La falta de interés del gobierno de Indonesia en preservar las tradiciones de la minoría sundanesa puede llevar a la extinción esa cultura, que incluye un idioma propio y ricas manifestaciones artísticas.
Los expertos advierten que el idioma sundanés podría perderse en el futuro próximo, porque los jóvenes integrantes de esa etnia no lo hablan.
«La existencia de la cultura está en peligro porque a muchos de nosotros no nos importa», dijo Ajip Rosidi, investigador del arte sundanés.
Ajip dirige la Fundación Rancage, dedicada a preservar la cultura del pueblo sundanés, que constituye 14 por ciento de los 200 millones de habitantes del país.
Los sundaneses se destacan por sus artes, que incluyen el teatro de marionetas de madera «wayang golek» y la interpretación humorística con intervalos musicales «calang». Su literatura también incluye un género de poesía exclusivo llamado «pupuh», sólo practicado por los sundaneses.
Los sundaneses también han sido creativos en el ámbito musical, con instrumentos musicales como el «angklung», un conjunto de tubos de bambú que se tocan como campanas.
Así mismo, se jactan de su danza, como la «tari topeng» (danza de la máscara), y la «jaipangan» (baile social).
La tierra Sunda, también conocida como Parahiyangan, se extiende del estrecho de Sunda, en el oeste, hasta la frontera con Java central, en el este del país. Allí tuvieron sede los poderosos reinos de Taramanegara, Pajajaran, Banten y Cirebon, en la antigüedad.
En este contexto surgió una cultura rebosante de ricas anécdotas, música y filosofía, lo cual refleja una armonía con el ambiente, la vida en comunidad e incluso las relaciones internacionales.
Pero no todos opinan que la cultura sundanesa esté en decadencia. El académico japonés Mikihoro Moriyama, por ejemplo, sostiene que, aunque el cambio es inevitable, aún no hay razón para creer que el legado sundanés vaya a desaparecer.
«Japón, entre otros países y culturas, también para por el mismo proceso de cambio», agregó.
El profesor holandés Robert Wessing coincide con Moriyama y dice que, al menos el pueblo «sundanés sigue siendo educado, cordial y aún come verduras, que son la sustancia de su cultura».
Pero la investigación de Ajip sugiere que al menos 300 formas de expresión artística sundanesas han desaparecido.
Así mismo, en cuanto a la literatura, «en 1931 se publicaron 4.000 títulos (sundaneses), pero en los años 90 la cifra se redujo a menos de 1.000 títulos», agregó.
El gobierno es parte del problema, asegura. «Hablan de la necesidad de preservar la tradición y la cultura, pero no saben cómo hacerlo», dijo.
«No proporcionan edificios, como teatros o galerías, para las artes locales, ni libros. Tampoco propician la transferencia de la herencia cultural a los niños», sostuvo.
Con estas inquietudes, la Fundación Rancage realizó del 22 al 25 de agosto el Primer Congreso Internacional sobre la Cultura Sundanesa, en el que participaron 600 expertos culturales sobre el tema, unos 15 procedentes del exterior.
Los delegados recomendaron el cambio del sistema educativo nacional para crear generaciones jóvenes más independientes y creativas.
Otros creen que la decadencia de esta cultura no es culpa del gobierno. «Creo que entre las culturas se produce un proceso de selección natural. Sólo aquellas compatibles con la tendencia a la globalización podrán sobrevivir», dijo Teten Masduki, director de la organización independiente contra la corrupción Corruption Watch. (FIN/IPS/tra-en/ky/ccb/aq/cr/01