ITALIA: Coliseo iluminado celebra fin de pena capital en Chile

El Coliseo, el principal monumento de la capital italiana, fue iluminado hoy por la noche en celebración de la abolición de la pena de muerte en Chile, como ocurre cada vez que un país decide abandonar esa práctica o se conmuta una ejecución.

La ceremonia fue organizada por el gobierno de Roma y por la Comunidad de San Egidio, asociación humanitaria de laicos católicos nacida en 1968 por influencia del Concilio Vaticano II.

Asistieron al acto, entre otros, el ministro chileno de Justicia, José Antonio Gómez, y el español Joaquín José Martínez, absuelto este mes por un tribunal de apelaciones de Estados Unidos, tras esperar tres años en el llamado pasillo de la muerte, celda especial en la que los condenados esperan ser ejecutados.

El Congreso legislativo de Chile aprobó en abril la ley de derogación de la pena de muerte en el país, sustituyéndola por la prisión perpetua real.

El ministro Gómez comentó que la pena de muerte es «inútil e injustifica», tras hacer referencia a los sufrimientos de los chilenos durante la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet (1973-1990).

«Mi país se enorgullece de haber dado este paso irreversible. Los dolores que hemos padecido los chilenos en un tiempo que está todavía demasiado cerca, nos han enseñado que el sufrimiento humano a manos del Estado es inútil, nada surge de él, salvo la banalización de la vida y la falta de legitimidad de la acción política», aseguró.

Por su parte, Martínez, con los ojos llenos de lágrimas y con dificultades para expresarse debido a la emoción, dijo que había vivido una pesadilla horrible y que dedicará el resto de su vida a que se ponga término a la pena de muerte.

Martínez narró el caso de una persona que estuvo en el pasillo de la muerte en una cárcel de Estados Unidos, igual que él, pero durante 15 años, que nunca recibió una visita, y luego de que muriera de cáncer se descubriera que era inocente del crimen por el cual había sido condenado.

«Quiero decirle al mundo que yo soy un ejemplo de que no se puede aplicar la pena de muerte en ninguna parte, no es una solución, y hay gente que en estos momentos está muriendo en los corredores de la muerte», dijo Martínez a IPS.

«Hay gente inocente que está condenada a muerte, y por ellas y por todos, incluso por los que no son inocentes, lucharé para que no sean ejecutados», agregó.

Martínez, de 29 años, fue dejado en libertad el día 7 en Florida, luego que un tribunal de apelaciones de Miami lo absolviera de la imputación de haber asesinado en 1996 a Douglas Lawson y a Sherrie McCoy.

La pena capital ha sido abolida en 76 países, en otros 21 no se aplica al menos desde hace 10 años, pero se mantiene por crímenes ordinarios en 14 naciones y por distintos tipos de delitos en los 85 restantes.

Un informe de la asociación del Partido Radical, de Italia, «Nadie toque a Caín», señala que el año pasado fueron ejecutadas más de 1.900 personas en el mundo y 1.300 en los primeros cinco meses de este año.

A China le corresponde el récord mundial, con más de 1.000 en 2000 y al menos 1.100 en los primeros cinco meses de 2001, mientras que en Estados Unidos ya han sido ejecutadas 121 personas en lo que va del año.

El secretario de Nadie toque a Caín, Sergio D'Elia, pidió al nuevo gobierno italiano del derechista Silvio Berlusconi que plantee ante la Organización de las Naciones Unidas la necesidad de una moratoria universal de la pena de muerte.

La subsecretaria de Relaciones Exteriores, Margherita Boniver, explicó que el gobierno derechista de Berlusconi apoyará la campaña contra la pena de muerte. En Italia, como en el resto de la Unión Europea, no existe la pena capital.

La Comunidad de San Egidio ha recogido más de tres millones y medio de firmas en 145 países que acompañan un manifiesto contra la pena de muerte.

Esta comunidad de laicos de la Iglesia Católica, con sede en Roma, congrega a más de 40.000 personas, comprometidas con la caridad en Italia y en más de 60 países.

Con la iniciativa «El Coliseo ilumina la Vida», el antiguo monumento que fue símbolo de la muerte en el imperio romano, fue iluminado 18 veces durante el año pasado, una por cada vez que un país resolvió abolir la pena capital o por cada conmutación de una condena a muerte.

La primera vez que se iluminó El Coliseo, a iniciativa de la Comunidad de San Egidio y de la organización humanitaria Amnistía Internacional, fue el 12 de diciembre de 1999, cuando se festejó la abolición de la pena de muerte en Albania.

Uno de los activistas contra la pena de muerte es Oliviero Toscani, responsable de la campaña publicitaria de la empresa de ropa italiana Benetton, que presentaba una serie de fotos realizadas en los pasillos de la muerte de cárceles estadounidenses.

Toscani renunció a Benetton, señalando que «para los comerciantes no existen derechos humanos», luego que la firma decidiera pedir disculpas públicas por la campaña y pagar 50.000 dólares para evitar que prosperara el juicio que le iniciara el estado de Missouri, en el sudeste de Estados Unidos.

El publicista, famoso por sus campañas irreverentes, también presentó un documental realizado por su hijo Rocco con entrevistas a condenados a muerte en Estados Unidos. (FIN/IPS/jp/dm/hd ip/01

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