EDUCACION-SERBIA: Gobierno introduce la religión en la escuela

El gobierno de Serbia, la mayor de las dos repúblicas yugoslavas, incluirá la enseñanza religiosa en las escuelas primarias y secundarias el 1 de septiembre, pese a las reservas del ministro de Educación y de expertos en pedagogía y sociología.

El decreto gubernamental prevé que las clases de religión se realicen una vez por semana en los primeros grados de primaria y secundaria. Paulatinamente la enseñanza religiosa se irá integrando a la currícula.

Los padres que no deseen que sus hijos asistan a esas clases podrán optar por la materia «Etica y derechos humanos».

El primer ministro Zoran Djindjic dijo que la autorización de la enseñanza religiosa, decretada la semana pasada, es consecuencia del «fructífero diálogo mantenido con representantes de todos los grupos religiosos» del país.

«Ruego a Dios que este experimento no fracase. No estoy en contra de incluir la religión en la currícula, pero introducir una nueva materia lleva al menos dos años de preparación», comentó a los periodistas el ministro de Educación Gaso Knezevic, luego de que la medida se hizo pública.

«Esto fue una concesión de Djindjic presionado por la Iglesia Ortodoxa, que quiere recuperar su influencia en la sociedad serbia», agregó.

La Iglesia Ortodoxa Serbia, la Conferencia de Obispos de la Iglesia Católica de Serbia y la Organización de la Comunidad Islámica saludaron el decreto.

En una población de 7,5 millones de habitantes, 87 por ciento profesan la fe ortodoxa, mientras católicos y musulmanes suman varios cientos de miles, según las cifras oficiales.

La Iglesia Ortodoxa dio la bienvenida a la reintroducción de la educación religiosa pues «permitirá retornar a los valores tradicionales de la sociedad serbia».

Esos valores «fueron casi aniquilados por décadas de gobiernos ateos que intentaron distanciar a los serbios del propio fundamento de su existencia», afirma un comunicado de la jerarquía ortodoxa.

«Todo el asunto me parece ridículo. Los niños van a la escuela para leer y escribir. Ahora tendrán que aprender cosas abstractas como muerte y resurrección o el dios que creó el mundo. ¿Además, qué pueden entender sobre derechos humanos a esa edad?», se preguntó Danica Ivankovic, madre de Tijana, de siete años.

Educadores, sociólogos y psicólogos calificaron de «precipitada» la medida, para ellos un intento de romper los vínculos con 55 años de historia socialista.

Desde el fin de la segunda guerra mundial, en 1945, como parte de la antigua Yugoslavia Serbia fue gobernada por regímenes comunistas y neocomunistas. Con el retiro del poder de Slobodan Milosevic, en octubre de 2000, el país adoptó un nuevo rumbo.

Milosevic, ex presidente yugoslavo, permanece detenido en La Haya desde su extradición a fines de junio, y es juzgado por crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia.

Serbia integra la República Federal de Yugoslavia junto con el pequeño estado de Montenegro.

La decisión de incluir la religión en las escuelas recuerda a los años 70, cuando la enseñanza del marxismo pasó a formar parte de la currícula escolar.

La opinión del ministro de Educación fue respaldada por los integrantes de una mesa redonda sobre «Catecismo y democracia», organizada la semana pasada por el Comité Helsinki para los Derechos Humanos en Serbia.

El encuentro concluyó que la introducción del catecismo en la escuela iría en detrimento de los niños, la sociedad, el estado e incluso la iglesia, por varias razones.

«Veremos por un lado la clericalización de la sociedad y, por otro, la aparición de sentimientos antirreligiosos. Todo lo que se impone a la gente, sobre todo a los estudiantes, está destinado a despertar reacciones contrarias tarde o temprano», dijo el sociólogo Mirko Djordjevic en la reunión.

«Experimentos» similares en las vecinas Croacia y Bosnia- Herzegovina fracasaron, agregó.

«Cada vez menos estudiantes asistían a las clases. Agobiados con una gran cantidad de asignaturas, no tenían tiempo para la religión en la escuela», aseguró Djordjevic.

Aunque se declaren como integrantes de la Iglesia Ortodoxa, no muchos serbios son creyentes, recordaron varios participantes de la mesa redonda.

Según una encuesta de opinión pública realizada por la agencia Faktor Plus, sólo 22,8 por ciento de los serbios consultados se consideraron creyentes, mientras 40,8 por ciento afirmaron no serlo. El resto se manifestó más o menos indiferente a la religión.

En este escenario, el sociólogo Obrad Savic no tiene dudas de que la idea surgió por la presión de la Iglesia Ortodoxa. «La iglesia teme el rápido avance de la globalización, sigue siendo xenófoba y odia la modernización», aseguró.

Sabic y otros participantes del diálogo recordaron que hace 30 años se introdujo del mismo modo la enseñanza del marxismo.

«Era la materia más ridiculizada y odiada por los estudiantes», sostuvo la antropóloga Zagorka Golubovic. (FIN/IPS/tra- eng/vpz/raj/dc/cr/01

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