Agricultores, partidos opositores y grupos de derechos humanos de Kenia cuestionaron la prohibición del comercio con Somalia decretada por el presidente Daniel Arap Moi para detener el contrabando de armas pequeñas.
La medida abarca todo tipo de comercio por tierra, mar o aire y regirá hasta que los grupos somalíes en conflicto resuelvan sus diferencias y se establezca un gobierno «legítimo», dijeron las autoridades keniatas.
El sector más afectado es el lucrativo comercio del qat (catha edulis), un arbusto parecido al del té cuyas sustancias alcaloides producen un efecto estimulante y que genera 250 millones de dólares a la economía keniata.
Las hojas frescas del qat, que crece en abundancia en el oriental distrito de Meru, se mastican o se preparan en infusión en Arabia Saudita, Djibouti, Etiopía, Somalia y Yemen.
Somalia importa casi 90 por ciento del qat de Kenia. Otros mercados son Arabia Saudita, Djibouti, Europa y Etiopía.
Las autoridades keniatas creen que los comerciantes de qat ofrecen cobertura al contrabando de armas desde Somalia.
El estado somalí se desintegró luego del derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barré, en 1991, cuando milicias armadas se repartieron el territorio.
La conferencia de paz realizada en agosto de 2000 en Djibouti, en la que participaron diversas facciones somalíes, permitió elegir a un parlamento. Los legisladores designaron presidente a Abdulkassim Salat Hassan, que en octubre instaló en Mogadiscio un «gobierno de reconciliación», con representantes de todos los clanes.
Pero Hassan aún debe asumir el control del país del Cuerno de Africa, donde la anarquía permite la venta abierta de armas y su contrabando a países vecinos por extensas fronteras sin vigilancia.
La Comisión de Derechos Humanos de Kenia (KHRC) cuestionó la decisión del gobierno, aduciendo que medio millón de agricultores dependen de la exportación de qat a Somalia.
«La cuestión de la seguridad es muy importante y nadie la discute. Pero en esta circunstancia parece primar el capricho en lugar de la razón», dijo a IPS Steve Ouma, integrante de la KHRC.
El contrabando de armas podría controlarse si la policía hiciera bien su trabajo, sostuvo el legislador Maoka Maore ante el parlamento. «A menos que el gobierno dude de su propio sistema de seguridad en los aeropuertos, el comercio del qat no debería verse alterado», declaró.
La semana pasada un cargamento del producto por valor de 111.000 dólares fue destruido en el aeropuerto Wilson de Nairobi, cuando las autoridades no autorizaron el vuelo que debía trasladarlo a Somalia.
«Productores y vendedores de qat constituyen un grupo relativamente organizado. El gobierno podría negociar con ellos para asegurarse que no transporten armas. Pero no se ha hecho ningún intento en este sentido», afirmó Ouma.
«Deberíamos buscar a los verdaderos culpables. Nosotros vendemos qat, no armas», dijo Abdi Nassir Hajjim, dirgente de la Asociación de Comerciantes de Qat de Kenia.
La ganadería, el azúcar, la industria textil, así como el transporte aéreo y el de cientos de camiones de larga distancia, también resultaron afectados por la prohibición decretada la semana pasada.
«La prohibición no enfrenta seriamente el contrabando de armas. Deberíamos corregir errores para no dañarnos a nosotros mismos», sostuvo el líder opositor Mwai Kibaki ante el parlamento.
En Nairobi son cotidianos los enfrentamientos entre la fuerza policila, mal equipada, y las bandas delictivas, bien armadas. Además el gobierno keniata ha recibido presiones internacionales para detener el contrabando de armas.
Kenia fue señalada como uno de los principales destinos y zonas de tránsito de armas en Africa durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio Ilícito de Armas Pequeñas, realizada en julio en Nueva York.
La Organización de Naciones Unidas envió una misión al país para estudiar la creciente inseguridad vinculada a la proliferación de armas pequeñas.
El equipo, dirigido por el jefe del departamento de armas convencionales para asuntos de desarme del foro mundial, Joao Bernardo Honwana, llegó a Kenia apenas una semana después de concluida la conferencia de Nueva York. (FIN/IPS/tra- en/ja/mn/dc/aq/ip if/01