DESARROLLO: Urgencias retrasan acceso a tecnología informática

El divorcio entre la realidad de los países pobres y los debates en el foro internacional sobre democracia e Internet concluido hoy en la capital sueca dejó una sensación parecida a la de «oler la comida de las cocinas ajenas», según delegados del mundo en desarrollo.

El legislador de Zimbabwe Themba Nyathi recordó que, cuando era niño y no había carne para acompañar el plato diario de maíz, los más pequeños se sentaban fuera de sus casas para sentir el aroma que llegaba de otras viviendas donde sí había carne.

«El viento traía el olor. Eso es lo que estamos haciendo los delegados de los países pobres en esta conferencia», dijo el parlamentario durante la conferencia en Estocolmo, organizada por el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, radicada en la capital sueca.

Agencias gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, políticos y expertos en informática se reunieron entre el miércoles y este viernes en el foro «Democracia y revolución de la información» para discutir sobre el mejor uso de las tecnologías informáticas en la promoción de la democracia.

Pero en los corredores del centro de conferencias, varios delegados de los países en desarrollo manifestaban que los expositores del mundo industrializado no le hablaban a ellos.

Las últimas aplicaciones de conexiones inalámbricas, así como la posibilidad de votar en línea o de comprar el programa más novedoso empalidecen ante la necesidad de liberar a los niños del hambre y el analfabetismo y darles una atención de salud adecuada, advirtieron los delegados del mundo pobre.

La brecha digital, que separa a quienes tienen acceso a la red mundial informática Internet de quienes no lo tienen, se vio superada por estas diferencias.

«Cuanto más escucho más me deprimo por el divorcio que existe entre nuestra realidad y ésta», dijo Nyathi.

«Es una cuestión de prioridades. ¿Cómo puedo invertir cinco millones de dólares en paneles solares que suministren energía a las computadoras de una aldea cuando en ella se necesitan perforadoras para obtener agua?», cuestionó.

De 380 millones de personas que el mundo tienen acceso a Internet, más de 70 por ciento viven en países ricos.

En el mundo en desarrollo hay 3.000 millones de personas que nunca hicieron una llamada telefónica, pero la situación varía enormemente de un país a otro.

Sudáfrica, por ejemplo, instaló una tecnología satelital para conectar los distritos municipales, lo cual permitió a las autoridades electorales contabilizar en línea los resultados de los últimos comicios.

El Grameen Bank de Bangladesh, que suministra microcréditos para la población pobre desde los años 80, opera actualmente un sistema de telefonía móvil en remotas aldeas rurales y aspira a distribuir más de 100 millones de teléfonos a sus clientes.

«Venimos de una realidad distinta. Es bueno hablar sobre el uso de la informática para controlar las elecciones, pero en algunas zonas de nuestro país los niños no tienen salones de clase y estudian debajo delos árboles», dijo un delegado que no quiso dar su nombre.

Eso parece muy lejos de Suecia, donde, según la investigadora de mercado Jupiter Media Matrix, la mitad de las personas de 12 a 79 años son usuarios de Internet.

El foro examinó formas de aprovechar las nuevas técnicas de telecomunicaciones e informática para crear flujos de información en los países con regímenes autoritarios, asistir procesos electorales y reducir la desigualdad.

«Estamos lejos de ver las tecnologías de comunicación e información como un asunto excluyente», dijo Mats Karlsson, vicepresidente del Banco Mundial.

Con el fin de reducir la brecha tecnológica «es necesario abordar todos los problemas» del desarrollo, como «la condonación de la deuda externa, el alivio de la pobreza y la educación», sostuvo Karlsson.

Esa declaración está muy bien, pero la situación en Africa subsahariana se agrava como consecuencia de la insistencia del Banco Mundial en la privatización de empresas estatales y la eliminación de subsidios gubernamentales, replicó Ylva Rodney Gumeda de la Universidad de Sudáfrica.

El efecto de Internet en la capacidad de los votantes para producir cambios políticos sigue siendo un misterio, pero la nueva tecnología ofrece una esperanza para los pequeños partidos, señaló Pippa Norris, profesora de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.

El mundo ha vivido una oleada democratizadora en los últimos 25 años, periodo en el cual se duplicó la cantidad de países que celebran elecciones, dijo Norris.

Según un estudio realizado sobre 179 países, más de un tercio de los partidos políticos minoritarios accedieron a la red de computadoras y comprobaron que allí «pueden competir mucho mejor que en los diarios o en la televisión», agregó la experta.

En ese sentido Internet ayudó a reducir la desigualdad y a dar nuevas oportunidades para la libre expresión. La universitaria reconoció que los beneficios se limitan al pequeño número de personas que tienen acceso a la red y así seguirá siendo mientras exista la brecha digital.

Pero las desigualdades entre países y dentro de los mismos podrían profundizar aun más esa brecha, sostuvo Eduardo Tadao Takahashi, coordinador del Programa de Información Social de Brasil.

De hecho, el número de personas con acceso a la radio y la televisión se mantuvo sin cambios en los últimos 30 años, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Mientras en los países ricos hay un receptor de radio por persona, en los países pobres hay un aparato por cada cuatro habitantes, según la agencia.

En los países industrializados hay un aparato de televisión cada dos habitantes, y en los países en desarrollo hay un televisor cada seis. (FIN/IPS/tra-en/gm/aa/dc/mj/dv cr/01

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