SALUD-CARIBE: Gobiernos negocian rebaja de fármacos antisida

La Comunidad del Caribe (CARICOM) procura que las empresas farmacéuticas reduzcan los precios de las medicinas contra el sida, inaccesibles para la región más afectada por la epidemia después de Africa subsahariana.

El Centro Epidemiológico Caribeño y el Secretariado de CARICOM están cerca de finalizar un acuerdo con tres empresas farmacéuticas que reduciría el precio de los medicamentos en 70 por ciento, dijo Yitades Gebre, director del Programa para el VIH y Enfermedades de Trasmisión Sexual de Jamaica.

El costo mensual de la terapia antirretroviral contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es de 1.300 dólares por persona.

Según Gebre, este acuerdo permitiría al bloque adquirir medicamentos antirretrovirales a razón de 750 dólares a 2.000 dólares por paciente y por año.

Casi dos millones de personas en el Caribe son portadoras de VIH (virus de inmunodeficiencia humana). El Programa Conjunto de la Organización de Naciones Unidas para el VIH/sida (ONUSIDA) reportó 210.000 nuevos casos en la región desde fines de 1999.

«Con los precios actuales un empleado medio en la región debería trabajar 20 años para pagar un año de tratamiento», dijo Manuel Pena, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Jamaica.

El precio que logre cada país dependerá de su producto interno bruto (PIB) y de la combinación específica de drogas. Jamaica, por ejemplo, seguramente deberá pagar el precio más alto de 2.000 dólares anuales, advirtió Gebre.

Estas rebajas se deben en parte a la gran competencia que enfrentan las compañías farmacéuticas internacionales por parte de los fabricantes de drogas genéricas (medicinas similares a las patentadas por los grandes laboratorios).

Pero además, las compañías rebajan sus precios negociando contratos a largo plazo y por grandes cantidades, lo cual les permite prever la demanda futura.

Por otra parte, los gobernantes caribeños propondrán un debate sobre subsidios y formas de financiación para rebajar más aún o suministrar gratuitamente las medicinas contra el sida durante la sesión especial de la ONU sobre la epidemia, que se llevará a cabo entre el 25 y el 27 de junio en Nueva York.

Desempleado, contagiado de VIH y padre de dos hijos, Devon (36 años) es uno de los miles de jamaiquinos que no pueden pagar las medicinas necesarias para mejorar y prolongar su vida, ni siquiera con las reducciones propuestas.

Incluso cuando Devon tenía trabajo, su salario semanal de 33 dólares no alcanzaba para los medicamentos de la terapia antirretroviral o combinada, que retarda el desarrollo de la enfermedad y atenúa sus efectos.

Este hombre es uno de los 15.000 jamaiquinos portadores de VIH, en un total de 2,5 millones de personas. El Caribe, con 32 millones de habitantes, tiene aproximadamente 1,8 millones de infectados.

«Quien puede pagar vivirá, quien no pueda no», dijo Ian McKnight, director de la organización no gubernamental AIDS Support (Apoyo al Sida).

Los grupos de asistencia a los enfermos de sida tampoco escapan a esta realidad.

Raymond de la Cruz, sacerdote de Misioneros de los Pobres, afirmó que la institución benéfica sólo puede suministrar antibióticos y otras «medicinas básicas» para aliviar el sufrimiento de quienes enfrentan una muerte prematura.

«Muchas muertes se deben a síntomas que no se presentarían con la medicación antirretroviral, por lo cual muchas personas aún estarían vivas», sostuvo De la Cruz.

Estos hechos no son ajenos a los gobernantes caribeños. La ministra de Salud de Santa Lucía, Sarah Flood Beaubrun, intenta obtener precios aún más bajos que los que se negocian con los laboratorios y espera que la ONU proporcione más asistencia.

Actualmente sólo una medicina, Nevirapine, es suministrada gratuitamente a las mujeres embarazadas gracias a un plan con fondos de la ONU para reducir el contagio de VIH de madre a hijo durante el parto. Pero la demanda excede las posibilidades del proyecto.

El ministro de Salud de Jamaica, John Juner, afirmó que aun con los tratamientos más accesibles, el gobierno necesitaría 18,6 millones de dólares para tratar a la población portadora de VIH en la isla, suma que supera en 10 por ciento el presupuesto nacional de salud.

Un tratamiento generalizado contra el sida costaría 240 millones de dólares por año, más que el presupuesto total del país y fuera del alcance del gobierno.

Gran parte del gasto destinado al sida se destina a curar infecciones oportunistas, como afecciones respiratorias o de la piel, cuyos efectos pueden ser devastadores para los enfermos de sida, con sistemas inmunitarios debilitados.

En 1998 Jamaica invirtió casi un millón de dólares en el tratamiento de 200 casos de este tipo, cada uno de los cuales requirió una hospitalización promedio de 12,6 días, según un estudio nacional.

De acuerdo al mismo sólo el tratamiento ambulatorio de síntomas como urticaria, fiebre, tos, jaquecas, náuseas y dificultades respiratorias en enfermos de sida costó 800 dólares anuales por persona.

Además, tratar enfermedades oportunistas más graves como tuberculosis y neumonías puede costar hasta 6.500 dólares por mes sólo en medicinas, afirman los gobernantes.

Por tanto, mejorar el acceso a las terapias antirretrovirales ayudará a reducir el gasto en infecciones oportunistas, dijo Gebre, si bien advirtió que «no tendría sentido obtener medicinas por unos meses y luego dejar de administrarlas».

Las terapias antirretrovirales o combinadas son diferentes combinaciones de 36 medicamentos diferentes que se pueden administrar hasta en 60 dosis diarias.

Estas terapias son la forma más efectiva de tratar el sida, pero tienen fuertes efectos secundarios.

Los expertos en salud advierten que antes de iniciar una distribución de medicinas a gran escala, los sistemas de salud deben disponer de una administración apropiada y de una infraestructura de apoyo adecuada.

La naturaleza altamente tóxica de estas medicinas exige supervisión constante y análisis frecuentes para conocer la efectividad de las dosis y combinaciones, la cantidad de VIH en el organismo de cada paciente, y su tolerancia a los efectos secundarios.

Ya que la adhesión al tratamiento es clave para su efectividad también se debe brindar orientación y asistencia psicológica. Además, se deben implementar sistemas de control para asegurar que las medicinas lleguen a quienes las necesitan.

Según el programa ONUSIDA, de los 12 países americanos con mayor prevalencia de sida nueve son naciones del Caribe. (FIN/IPS/tra-en/zn/aa/dc/aq/he/01

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