NEPAL: Incertidumbre tras coronación de tercer rey en cuatro días

La muerte en Nepal del popular rey Birendra, su esposa y sus cuatro hijos conmovió a la población y abrió un período de incertidumbre sobre el futuro del país, que ha tenido tres reyes distintos en sólo cuatro días.

Birendra, de 55 años, había gobernado el país desde 1972 y murió en la noche del viernes, junto con su esposa, la reina Aishwarya, su hijo, el príncipe Nirajan, y sus dos hijas, las princesas Shruti y Jayanti.

Los primeros informes sobre lo ocurrido se basaron en declaraciones realizadas el sábado por el ministro del Interior, Ram Chandra Paudel, e indicaron que el homicida había sido el príncipe heredero, Dipendra.

Según Paudel, Dipendra atacó a su familia con un rifle automático durante la cena, causó la muerte de un total de ocho personas y luego disparó contra sí mismo.

El príncipe heredero quedó en estado crítico y falleció en la madrugada del lunes. Antes de morir, llegó a ser proclamado rey por el Consejo de Estado, el cual designó como regente al príncipe Gyayendra, tío del presunto homicida. Tras la muerte de Dipendra, Gyayendra fue coronado rey.

Los medios de comunicación afirmaron que el cruento episodio se produjo porque Dipendra estaba furioso con su familia, la cual le había prohibido casarse con la mujer que amaba.

Sin embargo, el domingo Gyanendra aseguró en un mensaje a la nación que los integrantes de la familia real habían muerto debido al «disparo accidental de un arma automática», y Paudel se retractó de sus declaraciones del sábado.

Muchos piensan que el gobierno oculta lo que en realidad sucedió, y el lunes se produjeron manifestaciones de protesta frente al palacio real tras la coronación de Gyanendra, con participación de personas que culparon al primer ministro Girija Prasad Koirala por no haber protegido la seguridad de Birendra.

Hasta entonces, el estupor había sido la reacción predominante en el país, de 23 millones de habitantes y uno de los más pobres del mundo, que ha sido desestabilizado desde 1996 por la violenta insurreción de un grupo que reivindica las ideas del revolucionario comunista chino Mao Zedong.

En el fin de semana, al comienzo del período de luto de 13 días que marca la tradición hindú, las calles estaban desiertas y la mayoría de los comercios cerraron.

La oposición suspendió movilizaciones de protesta contra el impopular Koirala, convocadas antes de la muerte de Birendra, y los insurgentes se mantuvieron inactivos.

El único incidente registrado el domingo fue la quema de periódicos en las calles por parte de unos 50 jóvenes, en protesta contra la versión de que Dipendra había asesinado a su familia.

El gobierno decretó cinco días feriados de duelo nacional, durante los cuales estarán interrumpidas las actividades públicas y habrá medidas de seguridad extraordinarias.

Gyanendra prometió investigar lo sucedido el viernes e informar al país lo antes posible sobre el resultado de esa investigación.

El diario Kathmandu Post expresó el sentir popular en su editorial del domingo, en el cual afirmó: «Haremos un poco de justicia al líder asesinado si la nueva configuración que emerge en el horizonte nepalés no tropieza en su camino hacia el fortalecimiento de la democracia y la monarquía constitucional».

La popularidad de Birendra se debía al papel que desempeñó durante la última década para consolidar una monarquía constitucional con democracia multipartidaria, tras un levantamiento popular en 1990 que lo obligó a desmantelar el anterior sistema autoritario de partido único, llamado Panchayat.

El fallecido rey «se apegó a la letra y al espíritu de la Constitución democrática y ayudó a consolidar los logros de 1990, al mantenerse por encima de las luchas de los políticos por el botín. Eso le cayó muy bien al pueblo», afirmó el comentarista político Narayan Wagle.

«Siento deseo de llorar. Nunca tendremos un gobernante tan amado como el rey Birendra», dijo Ra Lal Pariyar, un nepalés de 66 años de edad.

Birendra, Aishwarya, Nirajan, Shruti y Jayanti fueron cremados el sábado en el templo Pasupatinath de Katamandú, luego de que su cortejo fúnebre recorriera con lentitud las calles de la capital.

Observadores políticos apuntaron que Gyanendra tendrá dificultades para ocupar el lugar de Birendra.

El fallecido rey fue «un auténtico monarca popular, y sin duda será difícil reemplazarlo», afirmó en un editorial el influyente diario Kantipur.

Uno de los pocos datos conocidos acerca de Gyanendra es que se trata de un ferviente ambientalista. (FIN/IPS/tra- eng/sp/ral/mp/ip/01

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