CUBA-EEUU: El gobierno de Castro espera lo peor de Bush

Cuba descarta en el corto plazo un cambio de la política de aislamiento a la que es sometida por Estados Unidos, de acuerdo con un informe entregado hoy por el gobierno de Fidel Castro al secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Se «aleja definitivamente la posibilidad de que bajo el presente gobierno (estadounidense) prosperen iniciativas para modificar la actual política» hacia Cuba, según el mensaje a Annan entregado a la prensa por la cancillería.

La Habana tampoco espera que en el Congreso legislativo de Estados Unidos se abran paso propuestas que «se proyecten hacia la distensión, el diálogo o la verdadera flexibilización del bloqueo contra Cuba».

«La política agresiva contra nuestro país se ha recrudecido» con la investidura en enero del presidente estadounidense George W. Bush, quien convirtió sus compromisos con los anticastristas exiliados en su país en «el fundamento de sus acciones contra Cuba», añade el informe.

El texto «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba» fue presentado ante la ONU (Organización de las Naciones Unidas) pocos días después de que el presidente Bush ratificara su voluntad de endurecer su política hacia este país.

«Es importante que mantengamos y hagamos aplicar la ley en la mayor medida posible para impedir viajes excesivos y sin licencia (a Cuba), restringir las remesas y garantizar que el intercambio cultural y humanitario llegue realmente a activistas a favor de la democracia», dijo Bush el viernes.

Bush había asegurado el 20 de mayo que las sanciones contra Cuba «no son simplemente una herramienta política, sino un principio moral, por lo que me opondré a cualquier intento por debilitarlas».

El gobierno de Castro denunció de nuevo ante la comunidad internacional el impacto de las sanciones económicas estadounidenses en sectores como la alimentación y la salud, pero sin esperanzas de solución a corto plazo.

«Seis de cada 10 cubanos han nacido y vivido bajo las condiciones impuestas por esta política», afirmó Aimé Hernández, portavoz de la cancillería cubana, al presentar el informe ante la prensa extranjera.

Según fuentes oficiales, Cuba desembolsó más de 50 millones de dólares para la importación de alimentos. Si hubiera contado con acceso al mercado estadounidense, de cuyo territorio lo separan sólo 167 kilómetros de mar, esos gastos ascenderían a menos de 19 millones de dólares.

Con ese dinero, el gobierno hubiera podido adquirir 100.000 toneladas de trigo para pan, 20.000 toneladas de harina de trigo, 40.000 toneladas de arroz, 5.000 toneladas de leche en polvo y 1.000 toneladas de pollo, asegura el informe entregado a Annan.

Los daños ocasionados por el embargo a la salud se expresan en la imposibilidad de acceder a tecnología y medicamentos producidos por empresas estadounidenses y sus subsidiaras en terceros países, a pesar de que Washington flexibilizó la venta de medicamentos a Cuba.

De acuerdo con La Habana, la «flexibilización» de esas ventas es una simple «manipulación política», pues los trámites de licencias de exportación, lejos de facilitarse, se hicieron más engorrosos y de hecho frenan cualquier transacción.

«El propio hecho de existir un procedimiento de licencias para el supuesto comercio de medicinas con Cuba se constituye en sí mismo en un factor disuasivo y de intimidación para aquellos que eventualmente pudieran estar interesados en este comercio», sostiene el informe cubano.

Hernández aseguró que hasta el momento otros 63 países y cinco agencias especializadas de la ONU han presentado informes similares, relacionados con la resolución de condena al bloqueo que se someterá a votación en la Asamblea General este año.

Cuba espera que otros países se sumen a su posición de condena a la política «genocida» de los Estados Unidos, como ha ocurrido desde que el asunto se llevó a discusión por primera vez ante la ONU hace nueve años, de acuerdo con la funcionaria.

La resolución de condena al bloqueo fue aprobada en 2000 por la Asamblea General de la ONU, por 167 votos a favor, tres en contra y cuatro abstenciones. Un texto similar fue aprobado por primera vez en 1992, con 59 votos a favor, tres en contra y 71 abstenciones.

El bloqueo fue decretado oficialmente en abril de 1960, cuando un documento del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos proclamó la necesidad de imponer a Cuba sanciones que produjeran «el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno» de Fidel Castro. (FIN/IPS/da/mj/ip/01

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