MERCOSUR-UE: Semana clave para avanzar en acuerdo comercial

Delegados del Mercosur y de la Unión Europea (UE) intentarán desde este miércoles en la capital uruguaya encauzar las negociaciones para liberalizar el intercambio comercial, entorpecidas hasta ahora por la negativa europea a reducir los subsidios agrícolas.

El Mercosur (Mercado Común del Sur) espera que en esta oportunidad se pueda avanzar en las conversaciones, luego de que la UE manifestara disposición a discutir las subvenciones que otorga a sus agricultores, aunque a cambio de la reducción de aranceles del bloque sudamericano a productos industriales.

La quinta reunión del Comité de Negociaciones Birregionales fue precedida por dos días de intercambio de información y preparación de la agenda del trabajo que desarrollarán hasta este viernes unos 120 representantes de ambos bloques.

Esta instancia común permite intercambiar información sobre las áreas en discusión, como el comercio de bienes, servicios, la propiedad intelectual, inversiones, competitividad y solución de controversias comerciales, así como los avances en las conversaciones en esas materias.

El Comité fue creado por el Consejo de Cooperación, que conduce el proceso de negociación comercial entre el Mercosur y la UE, surgido tras la firma en 1995 en Madrid del Acuerdo Marco Interregional de Cooperación y lanzado formalmente durante la Cumbre América Latina y el Caribe-UE, el 28 de junio de 1999 en Río de Janeiro.

El director de Integración y Mercosur de Uruguay, Elbio Rosselli, ubicó el estado real de las conversaciones con la UE al indicar que es imposible saber cuando finalizarán las negociaciones, pues «ciertamente aún no han comenzado».

Rosselli preside la delegación de negociadores del Mercosur, conformado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y al cual están asociados Bolivia y Chile.

El funcionario confía en que ahora se puedan acelerar las tratativas, que insumirán al menos un año más y que están condicionadas a la cuestión agrícola.

Pero el Mercosur también quiere incluir en las conversaciones otras barreras no arancelarias, como las normas fitosanitarias, que también frenan el ingreso de productos sudamericanos a los 15 países integrantes de la UE.

Los países del sur de América, además, pedirán a la UE un tratamiento diferenciado, con el fin de compensar el mayor atraso de su economía frente a los europeos, según indicaron fuentes diplomáticas.

Por su parte, la UE pretende la reducción arancelaria en el área del Mercosur, para mejorar el acceso de su producción de bienes de capital, de consumo, de alta tecnología y de comunicaciones.

Los analistas coinciden que será difícil, pese a las señales de buena voluntad, superar la cuestión de los subsidios agrícolas europeos, que ha sido el centro de las dificultades en las relaciones entre ambas partes.

Un portavoz de la delegación brasileña aseguró que tratativas que no incluyan los subsidios agrícolas, además de las medidas antidumping (comercio desleal), son incompletas y llegan a conclusiones sin importancia.

La importancia que tiene este asunto para el Mercosur fue destacada por Rosselli, quien asegura la región no está dispuesta a abrir su mercado a productos subsidiados, pues atenta directamente contra la el sector que más contribuye a las exportaciones.

El diplomáticio uruguayo explicó que el Mercosur no puede desmantelar la protección agrícola si la UE pretende exportar productos favorecidos con ayuda estatal a la región.

La UE aún destina 40.000 millones de dólares anuales para subsidiar a los productores agropecuarios, pese al recorte de subvenciones en general dispuesto por la Ronda Uruguay de conversaciones multilaterales de comercio, finalizada en 1994 y que dio origen a la Organización Mundial de Comercio.

La posibilidad de liberalizar el comercio entre el Mercosur y la UE significará acercar economías que en conjunto equivalen a 32 por ciento de la producción anual en el mundo.

El Mercosur produce más de un billón de dólares, que representa más de cuatro por ciento de la producción mundial, mientras que el producto interno bruto del bloque europeo alcanza a ocho billones de dólares, más de 28 por ciento del total mundial.

Los delegados de los dos bloques advirtieron que el rápido avance de la globalización obligará a profundizar las relaciones entre el Mercosur y la UE también en aspectos políticos y sociales, además del comercial.

El Mercosur y la UE habían previsto crear una zona de libre comercio antes de 2005, pero en la cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea se eliminó la fecha tope.

También en esa instancia se reemplazó el concepto de zona de libre comercio por la «liberalización del comercio y los servicios».

Las negociaciones se estancaron hasta fines del año pasado, cuando arreciaron las críticas sobre el proteccionismo europeo por parte del presidente uruguayo Jorge Batlle, que desde su asunción en marzo de 2000 apostó a la creación del Area de Libre Comercio de las Américas.

También Argentina cuestionó la actitud de la UE, y amenaza con congelar las tratativas si las partes no logran avances este año. (FIN/IPS/dm/ if/01

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