YEMEN: Bajo presión de EEUU y de conspiradores

Las autoridades de Yemen detuvieron a diez personas acusadas de planear un atentado contra la embajada de Estados Unidos, que presiona para impulsar la investigación de la voladura en octubre de un buque de guerra estadounidense en el puerto yemenita de Adén.

Los diez sospechosos, que fueron detenidos el domingo, portaban granadas de mano, ametralladoras y equipo para fabricación de bombas, además de mapas sobre la zona que ocupa la embajada estadounidense en Sana'a, la capital.

Los investigadores intentan determinar si los detenidos pertenecen al Ejército Islámico de Aden, vinculado al líder Osama Bin Laden, responsabilizado por Estados Unidos de los atentados en 1998 contra sus embajadas en Kenia y Tanzania, que causaron la muerte de 224 personas.

Así mismo, los servicios de seguridad anunciaron que puede haber más detenciones.

Según fuentes yemenitas, el objetivo de la conspiración eran los 55 agentes del FBI (Oficina Federal de Investigaciones) y de la Marina de Estados Unidos que investigaban el ataque contra el «USS Cole», uno de los barcos más modernos de la marina de guerra estadounidense.

La voladura del barco causó la muerte a 17 soldados estadounidenses y a dos yemenitas participantes en el atentado.

Los agentes estadounidenses abandonaron Yemen el domingo, luego que el FBI afirmó poseer información sobre un «peligro específico y creíble» contra la sede diplomática. Estados Unidos pidió interrogar a los detenidos, pero el gobierno yemenita respondió negativamente.

El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la semana pasada la reducción del personal de su sede diplomática en Sana'a y el cierre de la misma al público.

«Existen amenazas terroristas para ciudadanos e intereses estadounidenses en Yemen», aseguró el Departamento en una advertencia para los viajeros fechada el 9 de junio.

La decisión fue criticada por autoridades yemenitas. «Creemos que esta medida es injustificable, sobre todo porque las amenazas anónimas recibidas en la embajada por teléfono o por Internet eran falsas», dijo el ministro del Interior Rashad al Alemi al diario oficial al Thawra.

Varios observadores creen que Estados Unidos presiona al gobierno de Yemen por una mayor cooperación en la investigación del atentado contra el USS Cole.

Washington no está satisfecho con la actuación de los investigadores locales y quiere mayor participación en las diligencias.

Para Estados Unidos, el atentado fue concebido por Bin Laden, quien estaría refugiado en Afganistán.

Las diferencias entre Washington y Sana'a se hicieron ostensibles a comienzos de este mes, cuando los investigadores del FBI fueron transferidos de Adén a la capital para «mejorar la cooperación» con la policía yemenita.

En marzo, las autoridades anunciaron el fin de las actuaciones relativas a los supuestos cómplices yemenitas de los atacantes del Cole, y agregaron que los informes serían entregados a la fiscalía y a los tribunales. Pero Washington solicitó que continuara la investigación.

Washington también pretende que el presidente yemenita Alí Abdullah Salih cambie su postura de condena a Israel respecto del conflicto con los palestinos.

Salih ha propuesto el reclutamiento de voluntarios árabes para luchar junto a los palestinos en su jihad, o guerra santa contra Israel.

Hace tres meses, Salih afirmó al canal de televisión Abu-Dhabi Satellite, de Emiratos Arabes Unidos, que de tener fronteras con Israel las habría abierto para permitir el paso de los «mujaidines», o guerreros santos islámicos.

Yemen decidió postergar las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, previstas para fin de mes, en protesta por «el apoyo estadounidense a Israel», según explicó un alto funcionario del Ministerio de Defensa.

«Estados Unidos quiere debilitar la postura nacionalista e islámica de Yemen en el conflicto árabe-israelí», dijo Saeed Thabet Saeed, analista de política internacional.

«Los estadounidenses presionan a Yemen para que sea parte esencial en las negociaciones de paz» de Medio Oriente, sostuvo Saeed.

«Los intereses estadounidenses en Yemen no están amenazados y no hay nada que justifique una escalada de este tipo», dijo por su parte Fares Assaqaf, director del Centro Yemenita para Estudios a Futuro.

De hecho, agregó, son los intereses yemenitas los que peligran por los intentos de Estados Unidos de dominar la región.

Sin embargo, funcionarios de Washington aseguraron que el cierre parcial de la sede diplomática en Sana'a sólo busca evitar posibles reacciones ante la condena judicial en Estados Unidos de cuatro procesados por los ataques a las embajadas en Kenia y Tanzania.

«Nuestras oficinas en la región, incluyendo a Yemen, han permanecido en alerta desde los atentados (en Kenia y Tanzania), y a raíz de los últimos hechos pedimos a nuestras embajadas que estrecharan las medidas de seguridad», señaló el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher. (FIN/IPS/tra-en/kam/cr/dc- ff/ip/01

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