La policía de Zimbabwe llamó a la calma hoy luego de que veteranos de la guerra de independencia exigieron que los propietarios blancos de granjas abandonen sus tierras, tras el asesinato de un negro por un granjero.
«Pedimos tranquilidad», dijo el portavoz de la policía Wayne Bvudzijena a la emisora estatal Zimbabwe Broadcasting Corporation (ZBC), este lunes.
La raíz del problema fue la muerte de Febian Mapenzauswa, presuntamente atropellado el sábado por el granjero blanco Philip Bezuidenhout, en su granja de Odzi, en el este del país.
Es la primera vez que un negro muere en el enfrentamiento con los granjeros blancos, desde que los veteranos de la guerra de independencia de los años 70 comenzaron a invadir las granjas en febrero. Más de ocho agricultores blancos fueron asesinados desde entonces.
Andy Mhlanga, secretario general de la asociación de veteranos de guerra advirtió que éstos harían justicia por sus propias manos si los granjeros se niegan a abandonar sus establecimientos. Al preguntársele qué significaban sus palabras, Mhlanga respondió «los granjeros saben qué significan».
«El asesinato (del fin de semana) demostró que la coexistencia entre nosotros y los granjeros blancos ha fracasado y que deben irse de inmediato», afirmó Mhlanga.
Luego de derribar a Mapenzauswa, el granjero habría arrastrado varios metros el cadáver debajo de su automóvil antes de dejarlo junto al camino, según la versión policial.
El granjero habría amenazado con matar a 15 negros para festejar la «aprobación» por el Congreso de Estados Unidos del proyecto de ley Democracia en Zimbabwe. El instrumento legislativo, que aún no fue aprobado, impondría restricciones de viaje al presidente Robert Mugabe y sus ministros.
La policía sostiene que el granjero condujo primero hacia un grupo de colonos para obligarlos a abandonar su propiedad. Al fallar en su intento, dio la vuelta y volvió, directamente hacia Mapenzauswa, derribándolo.
El granjero está detenido y acusado de asesinato. Deberá comparecer ante un tribunal este martes.
La muerte de Mapenzauswa complicó más las relaciones entre el gobierno y los granjeros blancos, enfrentados en una agria disputa por la reforma agraria.
«Este fue un asesinato vergonzoso, premeditado y a sangre fría que recuerda a los asesinatos del Ku Klux Klan en Estados Unidos», declaró el ministro de Información Jonathan Moyo.
«Este granjero blanco lo convirtió en un festejo, por lo que esperamos que la fuerza de la ley tome su curso», dijo Moyo al diario estatal Herald.
«A diferencia de los (colonos) italianos, obligados a salir de Libia sin nada y con las manos sobre las cabezas, la situación de los granjeros blancos (en Zimbabwe) ha sido tan fácil que creen que pueden decidir la temperatura política de este país», señaló un editorial del Herald.
«Los granjeros que piensan que pueden matar a los negros y arrastrar sus cadáveres como ocurrió en Estados Unidos y Sudáfrica deberían pensarlo mejor, ya que estarían buscándose problemas», advirtió el Herald.
El gobierno adquirió a la fuerza más de 1.600 granjas para distribuir sus tierras entre la población negra. Aunque los blancos constituyen menos de uno por ciento de la población de 12 millones de habitantes, 70 por ciento de la tierra está en sus manos.
Millones de negros sin tierras fueron expulsados de sus terrenos por los colonos blancos hace más de 100 años.
Aunque los tribunales declararon que las invasiones son ilegales, el gobierno asegura que los zimbabwenses negros tienen derecho a estar en esas tierras, «robadas» por los colonos blancos.
La Unión de Granjeros Comerciales, que representa a los granjeros blancos, no hizo comentarios sobre el incidente del fin de semana. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/aq/ip/01
