ASIA MERIDIONAL: Vuelve la guerra fría

Asia meridional parece volver a la guerra fría, mientras India estrecha sus vínculos militares con Rusia y el secretario de Estado estadounidense Colin Powell realiza consultas en la región sobre un gobierno pos-Talibán en Afganistán.

El viceprimer ministro ruso Ilya Klebanov destacó, de visita en Nueva Delhi, que Rusia siempre respaldó a la opositora Alianza del Norte en Afganistán y se opuso al régimen radical islámico Talibán, ahora blanco de bombardeos por una coalición internacional contra el terrorismo encabezada por Washington.

«Debo decir que India y Rusia tienen igual visión sobre la situación en Afganistán, pero hoy las potencias occidentales se suman a nuestros esfuerzos», declaró Klebanov en conferencia de prensa.

Así mismo, anunció que Rusia firmará el mes próximo un contrato para arrendar a India cuatro bombarderos TU-22, capaces de portar ojivas nucleares.

Sin embargo, Klebanov no respondió si Moscú planea arrendarle también a Nueva Delhi un submarino nuclear, como lo hizo durante la guerra fría.

El año pasado, India firmó un acuerdo con Rusia para comprarle equipos militares por 3.000 millones de dólares, incluso cazas SU- 30, tanques T-90 y el portaaviones Almirante Gorshkov, en una reminiscencia de los estrechos vínculos de defensa entre ambos países durante la guerra fría.

India respaldó la ocupación soviética de Afganistán en la década de 1980.

Desde 1996, cuando Talibán tomó Kabul, y hasta los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, Nueva Delhi brindaba respaldo a la opositora Alianza del Norte, mientras Pakistán, su vecino y rival, apoyaba a Talibán.

Ahora, cuando el gobierno afgano es blanco de ataques por proteger al saudí Osama bin Laden -el principal sospechoso de los atentados de Nueva York y Washington-, India intenta impedir que el próximo régimen de Afganistán quede en manos de la Alianza del Norte.

Klebanov y el primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee conversaron sobre el futuro político de Afganistán y la situación actual de la región antes de brindar su conferencia de prensa.

Este martes, el canciller estadounidense Powell llegó a Nueva Delhi luego de hacer una serie de concesiones a Pakistán, que está colaborando con la campaña antiterrorista de Washington.

El presidente pakistaní Pervez Musharraf advirtió que un vacío de poder en Kabul podría provocar una nueva guerra civil y exigió garantías de que se tomen en cuenta los intereses de la etnia mayoritaria patán en la futura conformación política del vecino Afganistán.

La etnia patán, a la que pertenecen los Talibán, constituye 45 por ciento de la población afgana y tiene estrechos vínculos históricos y culturales con los pakistaníes. Los otros grupos, incluidos los tajikos, los uzbekos y los hazaras, son los que integran la opositora Alianza del Norte.

La visita de Powell a Islamabad estuvo destinada a explorar la posibilidad del retorno del rey afgano exiliado, Mohammed Zahir Shah. Pese a ser patán, se cree que Shah podría ser un factor de unión para las distintas tribus afganas durante un régimen interino.

«El ex rey, el ala moderada de los Talibán, la Alianza del Norte y exiliados políticos afganos deben integrar el futuro gobierno», declaró Musharraf en una conferencia de prensa conjunta con Powell.

Powell concordó con Musharraf en que los Talibán deben participar del próximo gobierno afgano.

«Si nos deshacemos del régimen (Talibán), persistirán aquellos que sigan sus enseñanzas y creencias», advirtió el secretario de Estado.

Por su parte, Musharraf respondió a ese respaldo político reafirmando el apoyo de Pakistán «por tiempo indefinido» a la operación militar de Estados Unidos en Afganistán.

Mientras, India y Pakistán intercambiaban disparos por segundo día consecutivo a través de la Línea de Control que divide la región musulmana de Cachemira entre ambos países. La parte india de Cachemira ya fue causa de tres guerras entre los dos estados de Asia meridional, armados con bombas nucleares.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, exhortó a ambos países a reducir la tensión. «Considero importante que India y Pakistán se contengan durante nuestras actividades en Afganistán y para siempre», dijo.

En Islamabad, Powell también urgió a ambos rivales nucleares a reanudar el diálogo para buscar una solución pacífica a la cuestión de Cachemira.

Pero el ministro de Defensa de India, George Fernandes, prometió continuar con las «acciones punitivas» en la frontera para impedir que militantes pakistaníes se infiltren en territorio indio.

India acusa a Pakistán de patrocinar el «terrorismo transfronterizo» en Cachemira, pero Islamabad sostiene que sólo brinda a los guerrilleros separatistas «apoyo moral y diplomático». (FIN/IPS/tra-en/rdr/mmm/mlm/ip/01

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