La vida nocturna vinculada al sexo en la capital de México es centro de una disputa entre el gobierno izquierdista de la ciudad y sus opositores conservadores. Como si los papeles se hubiesen invertido, los primeros la combaten y los otros la defienden.
Las autoridades capitalinas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) señalan que la intensificación de los controles sobre los locales nocturnos de diversión sólo busca terminar con la corrupción, el tráfico de drogas y la prostitución.
La Asociación de Bares, Discotecas y Centros de Espectáculos dijo que, si el gobierno del PRD continúa con la persecución de la vida nocturna, convocarán a un paro de actividades de los 1.500 establecimientos adheridos, lo cual afectará la diversión de unas dos millones de personas.
Se calcula que en la capital mexicana unos 20.000 hombres y mujeres ejercen la prostitución y más de 3.000 personas se desnudan cada noche al son de música en decenas de locales.
Entre diciembre y febrero, 792 establecimientos de los llamados de «alto impacto» fueron visitados en forma sorpresiva por autoridades de la ciudad y por policías.
Tras las revisiones, los inspectores clausuraron 300 locales nocturnos por presuntas irregularidades y cobraron multas por más de 100.000 dólares, y en muchos casos fueron detenidos trabajadores y hasta clientes, lo cual provocó protestas de grupos humanitarios.
Los representantes en el Congreso legislativo de la ciudad de México por el Partido Acción Nacional (PAN), al que pertenece el presidente Vicente Fox, salieron en defensa de la vida nocturna y del derecho de las personas a escoger sus diversiones.
Para ello, los diputados del PAN lograron aprobar una ley que regula el funcionamiento de esos centros, preparada entre marzo y abril con el apoyo del Partido Revolucionario Institucional, que gobernó el país por 71 años consecutivos hasta la asunción de Fox en diciembre.
Los parlamentarios redactaron varias disposiciones, entre ellas la ampliación de los horarios de operación y otras que garantizan la seguridad y confidencialidad de los clientes.
La norma aprobada por mayoría, pero con el rechazo del PRD, legaliza la existencia de centros de «baile erótico, cabaré y tiendas de carácter sexual, erótico y pornográfico».
El gobierno capitalino, a cargo desde diciembre de Manuel López, adelantó que vetará la nueva ley, pues su intención es desalentar, por diversas vías, la vida nocturna vinculada al sexo, según explicó.
Sin embargo el trámite no terminará ahí. Tras el veto, el parlamento de la capital puede aprobar otra vez el proyecto, y entonces se convertirá en ley.
Los papeles se invierten, el PAN defiende la vida nocturna y el derecho de las personas a su diversión, mientras el PRD la sataniza, apuntó José María Covarruvias, portavoz del Centro Cultural Gay, cuya comunidad se vio afectada por los cierres de bares y centros de reunión de esos grupos.
El PRD, durante la campaña electoral por el gobierno de la ciudad, acusó al PAN de ser demasiado conservador y recordó episodios en los que en algunos municipios dirigidos por ese partido prohibió el uso de minifaldas y marginó a homosexuales.
En los hechos, resulta que el PAN es más progresista que el PRD en este asunto la vida nocturna, sobre el que la izquierda ha puesto su ojo moralizador, expresó Covarruvias.
Por su parte, Estela Ríos, asesora jurídica del gobierno de la capital, defendió la postura del PRD, arguyendo que cualquier ley aplicable a la vida nocturna debe «desalentar la proliferación de negocios que lucren de manera irresponsable con la sexualidad humana y también los que fomentan la práctica del sexo servicio (prostitución)».
«No se trata de coartar las libertades de los individuos, pero tampoco se debe reglamentar una actividad por el sólo hecho de que ya exista, pues sería como legalizar el robo o el homicidio en ciertas circunstancias», añadió.
La mayor controversia sobre las actividades de esparcimiento nocturno ocurre en relación al centro de la ciudad de México, distrito gobernado también por el PRD. Esas autoridades municipales acusan a los dueños de los establecimientos de ser «mafiosos que lucran con el sexo».
Muchas de las unidades delegacionales en las que se divide la ciudad de México son gobernadas por el PRD, en es en esas zonas donde la vida nocturna es más acosada.
La jefe de la delegación céntrica de Cuauhtémoc, Dolores Padierna, del PRD, afirmó que los centros nocturnos conforman un cártel similar al del narcotráfico, llenos de corrupción.
Padierna añadió que lo único que busca el PRD es garantizar los derechos de las personas y la justicia y que los centros nocturnos cerrados corresponden a aquellos en los que se ejerce la prostitución, se consumen drogas, se permite el acceso a menores de edad y no hay seguridades. (FIN/IPS/dc/dm/cr/01
