REFUGIADOS-GRAN BRETAÑA: Polémica por fallo contra detenciones

La política de Gran Bretaña sobre refugiados quedó envuelta en la polémica esta semana debido a una decisión judicial que declaró ilegal la detención de cuatro solicitantes de asilo procedentes de Iraq.

Los cuatro kurdos iraquíes, de los cuales tres finalmente recibieron el asilo, habían sido detenidos el año pasado en el centro de recepción Oakington de Cambridgeshire, una antigua base de la fuerza aérea.

El juez Justice Collins, del Tribunal Superior de Justicia de Londres, determinó que el arresto de esos solicitantes de asilo fue ilegal en virtud de la Convención Europea sobre Derechos Humanos, que ahora forma parte de la ley británica, porque no había motivos para pensar que los iraquíes se fugarían.

Sin embargo, la sentencia no sugiere que la detención de todos los solicitantes de asilo sea ilegal, y de hecho hay más de 1.000 de ellos actualmente en centros de detención británicos.

Varias organizaciones defensoras de derechos civiles plantearon interrogantes sobre los demás casos.

«Una vez que se acepta que… no hay riesgo de que el solicitante pueda fugarse o comportarse en forma incorrecta, es imposible… que se diga que debe ser detenido para impedir que efectúe un ingreso no autorizado» al país, falló el juez Collins.

El juez calificó de una «vergüenza» los procedimientos empleados por el Ministerio del Interior.

«No estoy diciendo que detener a aquellos que vienen a este país en busca de asilo sea necesariamente ilegal», precisó.

Collins dijo que los iraquíes fueron detenidos no porque fuera probable que desaparecieran, sino simplemente para facilitar el trámite de sus solicitudes.

En la actualidad hay aproximadamente 100 solicitantes de asilo en Oakington. El Ministerio del Interior anunció que los mantendrá allí, mientras apela contra el fallo del tribunal.

«Las consecuencias que tendrá el fallo para la operación eficaz pero rigurosa de controles de inmigración justos perturba profundamente al secretario del Interior», declaró a IPS un portavoz del Ministerio.

La detención en el centro Oakington fue evidentemente ilegal, dijo a IPS Habib Rehman, del Joint Council for the Welfare of Immigrants (Consejo Conjunto para el Bienestar de los Inmigrantes).

«Nadie se engaña si a un centro de detención se le llama centro de recepción. Aquí se detuvo a gente no por haber cometido un delito, sino sólo por la conveniencia administrativa del Ministerio del Interior», dijo Rahman.

«Esto atenta contra los derechos humanos fundamentales», agregó.

El Ministerio del Interior sólo puede detener a la gente de acuerdo con la ley y los principios generales de justicia, pero no lo está haciendo, aseguró.

Organizaciones de derechos humanos cuestionan el derecho de detener a los solicitantes de asilo. En la actualidad hay 1.800 personas detenidas por la Ley de Inmigración, de las cuales 1.100 se encuentran en prisiones y otras en centros de detención similares.

«El principio en juego es si está bien detener a la gente que no cometió delito alguno», dijo Nick Hardwick, presidente del Consejo de Refugiados.

Los grupos de libertad civil piden que por lo menos no se detenga a los solicitantes en prisiones.

«Sólo se debe detener a la gente cuando hay una razón excepcionalmente buena, y la conveniencia administrativa… no lo es», dijo Mary Cunneen, directora asociada de la organización no gubernamental Liberty.

Los cuatro solicitantes de asilo iraquíes habían llegado a Gran Bretaña en diciembre, ocultos en camiones. No existe una política que decida quiénes pueden fugarse y quiénes no.

De los 6.182 solicitantes que pasaron por Oakington hasta junio, 884 fueron enviados a centros de detención o prisiones.

El fallo judicial generó un debate sobre aquellos solicitantes que se encuentran detenidos.

La secretaria del Interior en la sombra del partido Conservador, Anne Widdecombe, propone que se modifique la ley británica para que todos los solicitantes de asilo sean detenidos, antes de ser deportados o ser aceptados como refugiados.

Pero el ex ministro del Interior Jack Straw dijo que el plan conservador es «poco práctico, inhumano y caro». (FIN/IPS/tra-en/ss/raj/mn/mlm aq/hd/01

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