COMUNICACION: Brasil, clave en disputa mundial por TV digital

Brasil se convirtió en un juez importante de los negocios mundiales de la televisión digital, al retardar su elección entre las tres tecnologías que se disputan el mercado internacional.

Un consorcio de Estados Unidos, otro europeo y un tercero de Japón ofrecen sistemas con distintas características y grados de desarrollo.

Los 50 millones de televisores de Brasil que serán sustituidos en los próximos 10 o 15 años significan un mercado cuya conquista representaría un gran avance para cualquiera de los tres sistemas, al agregar escala y reducir los precios que, por ser altos, traban el despegue de la nueva tecnología.

Además, el Mercosur (Mercado Común del Sur) discute la adopción de un modelo común, para una integración industrial y televisiva.

El sistema estadounidense fue desarrollado por el Comité de Sistemas de Televisión Avanzada (ATSC, según sus siglas en inglés), comenzó a utilizarse en noviembre de 1998 y ya fue adoptado por Canadá, Corea del Sur y Taiwan, entre otros.

En 1998 se lanzó la televisión digital en la Unión Europea (UE), con el proyecto Digital Video Broadcasting (DVB), integrado por más de 200 organizaciones públicas y privadas.

Por su parte, el sistema japonés ISDB-T (Integrated Services Digital Broadcasting), basado en el DVB europeo, está previsto que comience a operar en 2003.

Así, la inclinación brasileña por algunas de esas tecnologías será decisiva en el bloque, que integra junto a Argentina, Paraguay y Uruguay, e influirá en la opción de los demás países sudamericanos.

Por eso se desarrolla en Brasil un fuerte juego de seducción por parte de los consorcios competidores, que tratan de convencer el gobierno y a los principales actores en la cuestión de las ventajas de cada tecnología.

Sin embargo, la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), organismo regulador brasileño, estudia las características, potencialidades y limitaciones de las tres alternativas desde hace dos años, y no muestra ninguna prisa en decidirse.

Ya se han hecho numerosas pruebas con cada uno de los sistemas y ahora se pasará a un proceso de consultas públicas, para evaluar todos los aspectos en juego, con la participación de la población y de todos los sectores involucrados.

La cautela es necesaria porque la decisión afectará la vida y el futuro de los 162 millones de brasileños, además de considerar la producción industrial, la generación y emisión de programas de televisión, y cuestiones financieras, culturales y políticas, justificó Renato Guerreiro, presidente de Anatel.

La televisión digital posibilita, además de imagen de alta definición, la multiplicación de los canales y el uso en la comunicación de datos y de voz en los dos sentidos. Permite así la interactividad y la oferta de múltiples servicios, incluso de telecomunicaciones.

Esos atributos cambiarán la naturaleza de las empresas, que hoy están limitadas a la producción y emisión de programas de televisión, y exigirá abultadas inversiones que requieren fuentes de financiamiento, destacó Guerreiro en artículos y declaraciones publicadas en las últimas semanas.

Brasil debe elegir «lo que más le convenga», no sólo en términos técnicos sino también económicos, dijo a IPS el consultor Ethevaldo Siqueira, experto que por más de dos décadas dirigió la Revista Nacional de Telecomunicaciones.

Hay que considerar si el país podrá producir los televisores e incluso exportarlos y negociar contrapartidas a la adhesión a uno de los tres sistemas, como el acceso a la tecnología, con exención o reducción de los derechos de patentes, apuntó a modo de ejemplo.

Pero la Asociación Brasileña de Emisoras de Radio y Televisión (Abert) ya hizo su elección por el sistema japonés.

La propuesta japonesa es la única que ofrece la transmisión en alta definición a televisores móviles, argumentó Fernando Bittencourt, director de la Abert y de Ingeniería de TV Globo, la más poderosa empresa de comunicación brasileña.

La movilidad abre un nuevo mercado, como son los 20 millones de automóviles y autobuses que circulan en Brasil y los millones de pasajeros que pasan varias horas en los medios de transporte colectivos todos los días, explicó.

Ese entusiasmo de los dueños de las grandes emisoras sorprendió a Siqueira, para quién el patrón japonés «promete más posibilidades, pero es poco realista», incluso porque sólo entrará en operación dentro de tres años.

Los mismos japoneses reconocen que televisores digitales para vehículos costarán muy caro, lo cual restringe ese mercado, observó.

En la práctica, las tres tecnologías son aprobadas por autoridades de distintas áreas públicas y privadas, presentan «grados distintos de naturalidad», pero evolucionarán según las necesidades y conveniencias, opinó el experto.

Siqueira recordó que la televisión color de Estados Unidos era criticada en sus comienzos por la inestabilidad, pero luego fue reconocida como la mejor.

La aparición de la televisión digital presenta ahora a los países un problema similar al afrontado en la década del 70, cuando debieron elegir entre tres sistemas de color, el europeo PAL N, una modificación denominada PAL M y el estadounidense NTSC.

Cada modelo de televisión digital presenta sus ventajas y desventajas. El japonés es más flexible, abre nuevas perspectivas de negocios, pero está aún en desarrollo y su adopción en Brasil limitaría la escala de producción por la imposibilidad de exportarlo, evaluó Siqueira.

La tecnología europea permite la más suave transición del sistema analógico actual al digital, ya que no exige televisores de alta definición para mejorar la imagen. Sin embargo, presenta el problema de eventuales trabas para su evolución, a causa de las diferencias dentro de la UE.

Por su parte, Estados Unidos optó por la alta definición, con una imagen muy superior a la de la «vieja» televisión, por eso se expande lentamente, ya que un televisor digital cuesta muy caro, entre 3.000 y 5.000 dólares.

Aún así, Siqueira cree que la tendencia brasileña y de América Latina es adoptar la tecnología estadounidense de ATSC, grupo privado con aprobación del gobierno.

Las razones económicas, como producción interna, incluso para la exportación a los países vecinos, son factores decisivos. Cuenta también en la decisión de Brasilia la conformación del Area de Libre Comercio de las Américas, cuya puesta en marcha está prevista para fines de 2005. (FIN/IPS/mo/dm/cr if/01

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