Iraq recibió como un triunfo el fracaso de la iniciativa de Estados Unidos y Gran Bretaña de imponerle «sanciones inteligentes» en sustitución del embargo que soporta desde 1990.
La aplicación de las «sanciones inteligentes» propuestas por estadounidenses y británicos al Consejo de Seguridad de la ONU habría aliviado el impacto del embargo sobre la población civil y aumentado el control sobre la compra de armas y la venta de petróleo por parte de Iraq.
Se ha calculado que el gobierno iraquí obtiene unos 1.000 millones de dólares anuales mediante ventas de petróleo que escapan al control de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
«El complot estadounidense ha fracasado, y ese fracaso es una victoria de nuestro pueblo árabe», afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Naji Sabri al-Hadithi, al canal de televisión satelital Al-Jazeera, de Qatar.
Estados Unidos y Gran Bretaña no lograron que Rusia aceptara su plan, y se avinieron a la prolongación del embargo en las actuales condiciones, propuesta por el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ordzhonikidze, y que Iraq prefería en lugar de las «sanciones inteligentes».
Tras largas discusiones en el Consejo, había quedado claro que Rusia estaba dispuesta a vetar la iniciativa de Estados Unidos y Gran Bretaña, y el martes se aprobó por unanimidad la prolongación del programa vigente de «petróleo por alimentos» durante 150 días, a partir del miércoles.
Ese programa, establecido en 1996, permite a Iraq vender petróleo en la medida en que las ganancias sean administradas por la ONU para comprar alimentos, medicinas y otros bienes esenciales destinados a civiles iraquíes.
Londres y Washington no se preocupan por el bienestar del pueblo iraquí, aseguró Abdel Razzak Hashemi, ex embajador de Iraq en País y en la actualidad asesor del presidente Saddam Hussein.
Si se hubiera aprobado la propuesta de «sanciones inteligentes», Estados Unidos y Gran Bretaña habrían mantenido en la práctica el embargo sobre todo tipo de bienes, y «controlarían todo en Iraq, incluyendo los ingresos, cómo gastarlos y qué construir», por intermedio de la ONU, afirmó Hashemi.
En junio, Bagadad había expresado su protesta contra la iniciativa mediante la interrupción de su venta de crudo en el narco del programa de «petróleo por alimentos», lo cual implicó retirar del mercado 2,3 millones de barriles de 159 litros por día, y presionó al alza los precios internacionales.
Iraq reanudará sus exportaciones del programa de «petróleo por alimentos», pero nunca interrumpió su suministro de crudo a Jordania, Siria y Turquía, países vecinos a los cuales ese programa les permite realizar ventas directas.
El plan de «sanciones inteligentes» fue «por completo deshonesto» y buscó echar la culpa a Bagdad por los sufrimientos del pueblo iraquí, sostuvo el martes Denis Halliday, ex coordinador de actividades humanitarias de la ONU, quien renunció en 1998 como protesta contra el embargo que sufre Iraq.
Diplomáticos en Bagdad que no quisieron ser identificados expresaron dudas de que las «sanciones inteligentes» hubieran significado mejoras en la calidad de vida de la población iraquí, ya que habrían implicado la ampliación de la lista de bienes cuyo ingreso al país requiere un trámite de aprobación de la ONU.
En la actualidad, ese trámite dura varios meses, y la entrega de los bienes puede tardar más de un año en algunos casos.
Además, los iraquíes seguirían sin recursos para comprar bienes aunque la oferta no tuviera límites, indicó Wamid Nathmi, profesor de ciencia política de la Universidad de Bagdad.
«Soy crítico del régimen y de la forma en que gasta su dinero, pero creo que las sanciones deberian ser levantadas, porque el gobierno es el mayor empleador del país y necesita dinero para pagar salarios», comentó Nathmi.
«Las sanciones no son un arma apropiada (contra Saddam Hussein), ya que hieren al inocente pueblo iraquí, al cual el gobierno no consultó para invadir Kuwait», agregó.
La invasión de Kuwait en 1990 fue el origen del actual embargo.
«Si estadounidenses y británicos quieren aplicar 'sanciones inteligentes', las que impusieron hasta ahora deben haber sido tontas, y cualquier otra cosa que propongan será tonta también», se comentaba en las calles de Bagdad. (FIN/IPS/tra- eng/kg/mn/mp/ip/01