SUDAN: Guerra civil se agrava en el sur

Los combates se intensificaron entre el ejército de Sudán y los rebeldes que buscan la autodeterminación de la zona austral del país, a pesar de la creciente presión internacional para que ambas partes negocien el cese del fuego.

Portavoces del gobierno y del Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA) en la capital de Kenia confirmaron esta semana que se libran fuertes combates en las zonas de Bahr el Ghazal y las montañas Nuba. Ambas partes sostienen haber capturado posiciones clave en varios frentes.

Los insurgentes del SPLA aseguran haber capturado a todas las zonas claves del gobierno, salvo dos, en Bahr el Ghazal, la provincia más grande del sur de Sudán, y han rodeado a Wau, el cuartel general del gobierno en la provincia.

El grupo rebelde también sostiene controlar grandes zonas de las montañas Nuba y del sur del Nilo Azul, pero el régimen islámico de Jartum asegura haber recapturado la mayor parte de esas zonas.

Esta es la primera vez que ocurren combates en el sur de Sudán durante la temporada de lluvias desde que los rebeldes, bajo el mando del coronel John Garang, iniciaron la guerra en 1983 contra la imposición de la ley islámica en el país, incluso en el sur.

El SPLA asegura que esta es una nueva estrategia después de que fuera «provocado» por la ofensiva de la temporada seca, incluso por los bombardeos aéreos de objetivos civiles por el régimen islámico desde octubre.

«Esto es bueno para nosotros porque tenemos una ventaja sobre las estrategias mecanizadas del gobierno», declaró a IPS el portavoz del SPLA en Nairobi, Samson Kwaje.

También es la primera gran batalla en Bahr el Ghazal desde 1997, cuando una devastadora hambruna afectó a la provincia, causando la muerte de miles de personas.

La hambruna llevó a la comunidad internacional a negociar el cese del fuego parcial para facilitar la intervención humanitaria en la región. Organizaciones benéficas señalan que la situación en la zona sigue siendo delicada.

Los combates en Bahr el Ghazal occidental causarán el desplazamiento interno de más de 35.000 habitantes, calcula el SPLA, pero agrega que las lluvias actuales mejorarán la situación humanitaria en la región.

En su último ataque, el SPLA asegura haber capturado la guarnición de Kalandi, en Deliny, un condado de las montañas Nuba, matando a nueve soldados y capturando a varios más, incluso al comandante.

El SPLA también ataca a las compañías petroleras, pero agrega que no pretende atacar a sus empleados civiles. En uno de tales ataques, los rebeldes dijeron haber destruido un convoy «enemigo» que transportaba equipos para una de las compañías petroleras que «saquea el petróleo del sur de Sudán».

La insurgencia asegura haber matado a 244 soldados en el ataque.

Las compañías petroleras «son insensibles a la situación de guerra, y están lucrando con la sangre del pueblo sudanés», dijo Kwaje a IPS.

Sin embargo, Jartum acusó al grupo rebelde de aprovechar su voluntad de negociar el cese del fuego para preparar una nueva guerra en la provincia de Bahr el Ghazal.

«Eso es algo normal. Siempre que hay un cese del fuego parcial, el SPLA aprovecha y lanza una ofensiva militar», dijo el canciller Chuol Deng Alak a la prensa.

Alak insiste en que la prospección petrolera, que sólo contribuye con cinco por ciento del ingreso nacional, según él, no es un factor en la guerra. También niega que se hayan desplazado a cientos de habitantes del sur para permitir la operación de las compañías petroleras.

La guerra civil de Sudán es la más longeva de Africa, y hasta el momento causó la muerte a dos millones de personas en el país de 29 millones de habitantes.

Las gestiones diplomáticas de la Autoridad Intergubernamental sobre Sequía y Desarrollo (IGAD), que reúne a Sudán junto con Djibouti, Eritrea, Etiopía, Kenia, Somalia y Uganda, no lograron poner fin al conflicto.

A fines de mayo, líderes de los países de IGAD se reunieron en Nairobi, para discutir la adopción de un cese del fuego integral, pero no lograron su cometido.

El presidente de Sudán, general Omar al Bashir, se negó a reunirse con Garang en las negociaciones en Nairobi, y luego dijo en Jartum que el líder insurgente también había rechazado verlo en tres ocasiones anteriores.

El SPLA condiciona la aceptación del cese del fuego a una solución política incluida en la Declaración de Principios del IGAD, que incluye la separación entre religión y estado, y un referéndum para que la población del sur de Sudán decida si prefiere la autonomía o seguir dentro del país.

Las próximas negociaciones de IGAD están previstas para este año. «Creo que cada parte lucha para conquistar tanto terreno como sea posible para negociar», dijo una fuente diplomática a IPS.

Aparte del IGAD, la Unión Europea y Estados Unidos también presionan para que se negocie el cese del fuego. (FIN/IPS/tra-en/ja/cr/aq/ip/01

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