La red de televisión brasileña Globo estrenó esta semana la novela «La Patrona», en la que se continúa tratando cuestiones de fuerte contenido religioso en desafío a las distintas iglesias.
Todas las telenovelas que emite Globo en la actualidad tratan de una u otra forma la religiosidad, al igual que «Estrella-guía», que finalizó la semana pasada, la cual también tenía como centro creencias esotéricas y comunidades que rinden culto a la naturaleza y a la purificación.
«Puerto de los milagros», que ocupa el horario de mayor audiencia, de la 20:30 hora local, incluye ritos del candomblé, práctica religiosa de origen africana. El personaje principal manifiesta siempre su devoción a Iemanjá, la diosa del mar.
También se emite «Un ángel cayó del cielo», que narra la vida de ángeles entre humanos, que interfieren en sus destinos y dialogan con Dios. Sectores católicos criticaron la «caricatura» que se hace de la fe y recomendaron a los fieles evitar ver esa obra, exhibida cada día a las 19 horas.
Las demás también recibieron la condena tanto de católicos como de protestantes.
Obispos de la Iglesia Metodista emitieron un manifiesto defendiendo el boicot a las telenovelas de Globo, que «discrepan de la formación cristiana del pueblo brasileño».
Actores populares practicando el candomblé y el esoterismo promueven «una espiritualidad mágica» en la sociedad, en especial entre adolescentes, acusaron los metodistas, llamando a una acción común de las iglesias contra lo que entienden programación negativa de la televisión.
«La Patrona» es polémica desde antes de su exhibición. El trasfondo, en que se desarrollan los romances típicos de las telenovelas, es la historia de Nuestra Señora Aparecida, la versión negra de la Virgen María, madre de Jesucristo, adorada por los brasileños.
Por eso la historia transcurre en la Villa de Santo Antonio de Guaratinguetá, donde una pequeña imagen de la Virgen María apareció flotando en el río Paraíba del Sur en 1717 y fue descubierta por tres pescadores.
El poblado era muy rico por estar en la ruta del oro, extraído en Minas Gerais, en el interior de Brasil. Pero luego empobreció con la caída de la producción mineral, pasando a tener mucha importancia la actividad pesquera.
Pero los peces desaparecieron del río, dejando desesperados a los pescadores, hasta que apareció la imagen negra, junto con la abundancia sin precedentes de pescado, atribuida a un milagro.
Los brasileños pasaron a rendir culto a Nuestra Señora Aparecida, convertida en Patrona del país. El local de la aparición pasó a atraer numerosas romerías y peregrinos de todo el país.
Guaratinguetá creció y más tarde surgió la cercana ciudad de Aparecida, a 180 kilómetros de Sao Paulo, en la carretera hacia Río de Janeiro, donde se construyó una gran Basílica, con una enorme plaza donde se concentran los fieles.
La telenovela es, por tanto, delicada pues incursiona en un asunto de primera importancia para la Iglesia Católica, que ya manifestó su preocupación por el tratamiento que será dispensado a la imagen de la Virgen.
Los responsables del Santuario Nacional de Aparecida hicieron una advertencia pública a la red Globo, en un comunicado en el que dicen esperar «respeto a los sentimientos y devoción del pueblo hacia la imagen de Nuestra Señora».
El asunto afecta también a las nuevas religiones y sectas «evangélicas», que rechazan la adoración de imágenes acogida por la Iglesia Católica. La Iglesia Universal del Reino de Dios, una de las que más crece en Brasil y en el exterior, hace del combate contra los santos una de sus banderas.
Un «obispo» de esa secta, que controla una red de televisión nacional, provocó tiempo atrás un escándalo y un conflicto con los católicos al darle puntapiés a una imagen de Aparecida, durante la emisión en vivo de un programa de su iglesia.
La explotación de temas religiosos para conquistar audiencia es una crítica frecuente de distintos teólogos, como Fernando Altemeyer, de la Universidad Católica de Sao Paulo. En el caso de la Virgen Negra, con más razón, considerando su gran popularidad.
Además, por coincidencia o no, la misma red Globo repite cada día la telenovela «Roque Santero», realizada hace 15 años y que tuvo un gran éxito internacional, que critica el aprovechamiento de las creencias religiosas para fines económicos y políticos. Esta obra fue escrita por Dias Gomes, destacado dramaturgo brasileño.
«La Patrona» muestra la pasión entre jóvenes hermosos y las peleas entre malos y buenos, que constituyen siempre el jugo de las telenovelas. Pero hay personajes que realmente existieron, como el Conde de Assumar, una autoridad colonial portuguesa.
El guionista, Walcyr Carrasco, aseguró que la nueva telenovela busca mostrar, con naturalismo, una época en que se usaban ropas enormes y sucias y pelos largos. Pero los encargados de la producción confiesan que no se puede ser fiel a las costumbres de tres siglos atrás.
Los personajes cambian de ropa con una frecuencia imposible en la época, y las mujeres no son gordas ni viven encerradas en sus casas como en aquel periodo, porque eso no le gustaría al público, admitieron. (FIN/IPS/mo/dm/cr/01
