MEXICO: Gobierno alista armas contra biopiratería

El gobierno de México pondrá en funciones este año un organismo especializado para frenar los intentos de empresas extranjeras de patentar especies vivas cuyo centro de origen es el país.

El viceministro de Agricultura, Víctor Villalobos, explicó a IPS que la decisión se adoptó luego de que la empresa estadounidense POD-NERS registrara a su nombre un frijol similar al producido en México y tras el intento en el mismo sentido de la firma transnacional Dupont sobre un tipo especial de maíz.

Organizaciones no gubernamentales ambientalistas califican las acciones de esas compañías transnacionales de biopiratería.

Villalobos defendió la creación del organismo señalando que el gobierno «debe velar por el derecho del agricultor, del campesino y de las etnias, pues ellos han ido seleccionado las razas y las variedades de especies vegetales que hoy conocemos».

El nuevo instituto, cuyo nombre aún no se ha definido, tendrá la misión de realizar estudios y defender en el exterior el control mexicano sobre especies originales del país, incluso en los casos en que hayan sido modificadas a través de manipulación genética o cruces naturales.

El avance de la biotecnología permite que cualquier especie viva originaria del mundo en desarrollo puede ser alterada y luego patentada por firmas transnacionales, advierten expertos.

Ante ello, el organismo diseñado por el gobierno de Vicente Fox, que puede ponerse en marcha en septiembre, cubrirá las tareas de control y de seguimiento sobre los pedidos para inscribir patentes de productos originarios en México, explicó Villalobos.

El asunto cobró fuerza luego de que el grupo ambientalista internacional Greenpeace protestara en mayo en México para alertar que la Oficina Europea de Patentes se aprestaba a habilitar el llamado maíz Optium, presentado por Dupont y cuyas características son similares a la de especies autóctonas mexicanas.

El derecho de propiedad del tipo de maíz que defiende Dupont, desarrollado con métodos tradicionales de mejoramiento genético, debía entrar en vigor el 1 de este mes en Europa.

Sin embargo, a último momento el gobierno de México presentó un recurso de disconformidad ante la Oficina Europea de Patentes, que permitió iniciar un proceso de controversia y deliberaciones.

El maíz Optium HOC/HO tiene características similares aunque no iguales al de varias especies mexicanas.

El reconocimiento de Optium puede perjudicar a productores locales, pues daría a Dupont la propiedad exclusiva sobre un tipo de grano derivado del original, señalan expertos.

La firma respondió que su grano, el cual tiene un mínimo de contenido de seis por ciento de aceite y 55 por ciento de ácido oleico, no existe en México ni en ningún otro país. Incluso aseguró que su producto fue obtenido del cruce de especies ajenas a México.

El subsecretario Villalobos admitió a IPS que no hay reportes de que en México haya un tipo de maíz con las características exactas a las que tiene el de Dupont, «pero somos el país de origen y en poco o mucho tiempo los 'fitomejoradores' obtendrán una especie igual».

Por su parte, Liza Covantes, una de las portavoces en México de Greenpeace, señaló que, aunque no se ganó el caso, por lo menos se frenó la «rapacidad» de una empresa transnacional agrobiotecnológica.

Pero el gobierno de Fox no está seguro de obtener la anulación de la patente, que tendría vigencia sólo en España, Francia e Italia, a los que México no le vende maíz.

«Debemos reconocer que en México no existen evidencias científicas que avalen la existencia de una especie como Optium, pero lo que no hay duda es que este país es el centro de origen del grano», puntualizó Villalobos.

«Este es un típico caso de biopiratería», sostuvo la no gubernamental Fundación Internacional para el Avance Rural.

Biopiratería es un término acuñado por grupos ecologistas para definir la presunta práctica de empresas del Norte Industrializado de registrar como propios conocimientos ancestrales sobre plantas y otros seres vivos originarios del Sur en desarrollo.

Los ecologistas y las autoridades mexicanas entienden que no se le puede otorgar la patente reclamada por Dupont, pues el tipo de maíz que defiende es similar a la de especies locales.

En cambio, Dupont aseguró que Optium es una especie única, que «brinda valores agregados para la salud y para la nutrición, como el aceite monoinsaturado, que reduce el colesterol malo al tiempo que mantiene el bueno».

Los ambientalistas advirtieron, en una carta enviada a la Secretaría (ministerio) de Agricultura el 15 de mayo, que las repercusiones para México serían muy graves en caso de entrar en vigor la patente de Dupont.

Si esa empresa transnacional logra habilitar Optium, el maíz mexicano de características similares estaría imposibilitado de comercializarse, al menos en Europa, y sus productores se verían obligados a pagar regalías a la transnacional, indicó Covantes.

El maíz es originario de la zona que hoy ocupa México y al cabo de miles de años de cultivo las culturas nativas crearon en torno a ese grano una cosmología que llega hasta la actualidad.

México conoce sobre biopiratería por otros casos diferentes al de Dupont.

Las autoridades de agricultura enfrentan desde 1999 un proceso para anular una patente otorgada en Estados Unidos para un tipo de frijol, especie cultivada durante siglos en México.

La historia del conflicto data de 1994, cuando Larry Proctor, presidente de la empresa POD-NERS, compró un paquete de frijoles en el norte de México y lo llevó a Estados Unidos.

Luego seleccionó de aquel paquete los granos amarillos y los cultivó y, después de varios cruces, logró lo que él describe como una población uniforme y única de frijol.

POD-NERS solicitó la patente en 1996 y tres años después le fue otorgada bajo el nombre de Enola. Sin embargo, agricultores mexicanos sostienen que se trata de una especie muy similar a la que ellos cultivan.

Según la Fundación Internacional para el Avance Rural, el caso del maíz y del frijol mexicanos demuestra la fragilidad o ineficacia de las normas internacionales para regular las patentes de seres vivos, y de lo desprotegidos que están los países en desarrollo frente a la biopiratería. (FIN/IPS/dc/dm/en/01

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