Las armas incautadas en Estados Unidos a un extremista islámico estaban destinadas a un grupo conspirador que pretende derrocar el gobierno de Trinidad y Tobago, según cree el primer ministro Basdeo Panday.
Agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de Estados Unidos detuvieron el viernes en el sureño estado de Florida al trinitario Keith Andre Glaude, luego de hacerse pasar por vendedores de armas y ofrecerle 60 fusiles AK-47 y 10 ametraladoras Mac-10 con silenciadores.
Autoridades estadounidenses consideraron que el destino de las armas era Afganistán, y pronosticaron que Glaude será procesado esta semana y sentenciado luego a 10 años de prisión por cada una de las armas por las que fue hallado culpable.
El agente especial Ed Halley consideró «muy probable» que el trasbordo de las armas en Trinidad y Tobago hubiera sido programado para su posterior envío a Afganistán, con el fin de evitar «la estricta vigilancia a que se somete cada cargamento que pasa por Rusia o por las ex repúblicas soviéticas».
Agentes de seguridad suponen que el destinatario de las armas podría ser el líder islámico saudita Osama bin Laden, refugiado en Afganistán.
Bin Laden está acusado de haber ordenado los atentados a las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998, en los que murieron más de 200 personas. Hasta hora, cuatro hombres fueron sentenciados por el atentado.
El arresto de Glaude se registró en momentos en que la embajada de Estados Unidos en Trinidad y Tobago reforzaba su seguridad ante las amenazas de Bin Laden de lanzar una nueva ola de atentados contra objetivos estadounidenses en todo el mundo.
Pero el primer ministro Panday sugirió que Glaude podría estar implicado en un complot extremista para derrocarlo. Ya en enero, ocho semanas después de hacerse cargo del gobierno, se había referido ante el parlamento a esa supuesta conspiración.
El primer ministro no abundó en comentarios sobre la detención de Glaude, pero insinuó que éste podría estar vinculado al complot.
«Yo no hago declaraciones a menos de que tenga fundamentos para hacerlo, y cuando lo dije teníamos informes fiables de que ciertos grupos pretendían desestabilizar al gobierno y promover el crimen organizado», afirmó.
«No podemos interferir en el sistema judicial estadounidense, a menos de que ellos nos pidan apoyo», añadió Panday.
Sus declaraciones sobre la supuesta preparación de acciones violentas fueron recibidas con escepticismo en enero, a pesar de que la policía aseguró haberse incautado de gran cantidad de armas en redadas. Pero las noticias sobre la detención de Glaude despertaron temores.
El periódico Trinidad Express consideró probable que las armas no tuvieran como destino Afganistán, sino Trinidad y Tobago.
Glaude fue reconocido como miembro del grupo extremista local Jammat al Muslimeen, que en 1990 intentó un golpe de Estado contra el entonces primer ministro Arthur Robinson.
Más de 110 miembros de la organización extremista ocuparon durante seis días el parlamento y la única estación de televisión, para exigir la renuncia de Robinson.
Autoridades estadounidenses indicaron que Glaude implicó a otro miembro del grupo islámico, Olive Enyahooma El, en el tráfico de armas de Florida. Glaude dijo que Enyahooma El se limitaba a dirigir las armas al encargado de llevarlas a Trinidad y Tobago en un contenedor con muebles.
El grupo Jamaat utilizó una táctica similar para preparar su asalto de 1990.
Pero Enyahooma El, quien calificó a Glaude de «buen amigo, un hermano», dijo a periodistas que desconocía la existencia una nueva conspiración. «No sé nada de eso. Nunca hablé de algo así con Glaude», aseguró.
Enyahoona El, también implicado en la frustrada insurrección de 1990, dijo estar seguro de que el FBI (Oficina Federal de Investigaciones), de Estados Unidos, procuraría su extradición a Florida.
«Dejen que vengan con sus pruebas. No me importa. Quiero visitar a mi familia en Estados Unidos. Podría ser el viaje que he estado esperando por tanto tiempo», dijo, desafiante.
El líder del Jammat al Muslimeenn, Yasin Abu Bakr, también negó estar al tanto de planes de un golpe y aseguró que ni siquiera conocía a Glaude. «Cuando alguien se convierte en musulmán le cambian el nombre. Y él no es musulmán», explicó.
Además, Adu Bakr, que encabezó la tentativa de golpe contra Robinson, informó que su organización descubrió un complot para asesinarlo esta misma semana, lo que aumentó la tensión.
Trinidad y Tobago y Estados Unidos firmaron en los últimos seis años varios acuerdos de cooperación contra el terrorismo y las drogas. El fiscal general Ramesh Lawrence Maharak dijo que el gobierno está obligado a cooperar en todo con Washington y sus investigaciones. (FIN/IPS/pr/aa/rp/ff/ip/01