/BOLETIN-AMBIENTE/ ESPAÑA: Presidente de Repsol-YPF apoya la energía nuclear

Alfonso Cortina, presidente de Repsol-YPF, transnacional petrolera española con fuerte presencia en América Latina y en el mundo árabe, se manifestó partidario de la energía nuclear y recibió por eso fuertes críticas de la organización ambientalista Greenpeace Internacional.

«Ineludiblemente, habrá que volver a considerar la alternativa de la energía nuclear», dijo Cortina al recibir el martes en la capital española la medalla Puig Adam, concedida por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid.

Estas declaraciones se encuadran en las acciones de un grupo de presión internacional que no son dignas de ningún crédito, dijo a IPS Carlos Bravo, responsable del sector nuclear en Greenpeace.

Esas acciones, aseguró Bravo, fueron desencadenadas por el presidente estadounidense George W. Bush para ayudar a salir a las empresas de generación nuclear de energía eléctrica de la situación desesperada en que se encuentra, aseguró.

El activista señaló que la energía nuclear no es rentable, pues resulta 10 veces más cara que la producida en ciclo combinado, de centrales hidroeléctricas y a hidrocarburos.

Por otro lado, con prácticas de ahorro y eficiencia en las centrales de ciclo combinado se logró reducir la emisión de dióxido de carbono, el principal de los gases invernadero causantes del recalentamiento del planeta.

Para lograr esa reducción se gastó 10 veces menos que reemplazando esas centrales por otras nucleares, estimó Cortina. El ambientalista subrayó que la Unión Europea «ya ha lanzado el debate sobre la energía nuclear casi simultáneamente» con el gobierno de Bush, iniciado el 20 de enero.

Cortina aludía a declaraciones de la vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacios, española y perteneciente al gobernante Partido Popular, de centroderecha.

Según Cortina, aunque se avanza en la investigación y puesta en práctica de fuentes renovables de energía, su desarrollo es aún incipiente y a mediano plazo las fuentes de «energía convencionales no podrán ser sustituidas por las nuevas».

Repsol-YPF, empresa resultante de la absorción por la española Respsol de la privatizada compañía argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales, goza de posición dominante en la Argentina y España y cuenta con fuertes inversiones en otros países de América Latina y en el mundo árabe.

Esta firma obtuvo la semana pasada tres licencias de explotación de gas por 35 años en los bloques venezolanos Ycal Placer Norte, Yucal Placer Sur y Barrancas, ubicados en los estados Guárico y Barinas.

La transnacional española operará 100 por ciento de las exploraciones y operaciones del Bloque Barrancas. En Yucal Placer participará junto con las compañías venezolanas Inelectra y Otepi y la transnacional TotalFinaElf en la producción de al menos 23.000 millones de metros cúbicos de gas en los próximos ocho años.

Repsol YPF ya opera la totalidad de los bloques Quiriquire, Mene Grande y Guárico Oriental, y 50 por ciento del bloque Quiamare-La Ceiba, siendo su producción actual neta de 35.000 barriles de 159 litros de petróleo diario.

El senador estadounidense Bennett Johnston, ex presidente de la Comisión de Ambiente del Senado, dijo el lunes en Madrid que «mantener la energía nuclear como opción viable es un punto muy importante del Plan Bush».

Johnston destacó «el éxito de la energía nuclear, tanto en los empleos que proporciona como en la limpieza» de su generación de electricidad, pues no libera gases invernadero en la atmósfera.

Los ambientalistas replicaron que los residuos radiactivos producidos por la energía nuclear atacan la salud humana y la del planeta. Eso se suma al riesgo de accidentes como el registrado en 1986 en la central de Chernobyl, Ucrania, cuyos efectos todavía se sufren en las repúblicas de la hoy disuelta Unión Soviética.

«Estados Unidos se enfrenta con una crisis dramática de energía», pues, si en los próximos ocho años no aumenta la generación de electricidad, «habrá apagones que costarán unos 22.000 millones de dólares», según Johnston.

Por otro lado, el ex director general de energía de la Unión Europea, Pablo Benavides, propuso incentivos fiscales para la instalación de centrales nucleares «pese a las protestas», así como mejorar el tratamiento de residuos y aprobar leyes para atender las consecuencias de posibles accidentes. (FIN/IPS/td/mj/en/01

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