COLOMBIA: Canje de prisioneros mejora clima de diálogo

El canje de prisioneros iniciado hoy entre el gobierno de Colombia y las izquierdistas FARC, la mayor organización guerrillera del país, es el primer logro concreto del diálogo de paz que las partes abrieron en 1999.

El intercambio acordado concluirá con la libertad de 42 soldados y policías en poder de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y de 15 rebeldes prisioneros que serán entregados por el gobierno.

El acuerdo humanitario, que permitirá la liberación de soldados y guerrilleros enfermos, fue firmado el sábado por el consejero presidencial para la Paz, Camilo Gómez, y por los portavoces de las FARC Joaquín Gómez y Jorge Briceño.

El acuerdo abre el camino a la entrega unilateral por parte de la guerrilla de al menos otros 100 militares y policías.

La liberación de los prisioneros comenzó este martes con la entrega del coronel Alvaro Acosta y de otros tres militares a una comisión de representantes del grupo de países que supervisan las negociaciones, de representantes de la Defensoría del Pueblo, y de la Organización de Naciones Unidas.

Los militares, que habían sido capturados por las FARC el 5 de abril del 2000 en el oeste colombiano cuando estaban a bordo de un avión que realizaba un operativo antinarcóticos, fueron entregados en un lugar del central departamento de Tolima.

El acuerdo del sábado «es el inicio de un proceso complejo que va a tener consecuencias para el proceso de paz», dijo a IPS Marco Romero, analista de la estatal Universidad Nacional.

La liberación de los 42 militares y el anuncio de la entrega de otro grupo por parte de las FARC abre una esperanza para los familiares de soldados y policías en poder de los rebeldes, pero queda pendiente la negociación por la liberación de unos 200, de la que dependería la dinámica del proceso, según Romero.

Este acuerdo representa el primer paso de «un acuerdo de más largo aliento entre el gobierno y las FARC», que, al parecer, decidieron propiciar resultados concretos para el diálogo en el último año de la Presidencia de Andrés Pastrana, dijo el experto.

Pastrana debe parte de su triunfo electoral al golpe publicitario que dio semanas antes de los comicios, en julio de 1998, cuando logró reunirse con el líder de las FARC, Manuel Marulanda, en las montañas del sur y prometió dar prioridad a la búsqueda de un acuerdo de paz con los rebeldes.

Pero los casi tres años de negociaciones no dieron los resultados que la población colombiana esperaba.

El acuerdo firmado en la localidad de Los Pozos, localidad del sudeste colombiano y sede del diálogo de paz, es «un primer paso en la consolidación de la confianza entre las dos partes», sostuvo el ex consejero presidencial para la paz, Alfredo Rangel.

Este compromiso anticipa otros acuerdos sobre alguno de los 12 puntos de la agenda acordada por las partes al inicio de las negociaciones, en especial los relacionados con una disminución de la intensidad del conflicto.

«Un próximo acuerdo» podría referirse a la eliminación del uso de armas no convencionales, como las bombas artesanales fabricadas en cilindros de gas empleadas por las FARC «que afectan indiscriminadamente a la población civil», afirmó Rangel.

La liberación de los prisioneros es un desenlace lógico, pues las FARC no tenía condiciones para responder por la salud de los soldados y policías en su poder y el gobierno debía mostrar voluntad negociadora, según algunos analistas.

El acuerdo establece que la situación jurídica de los guerrilleros liberados seguirá su curso normal, pues no se trata de un indulto ni de una amnistía.

Pastrana dijo el sábado que el convenio es «el primer paso para humanizar el conflicto armado», pues el diálogo se desarrolla en medio de la guerra.

Así mismo, Marulanda dijo que es posible «llegar a un segundo» acuerdo «y a un tercero hasta conseguir lo que todos los colombianos están anhelando, que es una salida política al conflicto social y armado».

Estados Unidos afirmó el lunes que el acuerdo humanitario debe traducirse en logros «más reales y sustanciales» que permitan reducir la violencia.

Según el acuerdo, tras la liberación de prisioneros de este martes se realizará la entrega de un grupo de soldados y policías en poder de las FARC en el sur de Colombia. Esta misma semana se liberará un segundo grupo en poder de los frentes insurgentes en el norte.

Los soldados y policías próximos a ser liberados son parte de un grupo de cerca de 400 capturados por las FARC entre diciembre de 1997 y noviembre de 1998 en diferentes choques registrados en el sur y norte de Colombia. (FIN/IPS/yf/mj/ip hd/01

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