Los premios Nobel de la Paz Mijail Gorbachov, de Rusia, y Frederik De Klerk, de Sudáfrica, serán los principales animadores de un simposio sobre «La periferia y el centro en la era de la mundialización», que se reunirá en la ciudad italiana de Génova el 28 y 29 de este mes.
Políticos, economistas y estudiosos de todo el mundo fueron convocados para considerar asuntos que del 20 al 22 de julio debatirán, también en Génova, los gobernantes de las ocho naciones más poderosas de la Tierra, cuya reunión tendrá de marco manifestaciones contra la mundialización.
Los servicios de inteligencia de los países integrantes del Grupo de los Ocho (G-8) preparan un gigantesco dispositivo de seguridad para proteger la cumbre anual y prevenir o reprimir actos de violencia.
El objetivo es garantizar «un clima de paz y diálogo», según expresaron los ministros del Interior y de Relaciones Exteriores de Italia, Mario Scialoja y Renato Ruggero, respectivamente.
«El encuentro del G-8 es político y esto no se le escapa a nadie», dijo el presidente de la Autoridad del Puerto de Génova, Giuliano Gallanti, al anunciar el jueves junto al alcalde la ciudad, Giuseppe Pericu, la realización del simposio de la semana próxima.
«Nosotros debemos entender cuáles son los efectos económico- sociales de la mundialización y, sobre todo, cómo gobernarla, para lo cual hemos invitado a personas que se cuentan entre las que más han reflexionado sobre el tema en todo el mundo», explicó Gallanti.
Además de Gorbachov y De Klerk participarán del simposio Jeremy Rifkin, Edward Luttwak, Stephen Zunes, Riccardo Petrella, Sergio Vaccá, Pat Patfoort, Bruno Trentin, Teng Chye Khoo, Fabio Rosati y Dionigi Tettamanti, que aceptaron la iniciativa de la organización no gubernamental Planet, con el apoyo de la Autoridad del Puerto de Génova.
Mientras que el ex presidente soviético Gorbachov abordará el tema «Interdependencia, mundialización, desarrollo sostenible: ¿Cómo gobernamos el mundo?», el ex mandatario sudafricano De Klerk se concentrará en «El destino de Africa y el Sur del mundo en la era de la mundialización».
El estadounidense Rifkin, autor de libros célebres como «El fin del Trabajo» y «La economía del acceso», reflexionará sobre «El paradigma emergente de la tecnología comunicacional y su impacto social y cultural», mientras que Luttwak, director del «Centro de estudios estratégicos e internacionales», de Estados Unidos, identificará «Vencedores y perdedores de la economía mundial».
El arzobispo católico de Génova, cardenal Dionigi Tettamanzi, analizará «La mundialización y los derechos de los pobres», tema que complementarán Zunes, presidente del programa de estudios sobre paz y justicia de la Universidad de San Francisco, el parlamentario europeo Trentin y los economistas Petrella y Vaccá.
Trentin comentará el impacto de la mundialización en los problemas del hambre en el mundo, Petrella se referirá a la desigualdad en el acceso al saber, sus efectos culturales, políticos y sociales, y Vaccá, a la evolución de las empresas transnacionales.
Los temas del simposio se incluyen entre los principales que movilizan a los 700 grupos de todo el mundo coordinados en el Foro Social de Génova (FSG) para organizar un vértice opuesto al del G- 8.
El FSG prepara una manifestación pública para el 20 de julio próximo, que recorrerá las principales calles de la ciudad, mientras los gobernantes iniciarán sus deliberaciones en el salón del Mayor Consejo del Palacio Ducal.
«El diálogo interétnico y la solución no violenta de los conflictos» será el aspecto considerado en el simposio por Patfoort, directora del centro belga para la Gestión No Violenta de los Conflictos.
Se trata de dos cuestiones que ocupan hace una semana el primer lugar en la agenda del gobierno italiano y los títulos de apertura de los medios de comunicación.
El gobierno ha dispuesto la adjudicación de casi un 1,5 millones de dólares para que las organizaciones no gubernamentales construyan la sede del vértice paralelo, y 60 millones para montar un aparato de seguridad que proteja a los gobernantes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia y a los 1.500 delegados que los acompañarán.
Las medidas incluyen, según expresaron representantes del FSG, subrayando que el gobierno «no ha desmentido la noticia», el envío de 200 bolsas plásticas para el transporte de cadáveres y el estado de alerta en las salas mortuorias de los principales hospitales.
«Buscamos que la comunidad genovesa conozca los problemas del mundo», explicó a IPS Renato Carpi, secretario general de la asociación cultural Planet, creada en 1996 para realizar una «investigación estratégica permanente» sobre la mundialización.
«Génova tiene históricamente una vocación marítima y sentiremos cada vez más el impacto del nuevo orden mundial, para lo cual necesitamos una nueva inteligencia», señaló Carpi.
Lorenzo Caselli, rector de la facultad de Economía de la Universidad de Génova, propuso durante la conferencia de prensa la creación de un impuesto de 0,05 por ciento a los movimientos de capital a corto plazo, «lo cual produciría unos 100.000 millones de dólares anuales, para financiar a los países pobres y crear un fondo de seguridad».
Caselli observó que para proporcionar educación primaria a los niños de los países pobres bastan 6.000 millones de dólares anuales, mientras que sólo Estados Unidos consume 8.000 millones en la industria de cosméticos, «que no parece dar grandes resultados».
«No somos violentos y estamos dispuestos a dialogar», afirmó el FSG en respuesta a los llamados del gobierno. «Pero lo haremos sobre bases concretas, señales tangibles de una política económica distinta a la practicada hasta ahora».
«Presentaremos un abanico de posiciones a favor y en contra de la mundialización, para encontrar soluciones y ofrecer a la gente contenidos, algo que la prensa en general no transmite», anunció el periodista italiano Giulietto Chiesa, uno de los organizadores del simposio. (FIN/IPS/rg/ff/ip dv/01