El asesinato de sindicalistas aumentó 50 por ciento en el mundo en 2000 y América Latina es el lugar más peligroso para esos activistas, según una investigación divulgada en la capital belga.
La última «Investigación anual de violaciones de derechos sindicales» de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) cataloga incidentes de represión contra sindicalistas en casi 150 países.
En 2000 fueron asesinados en el mundo 209 sindicalistas, detenidos 8.500, heridos 3.000, acosados más de 100.000 y despedidos casi 20.000 «debido a sus actividades sindicales», señaló el informe.
Colombia es el país más peligroso, según CIOSL, donde fueron asesinados 153 sindicalistas en 2000, el doble de la cantidad de 1999, y varios miles en la última década.
La mayoría de los asesinatos se atribuyen a grupos paramilitares, seguidos por narcotraficantes y guerrilleros. Los crímenes se concentraron en el departamento de Antioquía, en la región de Medellín.
«Si Colombia se omitiera (de la investigación), las cifras (de represión) habrían mejorado» con respecto a 1999, señala el secretario general de CIOSL, Bill Jordan, en la introducción a la investigación.
«Pero eso implicaría pasar por alto los arrestos, actos de tortura, amenazas, interferencia en los asuntos internos de los sindicatos y despidos represivos. Las violaciones en estas categorías están en aumento», agregó.
Las empresas amenazan a sus trabajadores con el cierre o el traslado de su producción al exterior si insisten en sindicalizarse, señaló Jordan.
Aparte de Colombia, la situación es «inquietante» en Guatemala, Venezuela, Costa Rica, China, Corea del Sur, Swazilandia, Zimbabwe, Belarús y los estados del Golfo, indicó CIOSL.
«La violencia y la persecución, las amenazas de muerte y los asesinatos también son la orden del día en Guatemala», destacó la investigación.
En las plantaciones de banano y café, en fábricas textiles y zonas francas industriales de grandes empresas se intimida sistemáticamente a los sindicalistas, agregó el informe.
En Costa Rica es común que empleados del sector privado se nieguen a reconocer a su sindicato y en cambio establezcan una organización » 'solidaria' que ofrece a los trabajadores beneficios a cambio de que renuncien al sindicato».
Las zonas francas de América Central también son «zonas libres de derechos donde los sindicalistas son perseguidos constantemente», sostuvo CIOSL. Este problema se reitera en 33 países en todo el mundo, agregó.
Un estudio realizado en siete zonas francas de Filipinas reveló que los sindicalistas son perseguidos, mientras los sindicatos están prohibidos en las zonas francas de Bangladesh.
Las huelgas también se prohíben en las zonas francas de Namibia y Turquía.
En Asia se produjeron 71 por ciento de los arrestos y 87 por ciento de los casos de acoso a sindicalistas en el mundo, informó CIOSL.
China «aplasta inmediatamente todo intento por crear un sindicato independiente. Quienes intentan hacerlo son enviados a hospitales psiquiátricos o a campamentos de trabajos forzados», según el informe.
El gobierno de Kim Dae Jung encarceló a más sindicalistas en Corea del sur que su antecesor, por motivos de «obstrucción al trabajo».
La recesión de la economía estadounidense afectó a las industrias exportadoras de Asia y presionó el nivel de empleo, los salarios y las condiciones de trabajo en general, explicó CIOSL.
Incluso las economías más prósperas (Japón, Singapur y Taiwan) tienen un crecimiento bajo o incluso negativo. «Todo esto condujo a la erosión de los derechos de los sindicalistas».
En casi 60 por ciento de los países africanos hubo casos de despidos de trabajadores por sus actividades sindicales. Cuando no recurren a la violencia, las autoridades emplean la legislación vigente para limitar el derecho a la huelga.
En Zimbabwe fueron asesinados dos sindicalistas opositores al régimen de Robert Mugabe.
En los países con regímenes autoritarios, los sindicatos son, con frecuencia, la única oposición organizada, destacó la investigación.
«Cuando el uso de la fuerza no basta para acallar a los sindicatos, las autoridades no dudan en interferir en la esfera sindical, formando sindicatos amarillos, confiscando los bienes sindicales o fomentando divisiones dentro de las organizaciones», agregó.
En 108 países existen obstáculos jurídicos a la organización sindical. Algunos los prohíben totalmente, como Bhután, Birmania y Guinea Ecuatorial.
Otros impiden la actividad sindical independiente, (como Cuba, Vietnam, Laos, Siria e Iraq) o los reemplazan con los llamados «comités consultores» (Bahrein, Qatar, Omán y Emiratos Arabes Unidos).
Los sindicatos de estos países responden al gobierno y no defienden los intereses de los trabajadores, según CIOSL.
Los países con leyes que prohíben la discriminación antisindical suelen ignorarlas. «Hay algo paradójico en el contraste entre las declaraciones de la comunidad internacional sobre las normas laborales y la realidad en la práctica», dijo Jordan.(FIN/IPS/tra-en/bk/mn/aq/lb/01