/BOLETIN-DD HH/ NEPAL: Un diario afronta tres juicios por sedición

Juicios por sedición contra el director y dos altos ejecutivos del mayor diario de Nepal ponen a prueba avamces de la libertad de prensa logrados en la última década.

Yuvaraj Ghimire, el director del diario Kantipur, el mayor y más influyente del país, fue detenido junto con dos altos ejecutivos del grupo empresarial que publica el periódico, y los tres debieron comparecer ante una corte especial antiterrorista.

El motivo de los arrestos fue la publicación en Kantipur, el 6 de este mes, de un artículo de Baburam Bhattarai, líder de los insurgentes que luchan contra el gobierno desde hace seis años. El artículo exhortaba al ejército a rebelarse contra el gobierno.

Los tres detenidos quedaron en libertad hasta que se realice una nueva audiencia, y es posible que los fallos establezcan nuevos límites a la difusión de informaciones y opiniones que molesten a las autoridades.

«Son malos tiempos para la prensa. El gobierno trata de intimidarnos», dijo el presidente de la Federación de Periodistas de Nepal.

El rey Birendra y nueve integrantes de su familia, entre ellos su esposa y todos sus hijos, murieron debido a disparos de un rifle automático realizados en el palacio real en la noche del 1 de junio, en circunstancias que aún no han sido aclaradas.

Bhattarai afirmó en el artículo publicado por Kantipur que la familia real había sido asesinada por funcionarios conspiradores del palacio real, e instó al ejército a la rebelión contra el nuevo rey, Gyanendra, hermano de Birendra, quien fue coronado el 4 de este mes.

El gobierno arrestó a Ghimire y a los dos ejecutivos, bajo cargos de sedición, el mismo día en que había sido publicado el artículo de Bhattarai.

Según las actas judiciales, la fiscalía pidió la máxima condena aplicable para los tres detenidos, con el argumento de que la publicación del artículo había sido un atentado contra los intereses nacionales.

«Hay límites a la libertad de prensa. No toleraremos intentos de ridiculizar a la monarquía e incitar a los soldados contra el Estado», sostuvo el viceprimer ministro, Ram Chandra Paudel.

La iniciativa estatal causó sorpresa y temor a periodistas locales, ya que no se habían producido acciones similares desde que Birendra inició en 1990 un proceso democratizador, forzado por protestas populares, que amplió las libertades y estableció por primera vez un sistema multipartidario.

Grupos de periodistas, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil protestaron contra los juicios, y tanto el Departamento de Estado de Estados Unidos como la embajada de Gran Bretaña en Katmandú expresaron su preocupación por el caso en sendos comunicados.

Todos alegaron que el gobierno no tiene derecho a limitar la libertad de información, garantizada por la Constitución, y que cualquier persona tiene derecho a difundir sus opiniones, como lo hizo Bhattarai en el artículo publicado por Kantipur.

«Fue un claro acto de intimidación contra la prensa. En una democracia, no se puede frenar la difusión de una opinión, y no importa cuán desagradable sea esa opinión, pero el gobierno parece haberlo olvidado», comentó el especialista en asuntos constitucionales Daman Nath Dhungana, ex portavoz del parlamento.

Muchos piensan que el proceso judicial puede tener un desenlace positivo, si establece con claridad el alcance de la libertad de prensa en el país.

«Esperamos que la corte defina un límite nítido a la posibilidad de que el gobierno interfiera con la prensa. El caso sentará un precedente, y soy optimista en relación con su desenlace», dijo Taranath Dahal, director de un semanario.

Antes de 1990, todas las emisoras de radio eran estatales, asi como los mayores diarios, y sólo se permitía al sector privado la publicación de periódicos que eran controlados en forma rigurosa por las autoridades.

Tras una reforma constitucional democratizadora, que entró en vigencia en 1991, se produjo un florecimiento de diarios y emisoras de radio pertenecientes al sector privado.

En la actualidad se editan seis grandes diarios privados, hay una docena de emisoras de radio privadas en frecuencia modulada, entre ellas radios comunitarias.

El Estado mantiene el monopolio de las emisoras de televisión, pero existen planes para liberalizar también ese mercado.

El auge de los medios de comunicación no estatales y su buena imagen en las encuestas de opinión pública contrasta con el descrédito del gobierno y del conjunto de los políticos, debido a graves problemas económicos y a numerosas acusaciones de corrupción.

«El dinamismo de los medios de comunicación era lo único que brillaba en la democracia nepalesa, y ahora que esos medios son atacados, muchos se preguntan hacia dónde vamos», comentó el analista político K. Hachhethu. (FIN/IPS/tra-eng/sp/js/mp/hd ip/01

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