ELECCIONES-PERU: Satisfacción de empresarios chilenos

El triunfo de Alejandro Toledo en las elecciones presidenciales del domingo en Perú, y más aún, la derrota de Alan García, satisfacen a los empresarios chilenos, que mantienen importantes inversiones en el vecino país.

La segunda vuelta de los comicios peruanos mantuvo en expectativa a los analistas económicos y políticos, así como al gobierno de Ricardo Lagos y a los ejecutivos de los principales grupos económicos chilenos.

En los círculos empresariales, que en la primera vuelta del 8 de abril prefirieron a la socialcristiana Lourdes Flores, hubo para la segunda ronda una clara simpatía por el centrista Toledo, alimentado por un rechazo al pasado de García como gobernante (1995-1990), más que a su condición de socialdemócrata.

Las elecciones peruanas repercutieron también en la Concertación por la Democracia, la coalición que gobierna Chile desde 1990, integrada por los partidos Demócrata Cristiano (PDC), Socialista (PS), Por la Democracia y Radical Socialdemócrata.

Lagos, un socialista moderado, dio un virtual respaldo a Toledo como líder de la democratización del Perú cuando en noviembre lo recibió en el palacio presidencial de La Moneda. Toldeo visitaba Chile a iniciativa del Partido por la Democracia.

El gesto no fue del agrado del PDC, cuya principal figura, el ex presidente Eduardo Frei (1994-2000), viajó en marzo de este año a Lima para expresar el respaldo de su partido a Flores y aparecer en actos públicos junto a la candidata socialcristiana.

Las definiciones de la alianza gobernante en Chile ante las elecciones peruanas se complicaron con el imprevisto renacimiento político del ex presidente García y su paso a la segunda vuelta, inimaginable pocas semanas antes de los comicios de abril.

El Partido Aprista Peruano, liderado por García, integra la Internacional Socialista, de la que también forman parte el PS, el Partido por la Democracia y el Partido Radical Socialdemócrata de Chile.

El ex senador Anselmo Sule, presidente del Partido Radical Socialdemócrata, respaldó públicamente a García en la segunda vuelta, mientras que el Partido por la Democracia mantuvo su apoyo a Toledo y en el PS hubo pronunciamientos individuales a favor de uno y otro.

«Algunos socialistas chilenos parecen haberse olvidado de sus amigos», dijo la semana pasada en Lima al diario La Tercera de Santiago Jorge del Castillo, secretario general del Partido Aprista Peruano y candidato a la vicepresidencia.

Según el mismo diario, García hizo trascender a través de canales privados su molestia por la falta de un apoyo institucional del PS chileno a su candidatura tanto en la primera como en la segunda vuelta.

La cautela ante García del ala izquierda de la Concertación por la Democracia se explica por la mala imagen del ex presidente peruano entre el empresariado chileno, con el cual Lagos procura consensos para atacar el desempleo y reactivar la economía.

El gobierno de García (1985-1990) ejerció un «populismo irresponsable», según la visión predominante en los grupos económicos chilenos, identificados con la ortodoxia liberal.

El currículum de García registra «todos los pecados posibles», en especial haber entrado en pugna con el Fondo Monetario Internacional, dijo Francisco Garcés, director del Centro de Economía Internacional del Instituto Libertad y Desarrollo, vinculado a la oposición derechista.

Toledo, en cambio, es apoyado por la comunidad financiera, porque «tiene mejor relación con instituciones internacionales» y cuenta entre sus asesores al economista y ex ministro peruano Pedro Pablo Kuczinski, señaló Garcés en la víspera de la segunda vuelta.

Alvaro Feller, gerente de la clasificadora de riesgo Feller Rate, indicó que el nuevo gobierno peruano «debe esforzarse por atraer inversión extranjera, dar tranquilidad, clarificar lo más rápidamente posible lo que va a hacer en materia económica y controlar la corrupción con medidas concretas».

El tema de la inversión es fundamental para los empresarios chilenos, que durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), acusado de corrupción destituido en noviembre por el parlamento, trasladaron gran cantidad de capitales a Perú para instalar sus negocios y ampliar el comercio entre los dos países.

Fujimori y el entonces presidente Frei negociaron un tratado bilateral de libre comercio y complementación económica que entró en vigencia el 1 de julio de 1998, que para 2003 implicará la liberación de más de 72 por ciento del intercambio.

Entre 1990 y 1997 las inversiones chilenas en otros países latinoamericanos superaron los 19.000 millones de dólares y Perú fue el segundo lugar de destino de esos fondos, detrás de Argentina, pues concentró 14,5 por ciento (2.774 millones).

Las inversiones chilenas en el exterior se vieron afectadas desde 1998 por la crisis internacional y se desplazaron hacia las operaciones financieras, a veces con fines especulativos, en desmedro de los proyectos productivos en terceros países.

Los envíos de capitales a América Latina disminuyeron drásticamente en beneficio de las colocaciones en las Islas Caymán, un paraíso tributario del Caribe.

No obstante, Perú sigue siendo una plaza privilegiada para grandes empresas chilenas, entre ellas Chilectra y Enersis, de energía eléctrica, la aerolínea Lan-Chile, Lucchetti e Iansa, del sector alimenticio, y las cadenas comerciales Falabella, Ripley, Farmacias Ahumada y Santa Isabel.

Dos de esas empresas afrotan actualmente conflictos en Perú y sus propietarios esperan que se abran vías de solución con el nuevo gobierno de Toledo.

La fabricante de pastas Lucchetti, del grupo Luksic, el mayor conglomerado empresarial chileno, está enfrentada con grupos ambientalistas desde que en 1996 instaló una planta en la reserva ecológica Pantanos de Villa, en las afueras de Lima.

El alcalde de la capital peruana, Alberto Andrade, objeta también la instalación de Lucchetti, acusada de tráfico de influencias sobre la base de un «vladivideo» difundido hace dos meses, con imágenes de una reunión de su ex gerente en Perú, Gonzalo Menéndez, con Vladimiro Montesinos, asesor de Fujimori.

Lan-Chile, propietaria de 49 por ciento de Lan-Perú, tiene un litigio con PerúVal, accionista minoritario de la aerolínea, que excluyó a los chilenos del directorio de la empresa bajo acusaciones de uso indebido de los derechos de carga entre Lima y Miami.

El mayor accionista de Lan-Chile es el ex senador Sebastián Piñera, presidente hace 10 días del Partido Renovación Nacional, la expresión más liberal de la derecha opositora, dispuesto a pactar acuerdos políticos y económicos con Lagos. (FIN/IPS/ggr/mj/if/01

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