COLOMBIA: Cárceles, otro campo de batalla de la guerra civil

Al menos 12 personas murieron y 16 resultaron heridas en motines y enfrentamientos en tres cárceles colombianas entre guerrilleros izquierdistas, paramilitares de derecha y presos comunes, que fueron dominados hoy por las autoridades.

«Los paramilitares ingresaron en las celdas de los detenidos políticos (guerrilleros) para atacarlos», aseguró a IPS Agustín Jiménez, presidente del no gubernamental Comité de Defensa para los Derechos Humanos de los Presos Políticos.

Según Jiménez, los guerrilleros ya habían denunciado amenazas de paramilitares de derecha que, al igual que en amplias zonas del territorio colombiano, se disputan el control de la cárcel con los insurgentes de izquierda.

El Instituto Nacional Penitenciario informó que en la Cárcel Modelo, de Bogotá, murieron 10 personas y 15 fueron heridas en enfrentamientos cuyas causas aún se investigan.

Los choques en la Cárcel Modelo se desataron, según una versión que circulaba este martes en Bogotá, en la tarde del lunes, cuando se enfrentaron guerrilleros y paramilitares.

La situación en ese centro de reclusión sólo pudo ser controlada este martes con el ingreso de la fuerza pública, después de un intercambio de disparos acompañados de gases lacrimógenos lanzados por la policía y explosivos caseros arrojados por los presos.

Una mujer que se identificó como Diana, familiar de un recluso, dijo a la radioemisora Caracol que la violencia comenzó cuando los guerrilleros quisieron ocupar los pasillos del penal para llevar a cabo un plan de fuga, a lo que se opusieron los paramilitares.

Diana aseguró que su familiar preso logró comunicarse la noche del lunes desde un teléfono dentro del penal para solicitarle que pidiera la intervención de las autoridades.

Según los organismos de seguridad, las insusrgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) planifican la toma de varias cárceles para sacar a sus prisioneros en caso de que no se llegue a un acuerdo sobre canje de prisioneros con los negociadores del gobierno.

La Cárcel Modelo permaneció rodeado por cerca de 15 horas por 1.000 hombres de la policía y del ejército, que sólo pudieron ingresar al recinto penitenciario para tomar su control este martes.

Un enfrentamiento entre reclusos dejó este lunes dos muertos y un herido en Villahermosa, cárcel de la ciudad occidental de Cali que sufre graves problemas de hacinamiento. Funcionarios de esa prisión atribuyeron los choques a rencillas entre delincuentes comunes.

La población de la cárcel de Villahermosa, con capacidad para 900 reclusos, supera hoy los 2.300 internos.

En la cárcel de la localidad de Calarca, en el centro de este país, ocho reclusos se declararon en «desobediencia civil» para pedir al gobierno el cumplimiento de compromisos pactados para el mejoramiento de sus condiciones de vida.

El opositor Partido Liberal atribuyó este martes la crisis a la falta de una política gubernamental clara para el manejo de las prisiones.

Horacio Serpa, máximo dirigente del Partido Liberal, consideró increíble que en las cárceles se sigan registrando «vendetas (venganzas) y asesinatos, (que) se fuguen los reclusos y (que) sean ellos quienes controlen» los recintos.

Noventa reclusos, más de la mitad de ellos insurgentes, se fugaron la semana pasada en una confusa acción guerrillera de las FARC en la cárcel La Picota, en Bogotá.

Así mismo, en otras ocasiones reclusos de varias cárceles tomaron visitantes como rehenes para exigir mejoras de la calidad de vida en los penales.

La escasa atención prestada por el gobierno a las demandas de los presos hace «que cada semana estalle una protesta en alguna penitenciaría», dijo Juan Alvarez, a cargo de un programa social de la estatal Universidad Nacional con reclusos de La Picota.

El hacinamiento, la falta de control, de servicios básicos y de atención médica y la mezcla indiscriminada de condenados y acusados sin condena son los principales problemas que afectan a las 186 cárceles de Colombia.

«El hacinamiento de estos centros carcelarios es de 200 por ciento, la guardia es insuficiente, no hay equipos para detectar el ingreso de armas», informó la Personería para los Derechos Humanos (veedor público) tras visitar las cárceles Modelo y La Picota, las principales de este país.

Según este informe, «los reclusos tienen que pagar 'arriendo' para dormir en las celdas o en los pasillos y para tener acceso a los sanitarios y duchas, o para poder conservar la intimidad en las visitas conyugales».

En estas cárceles abundan las armas, e incluso los explosivos, el tráfico y el consumo de drogas y la prostitución, en un marco de corrupción, aseguró la Personería.

La Red de Solidaridad con los Presos, integrada por organizaciones no gubernamentales y familiares de detenidos, afirmó en noviembre que «el gobierno no muestra interés por la crisis en la justicia y menos por la de las cárceles, en la que la respuesta a las demandas de los detenidos es la represión»

Según la Red, «la carencia de un verdadero proceso de resocialización del sistema penitenciario lleva a que los presos se llenen de rencor hacia la sociedad y (hacia) el Estado y a que la cárcel termine siendo una escuela del delito». (FIN/IPS/yf/ip hd/01

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