CONFERENCIA ISLAMICA: El control de áreas clave no asegura poder

La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) reúne a 55 países y trata asuntos importantes para más de mil millones de musulmanes del mundo, pero es probable que las decisiones de su reunión de cancilleres, que terminó en Mali el miércoles, no tengan consecuencias importantes.

Las naciones islámicas cubren un área estratégica del planeta, controlan vías marítimas clave como el Golfo Pérsico, poseen vastas reservas de petróleo, gas natural y otros cruciales recursos naturales, y disponen de miles de millones de dólares, en su mayoría depositados en bancos occidentales.

Además, la religión muslumana es la de crecimiento más rápido en partes del mundo tan distintas como Africa y América del Norte.

Sin embargo, la influencia de los Estados miembros de la OCI en asuntos internacionales es escasa, incluso en asuntos que involucran en forma directa a musulmanes.

La agenda del encuentro, que terminó el miércoles, incluyó varios de esos asuntos, como la situación de Afganistán, Palestina y el territorio de Cachemira, disputado por India y Pakistán, en las cuales la organización carece de incidencia.

Estados Unidos es el mediador clave entre israelíes y palestinos, el mayor donante de ayuda humanitaria para víctimas de la peor sequía en la historia de Afganistán, con 43 millones de dólares en lo que va de este año.

En la reunión de Mali se decidió establecer en Afganistán una Oficina de Ayuda de la OCI, para brindar asistencia a personas afectadas por la sequía o por desplazamientos forzosos y otros daños causados por la guerra civil que comenzó hace 10 años, pero la organización no asignó recursos economómicos a esa iniciativa.

La asistencia a 1,5 millones de afganos refugiados en Pakistán y otros 2,5 millones refugiados en Irán es manejada por Islamabad y Teherán sin apoyo de la OCI, la cual tampoco ha intervenido en las conversaciones entre India y Pakistán para buscar soluciones a la cuestión de Cachemira.

El secretario general de la OCI, Abdelouahid Belkeziz, reiteró en su discurso inaugural el apoyo de esa organización a la lucha de los pueblos cachemiro y palestino, pero ese tipo de declaraciones, a las cuales no sigue acción alguna, es un ritual habitual en los encuentros de países islámicos.

Los cancilleres expresaron su rechazo a las sanciones internacionales vigentes por distintos motivos contra países islámicos como Afganistán, Irán, Iraq, Libia y Pakistán, y su preocupación por las violaciones de los derechos humanos en la provincia rusa de Chechenia y la yugoslava de Kosovo.

Es poco probable que esos pronunciamientos tengan algún resultado, dada la escasa fuerza de la OCI en la actual política internacional, pero la organización, fundada en octubre de 1969 durante una cumbre realizada en Rabat, no ha sido siempre ineficaz y errática.

El grupo fue creado luego de que el incendio en Jerusalén de la mezquita Al Aqsa enfureciera a musulmanes del mundo entero, y desempeñó un papel político importante en relación con la guerra de octubre de 1973 entre árabes e israelíes.

En aquellos tiempos, con el liderazgo de Arabia Saudita, el control del petróleo fue empleado por primera y última vez como arma política, para sancionar con embargos a los países occidentales que apoyaran a Israel.

La cumbre de la OCI realizada en abril de 1974, en la ciudad nororiental paquistaní de Lahore, fue la primera reunión internacional que reconoció a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), del actual presidente palestino Yasser Arafat, como «única representante legítima del pueblo palestino».

Tras la invasión de la Unión Soviética a Afganistán, en diciembre de 1979, una reunión de emergencia de cancilleres de la OCI decidió apoyar la resistencia a la ocupación, que se mantuvo hasta que el ejército soviético fue obligado a retirarse en febrero de 1989.

La credibilidad de la OCI y su capacidad de acción fueron socavadas en gran medida por dos conflictos entre naciones musulmanas, desencadenados por las invasiones iraquíes a Irán en septiembre de 1980, y a Kuwait en agosto de 1990.

La guerra entre Irán e Iraq duró ocho años, y una causa principal de que se prolongara fue la inexistencia de una condena de la OCI a Bagdad como parte agresora, que Teherán exigía para firmar un acuerdo de paz.

En la Guerra del Golfo de 1990, Estados Unidos encabezó una coalición de 28 países contra Iraq en la cual participaron Jordania y Yemen, naciones musulmanas, mientras la OLP apoyaba a Bagdad.

En los últimos 10 años, el número de miembros de la OCI aumentó cuando las ex repúblicas soviéticas de Azerbaiján, Kazajstán, Kirguistán, Tajikistán, Turkmenistán y Uzbekistán se convirtieron en países islámicos independientes, y Bosnia-Herzegovina, escindida de la Federación Yugoslava, pasó a ser el primer Estado europeo con mayoría musulmana.

Al comienzo del siglo XXI, el Islam no sólo cuenta con amplia presencia en Asia y Africa, sino que también es un importante componente de las sociedades occidentales.

Las posibilidades de que la OCI desempeñe un papel más significativo en el futuro dependen de que adopte acciones en tres áreas.

En primer lugar, debe intervenir como mediadora y proveedora de asistencia humanitaria en situaciones que involucran a musulmanes, como las de Afganistán, Cachemira y Palestina.

En segundo lugar, puede desempeñar un papel de vanguardia en asuntos relacionados con el futuro de todos los musulmanes.

Entre esos asuntos están la implementación de una estrategia de comunicación, para crear conciencia sobre problemas musulmanes y contrarrestar la imagen negativa del Islam en Occidente, y la promoción de la educación tecnológica y científica de los musulmanes.

Por último, la OCI debe movilizar en forma organizada a los 10 millones de musulmanes que viven en Europa y América del Norte, para que promuevan las causas islámicas con la ay.

Entre esos 10 millones de personas están celebridades influyentes sobre el público, como el estadounidense Muhammad Alí, ex campeón mundial de boxeo en la categoría de pesos pesados, y varios destacados jugadores de básquetbol en Estados Unidos.

También el franco-argelino Zinedine Zidane, estrella del seleccionado de fútbol de Francia que ganó la Copa del Mundo en 1998, o el cantante británico que gançó fama mundial con el nombre artístico Cat Stevens, antes de convertirse en musulmán, abandonar el canto y cambiar su nombre a Yusuf Islam. (FIN/IPS/tra- eng/mh/js/mp/ip cr/01

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