EEUU-UNION EUROPEA: Protocolo de Kyoto domina reunión cumbre

El rechazo de Estados Unidos al Protocolo de Kyoto sobre cambio climático es la cuestión más difícil entre las que tratarán este jueves los jefes de gobierno de la Unión Europea (UE) y el presidente estadounidense George W. Bush en Suecia.

«Es imposible decir hasta dónde llegaremos, pero la UE reclamó que la cuestión (del Protocolo de Kyoto) se discuta», dijo Ulf Hjertonsson, director de Asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia, país que ejerce la presidencia rotativa de la UE.

El Protocolo de Kyoto surgió de la Tercera Convención de las Partes sobre Cambio Climático, de 1997, y prevé una drástica reducción de la emisión de gases de efecto invernadero que contribuyen al recalentamiento del clima mundial.

Bush rechazó en marzo el carácter compulsivo del Protocolo y puso en duda su fundamento científico. Estados Unidos emite 25 por ciento del total de gases de efecto invernadero.

El presidente estadounidense reiteró el martes en España, primera escala de su gira europea, su opinión de que el Protocolo de Kyoto es un «tratado imperfecto», que «no está basado en la ciencia» y que afectaría «negativamente» la economía de su país.

Agregó, no obstante, que a Estados Unidos «le preocupan las emisiones de dióxido de carbono (producidas por la combustión de petróleo, carbón y gas) y que «tiene la voluntad de invertir en investigación científica con el fin de asegurar un enfoque colectivo basado en la solidez científica».

«Lamentamos que el presidente Bush siga rechazando el Protocolo de Kyoto. Abandonarlo significaría posponer por años la acción internacional para combatir el cambio climático, y ya estamos retrasados», replicó el ministro de Ambiente de Suecia, Kjell Larsson, en nombre de la presidencia de la UE.

Las autoridades suecas esperan que miles de manifestantes protesten durante la reunión de gobernantes en la sudoccidental ciudad de Goteborg contra las políticas de Bush en materia ambiental y de defensa, y contra la intención de Estados Unidos y la UE de promover una nueva ronda de conversaciones multilaterales de comercio.

Veintinueve activistas de la organización ambientalista Greenpeace fueron detenidos este miércoles en Bélgica, cuando bloqueaban las principales salidas del aeropuerto militar al que llegó Bush para visitar la sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

La UE y Estados Unidos celebran reuniones cumbre semestrales desde 1995. En esta ocasión, la agenda incluye la crisis de Medio Oriente, la situación en las repúblicas de los Balcanes y la participación de Estados Unidos en el diálogo entre Corea del Sur y Corea del Norte.

También se discutirán la lucha contra la epidemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en Africa, así como el intento de iniciar una nueva ronda conversaciones multilaterales en el marco de la Organización Mundial de Comercio.

Pero la política ambiental de Estados Unidos es el punto de la agenda que despierta mayor preocupación en los líderes europeos.

El Protocolo de Kyoto debe ser ratificado, para entrar en vigor, por no menos de 55 estados parte de la Convención Marco de Cambio Climático, y éstos deben representar por lo menos 55 por ciento de la emisión de dióxido de carbono registrada en 1990. La UE prevé ratificarlo en 2002.

La opinión científica mayoritaria cree que las alteraciones del clima de la Tierra se deben en gran medida a la actividad humana. El dióxido de carbono, el metano y otros gases emitidos atrapan las radiaciones solares, al modo de un invernadero, con la consecuencia del aumento de la temperatura media.

El recalentamiento altera el régimen de vientos y lluvias y causa inundaciones en algunas zonas y sequía en otras. Los hielos polares se derriten, aumenta el nivel de los mares y zonas litoraleñas bajas e islas podrían desaparecer bajo las aguas.

Larsson advirtió que los gobernantes europeos no aceptarían ningún retraso. «Es inaceptable. Los ministros de la UE confirmaron su apoyo al Protocolo y están listos para su ratificación. Sin Estados Unidos, el Protocolo será menos eficaz, desde luego, ya que ese país produce gran parte de los gases».

Más de 80 por ciento de los ciudadanos consultados por el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF) en Bélgica, España, Italia y Gran Bretaña quieren que sus gobiernos ratifiquen el tratado, sin importar la decisión de Estados Unidos.

«Estos son poderosos argumentos políticos que los líderes de Europa no podrán ignorar cuando se sienten a dialogar con Bush», comentó Andrew Kerr, gerente de comunicaciones de la Campaña de Cambio Climático del WWF, una organización no gubernamental (ONG) ecologista.

Los países donde se efectuó la encuesta no fueron escogidos al azar. Bélgica asumirá la presidencia de la UE el 1 de julio y deberá encabezar las conversaciones sobre la implementación del Protocolo, entre el 16 y el 27 de julio en Alemania.

Italia tiene un nuevo gobierno de centroderecha, proclive a las posturas estadounidenses, España ya autorizó un volumen de emisión de gases superior al que le permite el Protcolo para 2010, y Gran Bretaña tuvo elecciones en los últimos días, el 7 de este mes.

Por otra parte, el lunes se conoció un estudio de un grupo de trabajo de la UE y de representantes de la industria y de las ONG, cuyas conclusiones establecen que Europa puede cumplir con los objetivos de reducción de gases del Protocolo de Kyoto aplicando medidas de bajo costo.

«La preparación y puesta en marcha de las iniciativas necesarias es cuestión de voluntad política», dijo la comisaria de Ambiente de la UE, Margot Wallstrom, quien saludó el resultado de este estudio y abogó por una pronta ratificación europea del tratado.

Por su parte, Bush anunció que la llamada Iniciativa de Investigación del Cambio Climático, de Estados Unidos, «estudiará zonas de incertidumbre e identificará las áreas prioritarias en las que las inversiones pueden favorecer» el combate contra el recalentamiento mundial.

Si bien la UE pone énfasis en la investigación y la innovación tecnológica y tiene la voluntad de cooperar con Estados Unidos en esa área, dijo Wallstrom, «la estrategia es apurar las acciones que contribuyan a reducir la emisión de gases en el corto y el mediano plazo». (FIN/IPS/tra-en/bk/mn/dc-ff/ip en/01

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