EEUU: Bush pide al Banco Mundial que done más y preste menos

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió hoy al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) que donen más y presten menos a los países en desarrollo, una propuesta que calificó de «conservadurismo compasivo».

Bush propuso que hasta 50 por ciento de los fondos de desarrollo proporcionados a los países pobres por el Banco Mundial y demás organismos multilaterales sean donaciones, y no créditos, destinados a la educación, la salud, el agua potable y otras necesidades básicas.

En un discurso ante el Banco Mundial en Washington, un día antes de partir para la cumbre en Génova, Italia, del Grupo de los Ocho (G-8) países más industrializados, Bush criticó a los manifestantes que piensan protestar en la ciudad italiana por ser proteccionistas que «no son amigos de los pobres».

«Quieren acabar con las reuniones porque quieren acabar con el libre comercio», dijo Bush de las protestas previstas en Génova.

«Debemos rechazar el proteccionismo que bloquee el camino de la prosperidad en los países en desarrollo. Debemos rechazar las políticas que los condenen a la pobreza permanente».

Bush dijo que su propuesta para aumentar las donaciones del Banco Mundial es parte de las gestiones de su gobierno para ayudar a los países en desarrollo a «retirar los enormes obstáculos al desarrollo» y a ayudarlos a combatir la deuda insostenible.

«Esto es conservadurismo compasivo a nivel nacional», dijo Bush.

«En general, apoyamos el cambio (de los préstamos) a las donaciones», dijo Carol Welch, de la organización ecologista Amigos de la Tierra. Los préstamos del Banco Mundial «dejaron a los países en desarrollo con el legado de la trampa de la deuda externa», agregó.

Pero otros advirtieron que las donaciones del Banco Mundial tendrán las mismas condiciones que la institución financiera impone a sus préstamos.

La propuesta de este martes «significa algo, pero no mucho si aún funciona dentro del modelo del Banco Mundial-Fondo Monetario Internacional, que es el neoliberalismo», dijo Njoki Njoroge Njehu, directora del grupo Cincuenta Años Bastan, que aboga por un 100 por ciento de donaciones de parte de esos organismos.

«No creo que sea buena idea», opinó Doug Hellinger, de la organización Development Gap. «El Banco Mundial ya demostró que no sabe gastar el dinero. Esto sólo potencia más a una organización que causó mucho dolor y sufrimiento».

Las donaciones pueden ser una oportunidad para que el gobierno de Bush adquiera más poder en los programas del Banco Mundial y en los países receptores de la ayuda, sostuvo Hellinger.

Funcionarios del Banco Mundial dijeron que la propuesta de Bush exigiría duplicar la contribución anual de Estados Unidos al banco, a más de 800 millones de dólares por año. Pero Bush no habló de incremento alguno en su discurso.

El secretario de prensa de Bush, Ari Fleischer, dijo que el gobierno no solicitará más fondos al Congreso, y cuestionó las cifras manejadas por el Banco Mundial. La idea de Bush «no afectará el movimiento de dinero del Banco Mundial durante 10 años», dijo.

La propuesta refleja la inquietud de muchos conservadores de que los préstamos que otorga el Banco Mundial, el FMI y otros organismos a los países pobres son derrochados, no reducen la pobreza y estimulan la especulación financiera.

La Comisión Meltzer, que estudió al Banco Mundial y el FMI a petición del Congreso legislativo, recomendó el año pasado que los bancos multilaterales pongan énfasis en las donaciones, y no en los créditos.

Este martes, el secretario del Tesoro Paul O'Neill explicó la necesidad de cambiar la política, en la página de opinión del diario The New York Times.

«En las últimas dos décadas muchas de las naciones más pobres se endeudaron tanto que ahora no pueden pagar sus préstamos actuales, y mucho menos pedir prestado más», escribió.

Los créditos «se deben otorgar sólo cuando se tenga la expectativa de que el capital y los intereses se pagarán totalmente y a tiempo», agregó.

Pero en su discurso ante el Banco Mundial, Bush dejó en claro que no apoya la idea de condonar 100 por ciento de la deuda externa de los países más pobres, uno de los reclamos de los manifestantes que estarán presentes en Génova.

A cambio, elogió la iniciativa de los Países Pobres Muy Endeudados (HIPC), del Banco Mundial y el FMI, diseñada para reducir la deuda de 41 países, en su mayoría africanos.

Pero los defensores de perdonar la totalidad de la deuda consideran que la iniciativa HIPC no es buena alternativa porque los países más pobres sólo reciben una reducción promedio de 27 por ciento en el pago anual de los intereses, y siempre que cumplan la política impuesta por el Banco Mundial y el FMI. (FIN/IPS/tra-en/ts/aa/aq/if/01

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