El gobierno de Chile rechazó hoy críticas de la extrema derecha a los aportes comprometidos por el Estado al Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina.
Parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente (UDI) señalaron que la contribución chilena de cinco millones de dólares al fondo creado hace 10 años es excesiva y podría servir para financiar acciones de protesta, sin favorecer directamente a las minorías étnicas.
El director de Presupuesto, Mario Marcel, cuestionó las declaraciones de los legisladores de la oposición derechista y precisó que el aporte fue aprobado por el parlamento, en el marco de la ley sobre ingresos y gastos del Estado de 2000.
El fondo fue creado en 1992, en el marco de la II Cumbre Iberoamericana, y su objetivo es favorecer el diálogo entre los diferentes actores sociales de América Latina acerca de los pueblos indígenas.
El acuerdo fue suscrito por 22 países, pero hasta la fecha 16, incluyendo a Chile, han ratificado la creación del fondo y los aportes con que participarán en él.
El diputado de la UDI Eduardo Díaz sostuvo el martes que Chile giró recursos para el fondo sin conocimiento de los parlamentarios y opinó que el aporte de cinco millones de dólares es superior al de otras naciones que tienen mayor porcentaje de población indígena.
Díaz y el senador Carlos Bombal, también de la UDI, indicaron que España y México sólo han aportado al fondo dos millones de dólares cada uno, Perú contribuyó con 100.000 dólares, Ecuador con 250.000 y Panamá con 50.000 dólares.
Chile, con 15 millones de habitantes, cuenta con más de un millón de indígenas de las etnias mapuche, que es la más numerosas, de aymara, rapanui y kaweskar.
Ocho por ciento de la población de Chile son indígenas, un porcentaje inferior a la de Guatemala, Bolivia, Perú, Ecuador y México.
Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores señalaron que las cifras de Díaz sobre aportes de otros países eran erróneas, y precisaron que Bolivia se comprometió con seis millones de dólares para el fondo.
España, México, Perú y Panamá entregarán cinco millones, al igual que Chile, y Ecuador contribuirá con un millón de dólares, agregaron las fuentes.
El gobierno Chile concretó hace tres semanas su primera cuota para el fondo, con el depósito de un millón de dólares en un banco internacional, informó Marcel.
El director de Presupuesto añadió que ese pago debió hacerse efectivo en 1998 y que el retraso estaba perjudicando otras operaciones financieras del Estado chileno.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) recordó a Santiago el incumplimiento a raíz de una solicitud del gobierno de Ricardo Lagos a esa agencia multilateral de un crédito de 80 millones de dólares, destinado a proyectos productivos en las comunidades indígenas.
El BID, que participa en el proyecto del Fondo de Desarrollo Indígena, advirtió a las autoridades chilenas que la solicitud del préstamo era inconsistente con el atraso en las contribuciones al compromiso asumido en la Cumbre Iberoamericana.
El decreto de ratificación del fondo fue expedido en Chile en diciembre de 1995 y el Ministerio de Hacienda comprometió el aporte de los cinco millones de dólares en 1997.
En el trasfondo de la polémica desatada por la UDI gravitan los diferentes enfoques sobre la cuestión indígena de las fuerzas políticas chilenas.
El partido derechista, que se identifica con la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), postula una política de «integración» de las etnias, sobre la base de iguales derechos con todos los ciudadanos chilenos.
En la gobernante Concertación por la Democracia, de centroizquierda, predominan las propuestas de un trato preferencial a los indígenas, como una forma de reparación histórica ante la situación de atraso que los afecta secularmente.
Los sectores de derecha aseveran que existe una red de organizaciones internacionales que agita las reivindicaciones indígenas y que está involucrada en la agudización de los conflictos de tierras en el sur de Chile. (FIN/IPS/ggr/dm/hd/01
