DERECHOS HUMANOS: Ultimo llamado a limar diferencias sobre racismo

El eventual fracaso de la conferencia mundial contra el racismo que se celebrará del 31 de agosto al 7 de septiembre en Durban, Sudáfrica, agravará las divisiones y las desigualdades del actual mundo globalizado, advirtieron funcionarios de la ONU.

Por el contrario, si la conferencia logra éxito, contribuirá a apaciguar las frustraciones reflejadas en protestas contra la globalización iniciadas con la reunión de ministros de Comercio en Seattle, Estados Unidos, a fines de 1999, y que culminaron la semana pasada en Génova, Italia, agregaron.

Esas razones han pesado para que en altos niveles políticos se reconozca cada vez más la importancia de negociar los compromisos necesarios para asegurar logros en la conferencia.

La preparación de la conferencia se ve entorpecida por diferencias profundas en torno de eventuales compensaciones por daños causados por la esclavitud y el colonialismo.

La alta comisionada de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para los Derechos Humanos, Mary Robinson, que actúa también como secretaria general de la conferencia, no desechó la posibilidad de que esas discrepancias malogren el encuentro.

Otra de las cuestiones polémicas, la pretensión de los países árabes de equiparar el sionismo con el racismo, ha quedado aparentemente superado.

Robinson evitó pronunciarse sobre la cuestión de la esclavitud y el colonialismo, pero, en cambio, dijo de manera «clara y abierta» que no es apropiado reabrir la cuestión del «sionismo como racismo».

En la discusión de los textos finales de Durban, algunos delegados pretendieron que el término «Holocausto», casi universalmente utilizado para mencionar el genocidio de millones de judios por el régimen nazi de Alemania, fuera usado en general para aludir a toda clase de matanzas.

Esos delegados, en su mayoría de países árabes o islámicos, proponían que la expresión «Holocausto» se incluyera en mínuscula y plural.

Los negociadores que participan en la redacción de la Declaración Final y del Programa de Acción de Durban han logrado progresos en esa cuestión, adelantó Robinson.

La alta comisionada precisó que había discutido esa cuestión en persona con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, en Lusaka a comienzos de este mes.

Arafat aspira al éxito de la conferencia de Durban y comprende que insistir en los cuestionamientos contra el sionismo pondría en peligro la lucha contra el racismo en todo el mundo, dijo Robinson.

En cuanto a la cuestión de la esclavitud y del colonialismo, Estados Unidos y la Unión Europea aceptaron la necesidad de reconocer las injusticias y la explotación del pasado. En este sentido, el abismo entre el Norte industrial y el Sur en desarrollo se redujo, comentó.

Sin embargo, Washington mantiene aún diferencias respecto de la redacción de los pasajes del texto referidos a eventuales indemnizaciones, como el secretario de Estado (canciller) estadounidense, Collin Powel, comunicó a Robinson.

La presencia de Powell en la conferencia dependerá del resultado de las negociaciones que se desarrollarán en Ginebra del 30 de julio al 10 de agosto y que proseguirán en Durban.

Fuentes diplomáticas, que pidieron reserva de su identidad, comentaron que hasta ahora es muy escaso el número de funcionarios de alto nivel de los países que comprometieron su asistencia a la conferencia.

Robinson reconoció que los gobiernos se han mostrado «más lentos de lo habitual» en la designación de sus representantes en Durban.

El gobierno de Sudáfrica ha invitado, en su condición de anfitrión, a unos 31 jefes de Estado y de gobierno. Por lo pronto, ya se sabe que el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, asistirá en su condición de actual coordinador del Grupo de los Siete países más industrializados. (FIN/IPS/pc/mj/hd/01

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