INDIA-PAKISTAN: Queda suspendido el uso del megáfono

El acuerdo de India y Pakistán para evitar la «diplomacia de megáfono» antes de una cumbre a mediados de julio sobre la cuestión de Cachemira prepara un mejor ambiente para la reunión.

«Sería bueno que el tono de los discursos políticos de ambos lados se apaciguara antes de la cumbre, dado que tiene impacto en las fuerzas políticas», dijo un portavoz de la cancillería de India.

El acuerdo fue alcanzado el miércoles, durante una conversación telefónica de cinco minutos entre el primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, y el general paquistaní Pervez Musharraf, pocas horas después de que éste asumiera la presidencia.

Vajpayee reiteró el martes, cuando se anunció la cumbre para el 14 al 16 de julio, que el estatuto del estado indio de Jammu y Cachemira no es negociable.

Lo único negociable, continuó Vajpayee, es el tercio del antiguo estado principesco ocupado por Pakistán, o «Cachemira Azad» (Cachemira Libre), como lo llama Islamabad.

«Trataremos de encontrar soluciones para ése y otros problemas», dijo Vajpayee a la prensa en la ciudad occidental de Mumbai (ex Bombai).

La declaración de Vajpayee fue una aparente réplica a la afirmación de Musharraf de que Cachemira sería el tema principal de la cumbre que tendrá lugar en la ciudad de Agra, famosa por el Taj Mahal y otros monumentos mugales.

Musharraf también se habría referido a la disputada Cachemira, causa de dos de las tres guerras entre India y Pakistán, como «la agenda inconclusa de la partición».

Pakistán fue creado en 1947 cuando los dominadores coloniales británicos subdividieron a India antes de abandonarla, y dieron a los estados principescos la opción de unirse a uno u otro país.

India considera que toda la región de Cachemira le pertenece, porque el príncipe hindú de aquel entonces así lo decidió, pero Pakistán sostiene que el pueblo cachemiro debe decidir en un referendo de autodeterminación a qué país desea incorporarse.

Jammu y Cachemira es el único estado indio de mayoría musulmana.

En 1994, el parlamento de India resolvió que los territorios controlados por Pakistán debían ser recuperados, pero muchos analistas creen que la Línea de Control que divide a Cachemira entre ambos países desde la guerra de 1971 debe convertirse en una frontera internacional.

Pocos esperan algún cambio significativo como resultado de la próxima cumbre.

El portavoz de la cancillería declaró que la cumbre refleja apenas «un amplio panorama de reconociliación y diálogo».

Mientras, el alto comisionado de India en Pakistán, Vijay Nambiar, dijo que la idea principal de la cumbre consiste en promover la confianza entre los dos países, que en 1999 se enfrentaron durante seis meses en una guerra no declarada sobre la Línea de Control, en el área montañosa de Kargil.

Según Nambiar, lo que realmente decidió a ambos gobiernos a dialogar fue la globalización y el hecho de que Cachemira se ha transformado en «un gran obstáculo para el desarrollo de la región».

«Si podemos restablecer la confianza y reanudar el proceso de Lahore tras la cumbre, será un gran logro», dijo Nambiar.

La ciudad paquistaní de Lahore fue el escenario de la cumbre indo-paquistaní en febrero de 1999, cuando Vajpayee cruzó simbólicamente la frontera en un autobús para firmar la Declaración de Lahore con el entonces primer ministro paquistaní Nawaz Sharif.

Pero el ejército de Pakistán, encabezado entonces por Musharraf, se oponía al proceso de Lahore e instigó infiltraciones masivas a través de la Línea de Control.

Esas infiltraciones condujeron a los enfrentamientos de Kargil, que sólo terminaron cuando el gobierno de Estados Unidos presionó a Islamabad para que retirara a los invasores.

En octubre de 1999, poco después del fin del conflicto de Kargil, Sharif fue expulsado del poder en un incruento golpe de Estado encabezado por Musharraf, e India se negó a abrir el diálogo con el dictador militar.

La invitación de Vajpayee a Musharraf para una cumbre, el 23 de mayo, sorprendió a muchos, pero como dijo Nambiar: «Creo que aun un régimen militar puede ayudar a establecer las bases para buenas relaciones».

La asunción de Musharraf a la presidencia aumentará su autoridad y legitimidad, y según observadores paquistaníes e indios, fue decidida teniendo en mente la cumbre de julio.

«Ahora podremos otorgarle los honores de un jefe de Estado; no sabíamos cómo encajaba en el protocolo un 'jefe ejecutivo', como él se llamaba», dijo un funcionario indio. (FIN/IPS/Tra-en/rdr/js/mlm/ip/01

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