DESARME: Bloqueado el debate sobre armas livianas

La conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre tráfico de armas livianas afronta importantes dificultades para acordar un plan de acción, tras una semana de discusiones.

La propuesta en la materia aún es «un texto que no podemos aceptar», dijo el lunes el jefe de los negociadores de Estados Unidos, Donald McConnell.

Una de las iniciativas que Washington consideró inaceptables en el primer borrador fue la de prohibir a los civiles la posesión de armas diseñadas en forma específica para fines militares, y en el texto que se discute en la actualidad, la palabra «prohibir» fue sustituida por «restringir».

Sin embargo, también se eliminó de ese párrafo la referencia a fines militares, y os negociadores estadounidenses no acepan tal cambio, que puede dar lugar a restricciones de la posesión de cualquier arma.

Washington también objeta la propuesta de prohibir el suministro de armas a grupos insurgentes, con el argumento de que eso le impediría apoyar a quienes traten de derrocar a un régimen que Estados Unidos considere como una amenaza.

El lunes se modificó el texto de ese párrafo, pero sin cambiar el punto básico de que «actores no estatales» no deben recibir armas.

Estados Unidos y China mantienen su oposición a los artículos que establecen normas de control de la venta de armamentos, marcado de las armas para que sea más fácil supervisar su circulación, y la realización de una nueva conferencia sobre el asunto en 2006.

McConnell afirmó que las modificaciones del primer borrador implican «pequeñas y escasas» mejoras, y no quiso detallar a qué se refería.

La nueva redacción del borrador fue realizada durante el fin de semana por el colombiano Camilo Reyes, presidente de la conferencia, quien expresó moderado optimismo sobre las perspectivas de la reunión.

«Existe disposición a alcanzar un acuerdo» sobre las cuestiones clave antes de que la conferencia termine este viernes, aseguró.

La belga Jean Lint, negociadora de la Unión Europea, dijo que ese bloque está «satisfecho en cierto sentido», porque «algunas de sus propuestas se mantienen» en el nuevo texto, pero indicó que «las prioritarias, sobre control de exportaciones y de excedentes nacionales de armas», no tienen la redacción que desean.

La nueva propuesta agregó referencias a normas humanitarias internacionales, y al impacto negativo del tráfico de armas livianas sobre el desarrollo y los derechos de la mujer y de la infancia, pero China, Rusia y algunos países en desarrollo que integran el Movimiento de No Alineados se oponen a esos cambios.

Los representantes de esas naciones alegan que las resoluciones de la conferencia sólo deben referirse al control del tráfico de armas.

Representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) se dirigieron a la conferencia en la sesión del lunes.

Los derechos de cazadores y coleccionistas de armas fueron reivindicados por miembros de la estadounidense Asociación Nacional del Rifle, el Consejo Británico de Disparo Deportivo y el Safari Club Internacional, entre otras organizaciones que se autodenominan «grupos comunitarios de armas de fuego».

Los argumentos de esos grupos fueron rechazados en la sesión por Mary Leigh Blek, representante de Marcha del Millón de Mamás, una de las mayores ONG estadunidenses partidarias del control de armas, quien sostuvo que Washington defiende «la posición en minoría de un gobierno de minoría».

«La mayoría de los ciudadanos (estadounidenses) apoyan un mejor control de las armas», aseguró.

La posición de las ONG humanitarias Amnistía Internacional y Human Rights Watch fue defendida por Isaac Lappia, de Sierra Leona.

Lappia consideró «inaceptable que el plan de acción no indique en forma específica que los Estados miembros tienen el deber de evitar la transferencia de armas que muy probablemente vayan a ser empleadas para cometer atroces crímenes condenados por las normas internacionales».

Estados Unidos es el principal proveedor de armas a Africa, Asia, Europa Oriental y Medio Oriente, señaló el Centro Internacional de Bonn para la Conversión, un grupo internacional de expertos, en un informe lanzado en forma simultánea con el inicio de la conferencia.

Las armas vendidas a bajo precios o donadas por Washington, son su mayoría excedentes, indicaron los autores del documento, de 175 páginas y titulado «Desarme mundial, desmilitarización y desmovilización».

El desarrollo de nueva tecnología militar aumenta la resistencia al desarme y «disemina en los países más pobres nuevas oleadas de armas» que se vuelven obsoletas, explicaron.

Casi todos los antiguos aviones de combate estadounidenses F-16 han sido ofrecidos a naciones de Europa Oriental, con la intención de financiar la compra de nuevos modelos F-16, F-18 y F-22, destacaron.

Varios países de Europa Oriental, entre ellos Hungría, Polonia y República Checa, planean modernizar su armamento tras ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y por eso son mercados importantes para Estados Unidos, que rechazó en la conferencia la propuesta de destruir armas excedentes.

El Departamento de Estado estadounidense explicó en un informe al Congreso de ese país que la mayor parte del excedente nacional de armas se transfiere a naciones en desarrollo mediante el programa de Artículos Excedentes de Defensa (EDA, por sus siglas en inglés).

Esas armas «han ayudado a nuestros amigos de América Latina y el Caribe a combatir la amenaza del narcotráfico, y ha permitido que muchos países sudamericanos y africanos apoyen misiones de mantenimiento de la paz estadounidenses y de las Naciones Unidas», arguyó.

Sin embargo, México devolvió a Estados Unidos una donación de helicópteros de combate, porque su mantenimiento era muy costoso, y Colombia informó que una donación estadounidense de municiones para ametralladoras producidas en 1952 no podía ser utilizada por problemas de seguridad, subrayó el Centro Internacional de Bonn.

La Oficina de la Contaduría General, rama de investigaciones del Congreso, dio a conocer que el Poder Ejecutivo ha transferido a otros países armas excedentes por valor nominal de más de 3.000 millones de dólares desde el fin de la Guerra Fría en 1989.

Washington transfirió ametralladoras, lanzagranadas y helicópteros a Argentina, tanques y misiles a Bahrein, aviones a Bangladesh, transportes aéreos de tropas a Botswana y Zimbabwe, rifles a Filipinas, helicópteros a Jordania, y helicópteros y rifles a Senegal, según la ONG Federación de Científicos Estadounidenses. (FIN/IPS/tra-eng/jw/aa/mp/ip/01

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