SALUD-AMERICA LATINA: Sida avanza entre mujeres pobres

El sida encontró campo fértil entre las mujeres de América Latina, en especial niñas y adolescentes, de la mano de la pobreza el desempleo y el analfabetismo, señalaron representantes gubernamentales y de la sociedad civil.

Las expertas se preguntan qué defensa contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) tiene una niña que sufre abusos sexuales reiterados de parientes o allegados, o cómo hace para exigir sexo seguro aquella adolescente que es empujada a la prostitución para contribuir a la supervivencia familiar.

Esos dilemas ilustran la vulnerabilidad de las mujeres latinoamericanas frente al VIH (virus de inmunodeficiencia humana) causante del sida, una epidemia que en la región se feminiza cada año, al igual que la pobreza, mientras se acrecienta la desigualdad socioeconómica y de género.

La propagación del sida, y cuestiones de género vinculadas con la pandemia, son abordadas a partir de este lunes por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en una sesión especial de tres días.

«El machismo típico de las sociedades latinoamericanas aumenta considerablemente la vulnerabilidad de las mujeres frente al sida, y cuando se asocia a otros factores como la pobreza, el desempleo y el analfabetismo, resulta una verdadera catástrofe», dijo a IPS Mabel Bianco, directora de la Unidad Coordinadora y Ejecutora del VIH/Sida en Argentina.

Estadísticas del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (Onusida) señalan que en América Latina existen hoy 1,8 millones de personas afectadas por esta enfermedad, pero en los años 90 aumentó muy rápidamente la incidencia entre las mujeres, sobre todo en niñas y adolescentes.

Onusida detalla que las mujeres representan 25 por ciento de las personas infectadas en América Latina, mientras que sólo en el Caribe la proporción aumenta a 35 por ciento.

Las urgencias de la región fueron examinadas por delegados de gobiernos y de la sociedad civil reunidos en mayo en Panamá, donde se diseñaron las acciones a seguir de cara a la sesión especial de la Asamblea General de la ONU.

Bianco actuó como secretaria ejecutiva del Grupo de Cooperación Horizontal, conformado por representantes oficiales y de organizaciones no gubernamentales.

La mujer y el VIH/Sida también fue el asunto central tratado en la reunión de este año del Comité de Estatus de la Mujer en el Mundo, realizada en marzo a instancias de la ONU.

El comité se conformó finalmente con delegadas de Botswana y Malasia, la titular de Onusida en Nueva York, Ass Sy, y Bianco, en representación de América Latina y el Caribe.

«Fue una dura pelea conseguir que se aceptara incorporar al comité de cuatro a una delegada de nuestra región», comentó Bianco.

La experta argentina planteó allí el problema de la vulnerabilidad ante la enfermedad de las mujeres pobres de los países en desarrollo, pero se concentró especialmente en las debilidades específicas de las mujeres latinoamericanas.

Fundamentó su posición en un estudio realizado entre 1998 y 1999 en Brasil, Chile, Colombia, Nicaragua y Perú por la no gubernamental Red de Salud de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe.

En esos cinco países se registró un aumento de las denuncias de abuso sexual en niñas, mucho más que en niños, precisó.

También advirtió que la mayoría de las víctimas no denuncian las agresiones y que, cuando éstas se registran, entre 40 y 75 por ciento de los casos el agresor es pariente o amigo de la familia.

El estudio indica, además, que casi 80 por ciento de los abusos o violaciones denunciadas se cometen en el domicilio de la víctima. Por esa razón Bianco se pregunta cómo llegar a esas niñas con mensajes para su protección.

La investigación también destacó que algunos rasgos culturales de América Latina que contribuyen a la propagación de la epidemia entre las mujeres.

Uno de ellos es la tradición católica, que obstaculiza la educación sexual formal e incluso informal para evitar el embarazo precoz y proteger a las adolescentes de las enfermedades de transmisión sexual.

Sin embargo, esas particularidades no impiden la habitual difusión de violencia sexual en los medios de comunicación, un hecho que promueve entre los jóvenes relaciones sexuales caracterizadas por un fuerte sometimiento de la mujer, explicó Bianco.

«Esa asociación entre una sociedad conservadora y esta aparente liberalidad de las imágenes es nefasta y perversa para los más jóvenes, y los confunde», alertó.

A modo de ejemplo, Bianco informó que en talleres de prevención del sida realizados en Argentina varias adolescentes confesaron con naturalidad que su método anticonceptivo es la relación anal.

Ellas consideran que esa práctica es una forma de prevenir el embarazo, pero no advierten que, no sólo resulta una distorsión como única forma de tener sexo, sino que se exponen al contagio del VIH.

Bianco añadió que «la violencia sexual y la falta de autonomía de las mujeres se incorpora así a edades muy tempranas, cuando se consideran normales comportamientos que son de alto riesgo».

Desde la Conferencia Mundial de la Mujer, realizada en 1985 en Nairobi, se señala la vulnerabilidad de las mujeres ante esta pandemia, y la advertencia se reiteró con mayor énfasis en la cuarta de esa serie de conferencias, concretada hace seis años en Beijing.

Pero el balance de las políticas aplicadas en los cinco años posteriores a la cita de Beijing es muy pobre.

«Muy pocas políticas y medidas específicas fueron adoptadas por los gobiernos para prevenir el VIH/sida en mujeres y niñas», señaló Bianco.

«La falta de compromiso político de los gobernantes y de políticas adecuadas favorece el crecimiento de la epidemia entre niñas y mujeres adultas», apuntó.

A juicio de la experta argentina, hay distintas medidas que deberían adoptarse rápidamente, como impartir una educación sexual, formal o informal, con perspectiva de género. Es decir, con mensajes dirigidos a niñas y adolescentes para que conozcan sus derechos y fortalezcan su autonomía.

Del mismo modo, consideró necesario derogar leyes que se apoyan en concepciones machistas, como algunas existentes en América Latina que permiten a violadores obtener la libertad a cambio de casarse con la víctima.

Otra norma a eliminar es la que admite el casamiento de niñas o adolescentes sin capacidad plena aún para decidir sobre su destino.

En cuanto a las mujeres afectadas por el sida, Bianco entiende que es necesario respetar el derecho a una sexualidad plena y a la reproducción.

Aseguró que en América Latina y el Caribe muchos médicos equiparan a la mujer a un aparato reproductor, desentendiéndose así de sus derechos como persona.

En la práctica, esto significa que se desalienta a la mujer afectada con VIH a quedar embarazada, se la esteriliza, o también se la protege mientras está embarazada hasta que dé a luz a un niño sano, sin que luego se haga un seguimiento de la enfermedad de la madre.

Para Bianco, al igual que muchas otras mujeres que trabajan desde hace años en esta área, ninguna medida contra el sida sería tan efectiva como erradicar la pobreza, que afecta fuertemente a las mujeres de la región.

La feminización del VIH/sida está directamente vinculada al aumento de la pobreza en niñas, adolescentes y en mujeres adultas.

El perfil de la mujer adulta infectada no es hoy el de una persona promiscua, como indicaría el prejuicio social, sino el de una joven, pobre, con hijos y un compañero estable que la contagió mediante una relación sexual sin protección.

Las adolescentes y jóvenes que se vuelcan a la prostitución «no eligen, sino que son forzadas a hacerlo, y de ahí no se vuelve tan fácilmente, porque luego no hay nada que les permita obtener ese mismo nivel de ingresos para su supervivencia», advirtió Bianco. (FIN/IPS/mv/dm/he/01

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