Decenas de miles de personas expresaron en las calles de la capital siria su apoyo a la intifada (insurrección) palestina contra Israel, en una movilización realizada con tolerancia del gobierno.
La multitud bloqueó el martes el tránsito y muchos comercios debieron cerrar sus puertas en esta ciudad de cuatro millones de habitantes.
Los manifestantes portaron carteles con leyendas contra Israel, entre ellas: «Muerte a los nuevos nazis, los sionistas, los asesinos de niños», «El pueblo de Siria apoya la intifada hasta la victoria» y «¡Oh Jerusalén árabe, serás liberada de los invasores!».
En otro cartel se leía: «Jerusalén está antes que (los Altos de) el Golán», territorio sirio ocupado por Israel en 1967.
Esas consignas desafiaron la orden de cese del fuego dictada el sábado por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, tras un ultimátum de Israel, que amenazó con duros ataques aéreos como represalia por el atentado suicida que mató a 20 israelíes el viernes en Tel Aviv e hirió a 60.
La movilización, realizada el martes y denominada «La marcha del millón», fue organizada por la Comisión Permanente Arabe Siria, un nuevo grupo formado por 18 intelectuales, entre ellos investigadores, conferencistas, escritores y periodistas.
El presidente de la comisión, Ahmed Abdul Kareem, dijo que el principal objetivo de la marcha fue «instar a los países árabes a apoyar la intifada con todos sus medios, políticos y económicos, hasta la recuperación de todos los territorios árabes ocupados y el establecimiento de un Estado (palestino) independiente con capital en Jerusalén».
El presidente de Siria, Bashar Al-Assad, ha expresado su rechazo a cualquier iniciativa de paz que no cumpla en forma integral con las resoluciones internacionales sobre Medio Oriente, y subrayó que el «principal peligro» en el proceso de paz regional era el abandono de los principios.
Assad ha formulado las más duras condenas a Israel de un gobernante árabe en los últimos tiempos, en mayor sintonía que sus pares con la creciente ira popular ante las muertes de palestinos en la intifada, que comenzó el 28 de septiembre de 2000.
Uno de los participantes en la marcha expresó la decisión de liberar territorios sagrados musulmanes al llegar hasta el sepulcro de Saladino, el comandante de los ejércitos que expulsaron en 1187 de Jerusalén a los cruzados europeos, que la habían ocupado en 1099.
«Estados Unidos agrede al pueblo árabe y desafía su dignidad nacional mediante el apoyo político, militar y económico a Israel, que asesina a palestinos desarmados», declaró Mamdouh Adwan, un famoso poeta y autor de teatro sirio participante en la movilización.
Los sentimientos antiestadounidenses han aumentado en el país desde el comienzo de la intifada.
La marcha se realizó en forma pacífica, a diferencia de movilizaciones anteriores, a menudo reprimidas por la policía con gases lacrimógenos, que llegaron hasta la embajada de Estados Unidos en la calle Abu Rumaneh, y en las cuales los manifestantes rompieron vidrios y quemaron banderas estadounidenses.
En los últimos tiempos hubo masivas manifestaciones de apoyo a la intifada en otros países árabes, y las mayores de ellas se llevaron a cabo en Egipto y Yemen.
Las campañas contra Israel, que incluyen acciones de boicot y difusión de vídeos con canciones, son una creciente vía de expresión para los pueblos árabes, a menudo silenciados por regímenes represivos.
Los gobiernos árabes tienen cada vez menos control de los que sus pueblos ven y oyen, debido al creciente público de la televisión vía satélite y de emisoras no estatales, y al aumento del número de personas que disponen de conexión a Internet, la red mundial de computadoras.
Tamara Husseini, una empleada del sector privado de 27 años de edad participante en la marcha, dijo a IPS que prestaba poca atención a los asuntos políticos hasta que vio en una transmisión de televisión vía satélite imágenes de la muerte del niño palestino Mohammed al-Durra, de 10 años de edad.
En octubre, Al-Durra y su padre quedaron bajo fuego cruzado de israelíes y palestinos en Gaza, y un disparo causó la muerte del niño. La filmación de ese hecho ha sido transmitida desde entonces en forma sistemática por canales árabes.
Gracias a los nuevos medios de comunicación, «todos se enteran de todo y ellos (los gobernantes) no pueden ocultar lo que hacen», afirmó Husseini.
«El gobierno debería ser influenciado por la gente, ya que en última instancia le corresponde representarla», añadió. (FIN/IPS/tra-eng/gb/mn/mp/ip/01
