuadrados distribuidos en más de 700 islas y cayos, y la Guardia Costera de Jamaica posee un solo buque para patrullar los 1.022 kilómetros de costa de la isla. (FIN/IPS/tra-en/zn/aa/mlm/he-ip/01